Música clásica desde 1929


Un punto de encuentro de actividades musicales con artistas, instituciones y gestores


Javier Bayón

Ninjen non Joken, cuarteto para el comienzo de los tiempos

Marzo 2022

Compositor habitual para música audiovisual mediante la orquesta sinfónica, Javier Bayón explora en esta ocasión las posibilidades en el cuarteto de cuerda, con Ninjen non Joken.

¿Por qué el cuarteto de cuerda? ¿Qué hay en un cuarteto y su aparente equilibrio que lo hace tan rompedor y ultramoderno, a pesar de existir como género desde hace más de doscientos cincuenta años?

Goethe describió el cuarteto de cuerda como “una conversación inteligente entre gente civilizada” y me parece que no hay mejor definición. Es el formato que mejor representa la pureza de la música y que revela de forma más diáfana la naturaleza íntima de un compositor. Su equilibro exige una absoluta economía de medios expresivos, un lógico desarrollo del discurso musical y una perfecta arquitectura. Como compositor para música audiovisual y tras escribir mayoritariamente para orquesta sinfónica, me apetecía mucho escribir para instrumentos solistas (concibo el cuarteto como un único instrumento con enormes posibilidades tímbricas). Obviamente, en el arte hay una ampliación del medio de expresión y un aumento de la complejidad constantes. En el caso del arte sonoro, este progreso hace que ciertas fórmulas musicales queden manidas con el tiempo y dota de un inconmensurable valor a las nuevas exploraciones sonantes. La armonía es el fundamento musical más susceptible de sufrir obsolescencia: instrumentos que gozan de excelso equilibrio como el piano o el cuarteto de cuerda pueden ser transgresores siempre que exploren nuevas tendencias armónicas. En ese sentido, hasta un clavicémbalo puede resultar innovador. Además el cuarteto tiene como poder superior un enorme vergel de recursos, técnicas extendidas, yuxtaposición de timbres… Aún queda mucho camino por recorrer. Además en música audiovisual y estilos modernos su uso está de moda: a pesar que el cuarteto de cuerda fue ideado para ser tocado en recintos pequeños con un sonido muy concreto; las técnicas actuales de grabación y mezcla pueden otorgarle una nueva dimensión.

Este trabajo se siente muy diferente a las bandas sonoras que ha realizado. Sin embargo, el cine sigue estando ahí, tras cada uno de los temas. ¿Podría hablarnos de todo este imaginario que ha creado conectado al cine y en particular de las referencias que ha tenido?

Aunque es mi primera obra personal, no se trata en absoluto de música pura. Según mi manera de abordar la composición, es indefectible que esté erigida sobre un cierto formalismo cinematográfico y que tenga una lógica narrativa-visual. Cada película tiene una manera única de comunicar, un lenguaje diferente a los demás. Concibo de una manera similar cada composición. Me gusta crear un guión musical y un ideario sonoro basado en una estructura temática y leitmotivs asociados a conceptos. Ninjen non joken es un trabajo basado en la novela homónima de Junpei Gomikawa publicada en 1958. Esta novela fue la semilla de la trilogía The Human Condition, dirigida por Masaki Kobayashi, una de las películas de ficción más largas jamás realizadas. La trilogía sigue la vida de Kaji, un pacifista japonés que trata de sobrevivir en el mundo totalitario y opresivo del Japón de la segunda guerra mundial. No he querido basarme en las películas del mismo modo como abordaría su música incidental, aunque me ha servido para establecer unos conceptos poéticos que han dado vida a los motivos de la obra y sus transformaciones dramáticas.

A la hora de dar diálogo a cada instrumento del cuarteto, ¿cuál le resultó más difícil de hallar sus líneas sintiéndose que compartía la pulsación con el resto?

No concibo una pieza como una secuencia de líneas musicales, sino como un todo orgánico. Cada momento musical, cada frase, surge de una forma natural de la anterior y apunta a la siguiente. El dinamismo está integrado dentro de la naturaleza de la melodía. Creo que un compositor puede formular una serie de pensamientos a modo de semilla musical, pero existe una tendencia muy fuerte de la música a viajar de libremente. Debemos sumisión total a la naturaleza y a las leyes que gobiernan el mundo de los sonidos. Por otro lado, es cierto que en este trabajo el violonchelo tiene un particular protagonismo, que culmina en la partita para cello homónima a la obra. El violonchelo representa a Kaji, que experimenta un viaje iniciático que le lleva al lado más salvaje y despiadado de la condición humana. Esto aparece durante la composición, en la transformación de los motivos a través de distintas situaciones armónicas.

Aunque la obra tiene un hilo narrativo que las une todos los temas, ¿qué pieza es su preferida?

Abordé esta obra a través del violonchelo como hilo conductor. El origen de todos y cada uno de los motivos que se desarrollan tienen origen en la partita de violonchelo, mi pieza preferida. Narra la impresionante y desgarradora odisea que el personaje sufre a través del tan deslumbrante como podrido corazón humano en un periplo entre lo monstruoso y lo sublime. La partita comienza con una apacible movimiento lento, líneas cantábiles y procesionales que describen el inicio del recorrido del personaje. A continuación está plagada de ostinati y arpegios que sugieren máquinas en movimiento, repetición hipnotizante que revela de forma perturbadora la naturaleza insectoide de la especie humana. En dicho viaje iniciático encontramos una amalgama de armonías impresionistas con influencias de aportaciones cinematográficas. Al final de la pieza y tras su clímax, una melodía lánguida recobra fuerzas para perpetrar un acorde sul ponticello que se encumbra hasta un sublime triple forte.

Y para terminar ¿cuáles son algunas de sus obras preferidas para cuarteto de otros compositores?

La pregunta más difícil de todas... Sin pensar demasiado, diría el Cuarteto n. 2 de Ligeti, el Cuarteto de Debussy, el n. 12 de Dvorák, el Cuarteto de Ravel y el Primero de Bartók. Todo eso sin contar a Haydn, Mozart y Beethoven, porque no acabaríamos nunca...

por Juan Diego Peral

Foto: El compositor Javier Bayón ha desarrollado su metodología musical cinematográfica en Ninjen non Joken.
Crédito: © Noelia Tallón


Ninjen non Joken (Spotify)

https://javierbayon.com/

391
Anterior Nuria Núñez Hierro
Siguiente Ensemble Clazzic: Intersec#ion