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Elmira Darvarova

Un otoñal encuentro con Brahms

Enero 2019

Elmira Darvarova no solo ha sido la primera concertino de la Orquesta del Metropolitan de Nueva York, es también una excepcional solista, como demuestra en su nueva grabación, con las bellísimas tres Sonatas para violín y piano de Brahms, junto al pianista Zhen Chen.

Su nueva grabación para Solo Musica incluye las tres Sonatas de Brahms, junto al pianista Zhen Chen. Desde la primera, la Op. 78, a la última, la Op. 108, Brahms progresa hacia una libertad mayor. ¿Qué nos puede decir de ellas, cómo evolucionan?

Hay que recordar que Brahms destruyó bastantes borradores, no completando una sonata para violín durante bastante tiempo. Tras el crucial año de 1853, Brahms comenzó a plantearse completar alguna sonata. Así fue con la Op. 78, que conmemora, consuela y eleva el espíritu, transformando la pérdida dolorosa en un puente hacia la consolación y aceptación. Clara Schumann le escribió a Brahms, a propósito del último movimiento de esta Sonata: “Desearía que este último movimiento pudiera acompañarme en el viaje hacia mi muerte”. Después de esta obra maestra, Brahms esperó 7 años antes de completar otra Sonata, pero en este caso serían dos, las Opp. 100 y 108, escritas en los idílicos paisajes alpinos de Suiza: “estos paisajes están tan llenos de melodías, que uno tiene que procurar no pisarlas al caminar sobre ellos”. La Op. 100 incluye algunas de las melodías de los Lieder que estaba componiendo simultáneamente, también escrita en tres movimientos, como su predecesora, la Op. 78. Estas dos últimas obras no solo fueron concebidas juntas, ambas también fueron estrenadas por el propio Brahms al piano, lo que reflejan la satisfacción y orgullo que debió sentir el compositor. Ya en la Op. 108 añade cuatro movimientos, como en la gran tradición, pero se rebela contra ella: en lugar de crear un desarrollo en el primer movimiento, durante 46 compases inventa una despiadada pulsación misteriosa en el pianista, como el sonido de una campana. En cambio, el movimiento final es una apoteosis triunfal. Resumiendo, para mí y Zhen Chen, desde la marcha fúnebre y las lágrimas de la “Sonata de lluvia”, como también se conoce a la Op. 78, al romanticismo y lirismo de la Op. 100 o los arrebatos pasionales de la Op. 108, mientras las grabábamos, interactuamos con ellas, llorando o riendo con esta Música.

¿Cuál es su predilecta y por qué?

La n. 3 Op. 108. Tanto para mí como para Zhen. Esta obra tiene toda la intimidad conmovedora, el virtuosismo de bravura, la urgencia inquieta y los arrebatos dramáticos, todo combinado y yuxtapuesto, que forma un todo asombroso, acortando el océano entre las dos costas que se polarizan de pasión feroz y la introspección callada.

¿Ha revisado alguna grabación de estas obras?

Naturalmente, llevamos estudiando estas Sonatas durante mucho tiempo, y ambos las hemos interpretado antes de grabarlas con diferentes músicos, en una variedad muy grande de interpretaciones. Por ejemplo, Zhen ha tocado la Op. 108 con el gran Maxin Vengerov, mientras yo he interpretado la misma Sonata con Vassily Lobanov, que fue compañero musical de Sviatoslav Richter. Zhen y yo hemos escuchado un gran número de grabaciones, comparando, analizando y buscando nuestras decisiones interpretativas finales.Ç

Usted ha sido la única mujer en ser la concertino de la Orquesta del MET… ¿Es la música de cámara, como esta de Brahms, la que le permite desconectar de compromisos tan intensos cómo ese?

Para mí, la música de cámara es un mundo no menos intenso que la ópera, y no menos bello. He sido muy afortunada de hacer música de cámara con grandes maestros, como el legendario cellista Janos Starker y el “dios” del contrabajo, Gary Karr. También he tocado mucha cámara con el que fue director del Met, James Levine, y con icónicos intérpretes de la trompa como Myron Bloom y Philip Myers. Dirigiendo el New York Chamber Music Festival, he tenido la oportunidad de colaborar con pianistas de renombre, como el “embajador de la música francesa”, Pascal Rogé, entre muchos otros. También he grabado varios discos con música de cámara, pero mi sueño estaba focalizado en registrar las Sonatas de Brahms, proyecto para el que he contado con el compañero ideal, Zhen Chen. Él no solo es un fantástico pianista, es un dotado compositor. Recientemente obtuvo una premio que reconoció su CD “On & Between”, una ecléctica colección compuesta para pipa y conjuntos occidentales. Este disco fue Medalla de Oro en los Global Music Awards de 2018.

Para concluir, en la grabación han incluido también el Scherzo de la Sonata F.A.E.

Este Scherzo fue compuesto por Brahms en 1853, como parte de una Sonata que iba ser un regalo sorpresa para el cumpleaños de Joachim, que tenía como motto vital “Frei Aber Einsam” (Libre pero solitario). Los otros tres movimientos de esta Sonata “sorpresa” fueron escritos por Schumann (dos movimientos) y Albert Dietrich. Este Scherzo, de unos cinco minuto y no publicado hasta diez años después de la muerte de Brahms, es universalmente amado y se interpreta con frecuencia. 

http://elmiradarvarova.com/

 por Lucas Quirós

Foto: Elmira Darvarova y Zhen Chen han grabado las tres Sonatas para violín y piano de Brahms en Solo Musica.
Crédito: © Jiyang Chen

 

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