Hace unas semanas se presentó el Anuario SGAE 2025 de las Artes Escénicas, Musicales y Audiovisuales, que celebra su vigesimoquinta edición. Esta publicación ofrece un análisis detallado de los principales indicadores del sector cultural, los hábitos de consumo durante 2024 y su evolución respecto a años anteriores. Como cada año, dedicamos este editorial a sintetizar las conclusiones más relevantes de este exhaustivo trabajo de investigación sobre el mercado y las tendencias culturales, centrando la atención en la música clásica.
Durante la presentación del Anuario, Rubén Gutiérrez del Castillo, director general de Fundación SGAE, recordó que “el pico de actividad tuvo lugar en 2008. Tras la crisis económica, comenzamos a notar un repunte en 2019 que se frenó en seco por la pandemia. Aunque la actividad se recupera poco a poco, este año nos hemos encontrado con algunas realidades desagradables”. Por su parte, Juan José Solana, presidente de Fundación SGAE, subrayó que “pese a los buenos datos, persiste la precariedad. Necesitamos una mirada que ponga el foco en las personas que hacen posible la cultura: autoras, intérpretes, técnicas y gestores. Sin ellas, la industria perdería su sentido”.
En la música clásica, 2024 consolida la senda de recuperación, aunque la asistencia sigue situándose un 9 % por debajo de los niveles de 2023. En cambio, el cine, sin haber recuperado los ingresos de taquilla de 2019, vuelve a registrar descensos en la mayoría de sus indicadores, lo que anticipa un panorama complejo para las salas de exhibición.
El consumo de radio y televisión continúa en retroceso y alcanza mínimos históricos, mientras que los productos audiovisuales en plataformas de streaming y la música grabada alcanzan máximos. La mitad de la población con acceso a internet escucha ya pódcast de forma habitual. Las artes escénicas mantienen un proceso de recuperación más lento, todavía lejos de los valores prepandémicos y cercanos a los de hace una década.
El conjunto de las artes escénicas (teatro, danza y lírica) muestra un crecimiento respecto a 2023: un 7,2 % más de funciones, un 11,1 % más de espectadores y un aumento del 13,3 % en la recaudación. No obstante, las cifras siguen lejos de las de 2019, con descensos acumulados del 5,7 % en la oferta, del 26,5 % en la asistencia y del 23,9 % en los ingresos.
En comparación con 2023, la música clásica registró un aumento del 16,9 % en conciertos, un 27 % más de espectadores y un incremento del 29,6 % en la recaudación. Frente a 2019, también se observan subidas del 7,9 % en la oferta y del 0,2 % en los ingresos. Sin embargo, la asistencia general aún cae un 9 %, lo que refleja una recuperación incompleta, aunque sostenida y superior a los niveles de la crisis de 2015.
La Comunidad Valenciana volvió a ser la región con mayor número de conciertos de música clásica, tendencia constante desde 2009. Madrid, en cambio, lideró tanto la asistencia como la recaudación.
El mercado de la música grabada en España mantuvo en 2024 su tendencia ascendente. Según Promusicae, las ventas totales alcanzaron los 508,38 millones de euros, un 9,4 % más que el año anterior, un 71,5 % por encima de 2019 y el triple que en 2015. Este resultado combina ventas físicas y digitales (descargas, productos móviles y consumo en streaming).
El mercado digital continúa imponiéndose con fuerza: representó el 89,4 % de las ventas totales (454,54 millones de euros), con un crecimiento del 12,6 % respecto a 2023. El mercado físico, en cambio, apenas alcanzó el 10,6 % (53,84 millones) y descendió un 13,2 %. El streaming generó la mayor parte de los ingresos, con 450,17 millones de euros, mientras que el vinilo se mantuvo como el formato físico más relevante, con 33,86 millones.
Los datos reflejan una recuperación desigual del sector cultural. La supremacía del streaming confirma un cambio estructural en los hábitos de consumo musical, mientras que las artes escénicas y los conciertos (especialmente de danza y lírica) enfrentan mayores dificultades para sostener su crecimiento.
El panorama que dibuja el Anuario SGAE 2025 es el de un mercado en proceso de recuperación, pero marcado por claros desequilibrios entre el dinamismo del entorno digital y la fragilidad de las manifestaciones presenciales. La reconstrucción plena del tejido cultural español exigirá políticas sostenidas de apoyo, innovación y valorización del trabajo artístico, sin las cuales la recuperación podría consolidarse sobre bases desiguales.