La intención de la Orquesta y Coro Nacionales de España era festejar su 50 aniversario en 2021 con la interpretación de la misma obra con la inició su periplo, pero hete aquí que la pandemia se interpuso en el destino y, con buenos reflejos, se optó por “adaptar” la obra a las fuerzas permitidas por las autoridades sanitarias, reduciendo la plantilla original de 110 intérpretes en la orquesta a tan solo 55. No hay que rasgarse las vestiduras, pues hay toda una tradición histórica de este tipo de adaptaciones que incluyen desde el Requiem de Mozart para cuarteto de cuerda, el propio Liszt con las Sinfonías beethovenianas para piano, o en el caso del propio Mahler, su Cuarta para 14 instrumentistas (Klaus Simon) o la Quinta para 17 del Natalia Ensemble. La labor de José Luis Turina, cuyos detalles explica sabiamente el propio Turina en las necesarias y muy bien escritas notas al programa, es excepcional y aventuramos que será una versión muy a tener en cuenta por aquellas orquestas sin la capacidad para alcanzar la plantilla gigante demandada.

¿Qué se gana y que se pierde? Obviamente, la masa sonora no es la misma por lo que es evidente que la “pegada” de los tutti no será la misma, pero, a cambio, está todo el material expuesto con una claridad, y, mérito también de Afkham y la OCNE que atraviesa un momento de gran calidad, hay algo transparente, aéreo, de diálogo entre timbres que recorre toda la Sinfonía. Landshamer y Cargill cumplen perfectamente su cometido, y el Coro, ocupando cada miembro la distancia requerida, emociona, aun cuando su toma sonora pierda algo de concreción en esta primera grabación mundial realizada en octubre de 2021.

Jerónimo Marín