SOLO ANTE EL PELIGRO

Del mismo modo que en el inolvidable western del cine clásico americano (Solo ante el peligro, Fred Zinemann, 1952), como si de un resuelto y decidido “antihéroe” se tratara (Gary Cooper), el formidable tenor alemán Jonas Kaufmann (para el abajo firmante sin lugar a dudas el mejor y más versátil tenor del panorama internacional actual) se enfrenta en solitario, esta vez no a unos desalmados pistoleros, sino nada menos que a una de las obras más extraordinarias de Gustav Mahler, o lo que es lo mismo, de la Historia de la Música: la bellísima e insuperable obra maestra La Canción de la Tierra, llamada por  Mahler con este título para evitar el maleficio de las novenas sinfonías (algo que a la postre solo pudo evitar en parte).

Es cierto que puede resultar polémico o no del gusto de todos que Kaufmann asuma las “dos voces” solistas que Mahler escogió para esta “sinfonía cantada”, o “ciclo de Lieder sinfónico” (tenor y mezzosoprano o contralto), papel este último también asumido con éxito por Fischer-Dieskau como barítono con Bernstein y la Filarmónica de Viena (Decca, finales de los sesenta, junto al tenor James King) y cante los seis maravillosos Lieder de esta obra, pero no solamente sale airoso, sino que triunfa y convence absolutamente.

Su interpretación resulta variada, convincente, plena de sentido y emoción, transmitiéndonos la dulce amargura mahleriana, el dolor y la esperanza, la sensibilidad y la complejidad del Mahler final, agobiado por su enfermedad cardíaca, consternado por la muerte de una de sus hijas e incansable perseguidor de la paz y el reposo en un incierto pero deseado más allá. Lírica y dramática interpretación a un tiempo, conmovedora en el Abschied (despedida, adiós), último movimiento de Das Lied von der Erde.

El presente registro se convierte sin duda en alternativa absolutamente válida a las versiones convencionales, tanto históricas (Patzak y Ferrier con Walter, Decca; Wunderlich y Ludwig con Klemperer, Emi; Haefliger y Miller con Walter, Sony), como  actuales (Urmana y Schade con Boulez, DG).

Extraordinario acompañamiento orquestal de una soberbia Filarmónica de Viena, orquesta mahleriana por excelencia, dirigida con mimo, detallismo, refinamiento e intención por un Jonathan Nott que se supera a sí mismo en este registro (hay belleza tímbrica de las maderas, brillantez en el metal, clímax redondos, cuerda sedosa…). Un acompañamiento de lujo, en definitiva.

En todo caso, el bellísimo timbre de Kaufmann, su versatilidad y su enorme capacidad expresiva se imponen, cautivando al oyente. La grabación de Sony en la Sala Dorada (Musikverein) de Viena es absolutamente espectacular, de gran presencia, claridad y definición. Recomendación absoluta como alternativa a versiones convencionales.

Luis Agius