Habría que escribir la Historia de la Música que no pudo ser en la que figurarían las obras de autores como Mozart y Schubert escritas con 50 años de edad. Un capítulo especial estaría dedicado a Hans Rott (1858-1884), que no llegara a estrenar ninguna obra en sala de conciertos, sino solo en el auditorio del Conservatorio. Aún así, su escaso legado que con este disco se cierra, contiene una obra memorable: la Sinfonía n. 1, una obra pensada y escrita directamente para la orquesta, con una instrumentación única (pensemos que está escrita con 20 años entre 1878 y 1880, coetánea de autores como Bruch), con una variedad de atmósferas logradas con pinceladas tímbricas nunca antes usadas, y con una complejidad formal y armónica muy avanzada de la que tomó muy buena nota su amigo Gustav Mahler. 

El sonido obtenido por Christopher Ward de la Gürzenich de Colonia es asombroso, y, aunque merece la obra reiteradas escuchas, en la primera se podrá apreciar ese mundo sonoro tan novedoso y único, y tan bien entendido por Ward. Se completa el disco con una obra escrita a los 16 años, la Sinfonía para cuerdas, probablemente inacabada a falta de un movimiento tras el Scherzo, que deja entrever los derroteros de Rott, y una primicia discográfica, Movimiento sinfónico, de 1878, que es la primera elaboración del que sería luego el primer movimiento de su Sinfonía n. 1, pero que las grandes diferencias con el resultado final hacen que sea apropiado su grabación y difusión. Creo que no se ha estrenado en España aún.

Jerónimo Marín