Música clásica desde 1929

Discos recomendados de Ritmo

En esta sección encontrará los 10 discos que la revista RITMO recomienda cada mes, clasificados por meses y por su orden de recomendación del 1 al 10. Se archivan los recomendados desde junio 2011, para ver anteriores ir a "Ritmo Histórico".
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Ritmo ABRIL 2017 - Núm. 906

RACHMANINOV: Conciertos para piano ns. 2 y 3.

Khatia Buniatishvili. Orquesta Filarmónica Checa / Paavo Järvi.
Sony, 88985402412 (CD)



La crítica

Rachmaninov, hoy y siempre

“Rachmaninov es uno de mis músicos preferidos, no sólo como pianista, sino también como compositor. Su música es única, de una belleza indescriptible, es la belleza por la belleza llevada a su máxima expresión. La música de Rachmaninov es tan diferente, tan personal y tan bonita que dan ganas de llorar: me emociona mucho” (Khatia Buniatishvili)

“Ésta es una vida ciertamente exigente, pero en mi caso tengo una motivación que me impulsa a seguir llevándola a cabo: ver por qué y cómo se puede tocar una pieza, es decir, cómo solventar los desafíos que plantea cada obra (...) Cuando afrontas el escenario necesitas crear una atmósfera, incluso dentro de ti mismo, calentarte, tiene que ver con algo más espiritual y emocional que técnico: son señales que te manda el cuerpo y es un temblor intuitivo que Rachmaninov te hace sentir y vivir…” (Daniil Trifonov)

No quiero comenzar estas líneas sin señalarle al lector que no es sólo el emergente de una puntual inquietud musical sino de una puntualidad anecdótica que me ha conmovido. Hace ya varios meses que estoy viviendo dos romances musicales (he vivido otros, claro) y que han coincidido en el mismo día (presentación de las Nueve Novenas en el Auditorio Nacional por idea de Antonio Moral), donde un querido amigo me regaló tres discos con música de Rachmaninov, curiosamente interpretados dos de ellos por los destinatarios de mi romance: Khatia Buniatishvili y Daniil Trifonov. La primera en los Conciertos ns. 2 y 3 con la Filarmónica Checa, dirigida por Paavo Järvi, y el segundo la Preghiera ((Preghiera arreglo de Kreisler para violín y piano del Lento del Concierto n. 2) y los dos Tríos elegíacos (uno en memoria de Tchaikovsky), acompañado de Gidon Kremer y Giedré Dirvanauskaité. El tercer disco regalado era la grabación del Concierto n. 2 y las Variaciones Corelli por una desconocida para mí (Vanessa Benelli Mosell) acompañada por la London Philharmonic, dirigida por Kirill Karabits.

He averiguado que Vanessa es italiana y joven y que anteriormente había grabado música de Stravinsky y Stockhausen. Respecto de Khatia y Daniil ¿qué puedo decir? Representan para mí (y no seguramente sólo para mí) dos iluminados de la interpretación pianística, ella de origen georgiano y él de origen ruso, ambos absolutamente espectaculares e iluminados, donde se enlazan virtuosismo, temperamento, madurez interpretativa, profunda sensibilidad musical, maestría, melancolía, espíritu romántico y solitario, todos estos adjetivos son emergentes de la crítica internacional, intentando dar testimonio de la calidad excepcional de estos jóvenes artistas.

Khatia expresa, ante la pregunta “¿qué relevancia tienen para usted sus características interpretativas: fuerza y rapidez?”, lo siguiente: “Más que de fuerza en mi caso, hablaría de energía. Pero la verdad es que yo no me obsesiono con ninguna técnica en particular. Procuro no pensar demasiado en esas cosas y tocar el piano como lo siento, de una forma instintiva, libre, acorde con mi fisiología. Lo importante es hacer música con sentimientos, con la mente despejada, de una manera sincera”.

Quizá esta respuesta encaja en la fascinación que siento por ella y en las motivaciones de su popularidad. Quizá por eso su admiración pasa en primer lugar por Martha Argerich, de la que dice “es la pianista del siglo XX que más me ha marcado e influenciado”. Las versiones de los Conciertos ns. 2 y 3 de Rachmaninov son inolvidables. En el paso de la historia de la música fue un caso singular la manera en que este bello Concierto (el 2) salió a la luz.

Después de tres años de psicoterapia con un famoso psiquiatra y neurólogo (además de chelista y amante de la música), el Dr. Nikolai Dahl, el compositor salió de una depresión profunda que le había ocasionado el fracaso de sus primeras obras (el Concierto n. 1 fue ninguneado en su estreno y por los críticos, a lo que se sumó el estrepitoso fracaso de su Primera Sinfonía) y logró volver a su capacidad compositiva inicial justamente con este Concierto n. 2. No obstante es de señalar que Rachmaninov sufrió varias depresiones a lo largo de su vida. El músico dedicó el Concierto n. 2 a su psicoterapeuta. Y alcanzó a través de él una popularidad inmensa en la que él mismo no creía. Pocos conciertos han alcanzado esa fama y ha sido utilizado desde el cine hasta las obras de rock.

Escuchar a Khatia en estas dos obras (el n. 3 se hizo más famoso por la memorable película Shine) es un auténtico goce de los sentidos y no sólo por la fascinación que produce su desarrollo melódico, sino también por la entrega visceral de la pianista georgiana.

Respecto de Daniil Trifonov, en medio de una meteórica ascensión dentro de los grandes pianistas jóvenes de hoy (pocas veces escuché el Adagio del Concierto n. 23 de Mozart con ese timbre melancólico y ese pianismo conmovedor), ofrece en este disco los Tríos Elegíacos, que son una expresión notable de la música de cámara del compositor, elegidos por Kremer para festejar su 70 cumpleaños. Benelli Mosell es, sin dudas, una pianista de relieve y sensibilidad; su interpretación de las Variaciones sobre un tema de Corelli marcan, por la infrecuencia de su grabación, un hito en la historia discográfica moderna de Decca.

Arnoldo Liberman

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