Música clásica desde 1929

Editorial

Algo se mueve
Mayo 2011 - Núm. 841

Algo se mueve

Nos parece bastante necesario –y muy urgente– que los protagonistas de la cultura musical española (el país cultural entero, más bien) hagan una seria reflexión sobre la relación entre posibilidades y recursos, a la hora de transmitir los contenidos que le son propios. Y por más decir, en el caso de la música, música, y no otras cosas, entre otras adoctrinamiento cultural. De izquierdas o de derechas, pero adoctrinamiento en suma. Tenemos la impresión de que, mucho más que nunca, hay un serio y planificado intento de que la política con minúsculas entre en el mundo de la cultura, y aunque,en plena crisis económica, y por consiguiente en un enrarezido clima, quizá sea pronto para aventurar resultados, parece que, una vez más, el consumidor prefiere estar al margen de semejantes operaciones.

El consumidor va muy por delante de los acontecimientos. Sobrelleva con heroico estoicismo los males endémicos de la música española, entre los que el más importante sigue siendo la raquítica educación musical que el Estado (convidado de piedra en los parlamentos autonómicos donde se tratan estos asuntos) regala a los jóvenes hijos de sus mayores contribuyentes. Pero estos, impasibles, siguen apañándoselas, aun enmedio de semejante ceremonia de la confusión. Se les dice: se va a crear tal o cual escuela de tal o cual disciplina musical. Y ellos, sonriendo, recuerdan a sus adentros la de veces que han escuchado tal cosa antes sin que, por ahora y que se sepa, tales arcangélicos y ambiciosos proyectos hayan tomado cuerpo. Sonríen. Y piensan. Y se dan cuenta de que todo eso la mayor parte de las veces queda en agua de borrajas por la incapacidad de los políticos para ponerse de acuerdo en materias tan sensibles como la educación. O por horteras quítate tú que me pongo yo. O porque hay cosas que son inadmisibles si no están pergeñadas desde una cordura nacionalista hecha a la medida de las auténticas fuerzas del auténtico Poder.
 
¿Y cómo? ¿Cómo se las apaña el sufrido consumidor para sortear tantos obstacúlos en tan apasionante carerra? Pues, pasando. O mejor dicho, borrando del disco duro de su cabeza las idioteces y tomando la senda más corta –y lógica– para vivir de verdad la cultura y, particularmente, la música: mostrándose, dejando claro que está ahí.
 
Toda la antedicha reflexión viene a cuento de tres datos concretos que han llegado a nuestra redacción en las últimas semanas. El primero, que el director artístico del Teatro Real tiene pensado crear una escuela de canto en el Teatro. Magnífico. Pero llevamos mucho tiempo escuchando cosas parecidas a los respectivos directores que han pasado por la Casa. O sea, la educación musical de nuevo creando estragos, porque ni que decir tiene que el asunto ha sido furibundamente atacado –si no ridiculizado– desde diversos medios de Prensa. Dos: nos hemos enterado de que pronto se dará a conocer la nueva temporada del CNDM (Centro Nacional de Difusión Musical) y que habrá en ella una auténtica inflación de ciclos y conciertos. Efectivamente, el consumidor va a lo suyo, y menos mal que algunos lo entienden así. Y en fin, el tercer dato es todavía más revelador: según la primera ola del EGM (Estudio General de Medios) de 2011, Radio Clásica, nuestra querida y admirada emisora, ha crecido casi en un 30 por ciento en cuanto a oyentes se refiere. La friolera de 36.000 nuevas parejas de oídos sentadas ante el receptor es algo que nos viene a dar la razón en nuestras tesis: el consumidor está en otro y mejor mundo. Y como no tomemos nota de ello, moriremos en nuestros laureles. Porque es evidente: algo se mueve, y no está claro que sepamos entenderlo en toda su magnitud.
4625
Siguiente Política, políticos y música

Editoriales anteriores (hasta mayo 2011 - resto desde 1929 en "Ritmo Histórico")

Auge de los podcasts de música clásica
Noviembre 2024 - Núm. 988
RITMO continúa en la “Prensa histórica”
Octubre 2024 - Núm. 987
Adiós al CD, bienvenida la música
Septiembre 2024 - Núm. 986
CNDM, quince años tiene mi amor
Julio-Agosto 2024 - Núm. 985
OCNE 2024/25, un torrente musical
Junio 2024 - Núm. 984
Teatro Real, temporada 2024-25
Mayo 2024 - Núm. 983
ÁGORA, un punto de encuentro
Abril 2024 - Núm. 982
Retos legales de la IA y la música
Marzo 2024 - Núm. 981
La reforma de INAEM, una prioridad urgente
Febrero 2024 - Núm. 980
Música clásica e IA: socios creativos
Enero 2024 - Núm. 979
Recuperación, ma non troppo
Diciembre 2023 - Núm. 978
95 años de pasión musical
Noviembre 2023 - Núm. 977
Streaming domina y físico resiste
Octubre 2023 - Núm. 976
Nunca es tarde
Septiembre 2023 - Núm. 975
Festivales de verano: matrimonio de conveniencia
Julio-Agosto 2023 - Núm. 974
Música, cultura y educación
Junio 2023 - Núm. 973
Un domingo, un voto
Mayo 2023 - Núm. 972
RITMO servicios digitales
Abril 2023 - Núm. 971
El streaming, en plena forma
Marzo 2023 - Núm. 970
Avanza el Estatuto del Artista
Febrero 2023 - Núm. 969
Apoyo del INAEM a la recuperación
Enero 2023 - Núm. 968
Teléfono rojo
Diciembre 2022 - Núm. 967
Suma y sigue en el INAEM
Noviembre 2022 - Núm. 966
25 años de la Fundación SGAE
Octubre 2022 - Núm. 965
1234567