La doctoranda Sara Herrero Gozalo, dentro del Programa de Doctorado en Música y su Ciencia y Tecnología en convenio entre la UPM y el RCSMM, nos explica este paso adelante en innovación tecnológica musical, con la publicación de una grabación virtual de las Variaciones Goldberg con interpretación humanizada realista.
Esta es la es la primera grabación publicada de las Variaciones Goldberg que se ha realizado de manera completamente virtual. ¿Es originalidad o atrevimiento?
Ambos, en realidad. Originalidad porque no se había hecho nunca; aunque la tecnología y, especialmente, la IA estén penetrando en muchos aspectos de la actividad humana, la interpretación musical es algo que no se presta a ello con facilidad. Esta grabación supone un importante avance a nivel tecnológico, ya que estamos entrando en un ámbito que es inherentemente humano y generando posibilidades de replicarlo de manera virtual. Y atrevimiento, posiblemente también; modelar una grabación virtual de una obra con el calado de las Variaciones Goldberg a partir de una de sus versiones más reconocidas, la de Glenn Gould de 1981, podría verse como tal, aunque siempre desde el respeto y la admiración por la obra de Bach y el arte de Gould.
Si se escucha el resultado, es decir, la música, no se puede distinguir de una interpretación humana…
Cuando uno escucha esta grabación sin conocer el proceso que se ha seguido, es decir, sin condicionamientos previos, el hecho de que esté creada de forma virtual no es algo que venga a la mente. Yo misma hice una prueba de escucha con mis alumnos, estudiantes de Grado Superior de Música, y ninguno de sus comentarios mencionó que pudiera ser artificial. Se centraron en aspectos estilísticos, relacionados con la articulación o el fraseo. Después les puse un ejemplo de la versión de Gould y les pedí que me dijeran cuál creían que no había sido tocada por un humano y… la mayoría votó por Gould. Esto significa que se puede estar más o menos de acuerdo con los tempi, la realización de los adornos o la orientación de la interpretación en sí, pero no salta a la vista (más bien al oído) que sea una grabación virtual. Incluso comparándola con grabaciones humanas todavía puede ser muy difícil de distinguir; las razones que me dieron quienes votaron por mi grabación como artificial fueron relacionadas con el sonido (reverberación, calidad, claridad…), pero en ningún caso se indicó que la interpretación sonara mecánica o artificial.
¿Este proyecto debe tener un por qué?
El por qué lo encontramos en mi tesis doctoral, que estoy terminando bajo la dirección del Dr. Jorge Grundman, dentro del Programa de Doctorado en Música y su Ciencia y Tecnología en convenio entre la UPM y el RCSMM. Dentro de la línea de Historia y Análisis de la Música Grabada, decidí continuar el trabajo iniciado en mi TFM, que consistió en un análisis comparativo, a partir de datos cuantitativos, de las dos grabaciones de las Goldberg de Glenn Gould. Al conocer las investigaciones previas del Dr. Grundman sobre la humanización de la interpretación virtual, centradas en la obra de Chopin, surgió el interés por continuar con su trabajo, pero ajustándolo a la interpretación de música barroca para tecla. Mi principal objetivo era demostrar que se pueden parametrizar aspectos de la interpretación musical, particularmente el tempo y la agógica, y comprobar la aplicabilidad de los resultados del Dr. Grundman al repertorio barroco para tecla. La elección de las Variaciones Goldberg respondió a motivos académicos tanto como personales; es mi obra favorita para tecla dentro del repertorio barroco, pero, además, su valor dentro de la historia de la música es incuestionable, como una especie de catálogo de los géneros y estilos más representativos de su época.
¿Qué proceso se ha seguido?
El proceso comenzó con la extracción de datos de tempo de cinco grabaciones completas de la obra: Glenn Gould (1955 y 1981), András Schiff (1982), Rosalyn Tureck (1998) y Murray Perahia (2000). Esta extracción se realizó a través de Sonic Visualiser, que permite exportar los datos en formato Excel para poder así realizar cálculos sobre ellos y comparaciones tanto a nivel numérico como de manera visual por medio de gráficas. A partir de este análisis, pude afirmar que las conclusiones del Dr. Grundman sobre lo que caracteriza a una interpretación humana frente a una virtual, la imperfección, era también aplicable al repertorio barroco para tecla. Tras este análisis, decidimos modelar la grabación basándonos en la versión de Gould en 1981. Esto no significa intentar reproducir esta versión, sería como hacer un mal remake de una buena película, sino que utilizamos los tempi extraídos de la grabación de Gould como base para la nuestra. Y tras transcribir la obra en el editor Sibelius, realizamos el procesado con el algoritmo diseñado por el Dr. Grundman que incorpora a la reproducción las imperfecciones propias del ser humano. El algoritmo elige, a partir de un análisis de la partitura, en qué puntos incorporar imperfecciones temporales o, en el caso del piano, desajustes en la verticalidad del sonido. De esta manera, deja de sonar mecánico para asemejarse a una interpretación humana que, además, suena diferente cada vez que se aplica el algoritmo ya que incorpora una cierta aleatoriedad. También realizamos algunos ajustes propios del estilo barroco, como la articulación portato.
Aparte de las posibles potencialidades que esto tiene para estudiantes o compositores, ¿qué le diría directamente al oyente que se plante ante esta grabación?
Que no se trata de sustituir al humano, ni de quitarle el trabajo a nadie. No pretendemos con esto desplazar al músico como intérprete, sino mejorar las posibilidades de reproducción de un editor de partituras de manera que el resultado sea más cercano a lo que haría un ser humano.
por Gonzalo Pérez Chamorro
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Foto: Sara Herrero Gozalo demuestra que es posible parametrizar los aspectos clave de una interpretación musical humana y aplicarlos a la interpretación musical a través del ordenador.
Crédito: © Mayte París