Schwarz, Seiffert, Fischer-Dieskau... Chor des Stadtischen Musikvereins Düsseldorf, L. Symphony Chorus. Düsseldorfer Symphoniker. Gürzenich-Orquester Köln. Beliner Philarmoniquer. Dir.: Frühbeck de Burgos, Conlon, Sawallisch, Bernius, Hickox
EMI, 631520 (6 CDs)
LA AÑORANZA DEL PASADO
La obra sinfónico-coral de Felix Mendelsshon es probablemente aquella parte de su corpus compositivo donde se aprecia mejor la influencia de Bach y Haendel, de los que fue redescubridor en la primera mitad del siglo XIX con interpretaciones históricas en Berlín, Leipzig o Londres de La Pasión según San Mateo o Israel en Egipto, puestas nuevamente en circulación, si bien es cierto que sus grandes oratorios, a diferencia de Bach, no fueron compuestos como parte de la liturgia, sino a modo de piezas musicales independientes para la sala de conciertos. La caja que comentamos incluye lo fundamental de esta parcela: los oratorios Paulus y Elias, la Segunda Sinfonía“Canto de Alabanza”, las Cuatro Cantatas sacras, que aparecen por primera vez en CD, y el Salmo 49. Elemento unificador es el Coro de la Asociación de Amigos de la Musica de Dusseldorf, una agrupación histórica surgida en tiempos de Mendelssohn, que se hace cargo de los oratorios y la sinfonía, cantados en su versión alemana. Pese a las diferentes fechas de grabación, el coro mantiene sus características propias: sonido imponente y majestuoso pero homogéneo y flexible, capaz de pasar de las grandes masas sonoras a los matices más sutiles, excelente afinación y redondez en todas las cuerdas, aunque otras agrupaciones continentales como las londinenses (Philarmonia, Filarmónico o Sinfónico; este último interviene en el Salmo 42), le superan en calidad vocal y definición por cuerdas, especialmente las masculinas, y dentro de estas los tenores, que en el coro alemán quedan en demasiadas ocasiones subsumidos en la masa. Aunque no habría venido mal incluir algún ejemplo de la corriente historicista con instrumentos y maneras de época, los directores seleccionados (Frühbeck en Paulus, Sawalisch en la Sinfonía, Conlon en Elías, Hickox en el Salmo 42 y Heilbronn en las Cantatas sacras), cuentan con una amplia trayectoria sinfónica y operística, compartiendo una misma visión de este repertorio: romántica y teatral, de amplio aliento dramático y sentido narrativo, que refuerza las tramas que recorren los dos oratorios, apoyados en orquestas solventes, de las que se impone la calidad instrumental de la Filarmónica de Berlín en Elias. Los cantantes solistas forman un grupo homogéneo en el que ninguno desentona, aunque podemos destacar a Helen Donath, radiante y exquisita; Fischer Dieskau, de cincelado fraseo, ambos en Paulus; Roland Hermann, imponente en las Cuatro Cantatas sacras; Andrea Rost, de luminoso timbre, Andreas Schmith, matizadísimo en Elías, o la ardiente expresividad de Janet Baker en el Salmo 42.
J.F.R.R.