Pierre-Laurent Aimard (piano)
Pentatone PTC5187030 (2 CD)
ENORMES MINIATURAS
A sus 99 años, György Kurtág (1926) puede presumir de ser el tercer arpón de un tridente húngaro de compositores del siglo XX, siendo Béla Bartók y György Ligeti las otras dos puntas de ese cetro. No es una exageración. Sospecho que a Kurtág no se le ama lo suficiente, aunque grabaciones como este doble CD muestran que existen intérpretes que aprecian como es debido a un autor de la enormidad de Kurtág.
Pierre-Laurent Aimard firma una de sus grabaciones de referencia con este Játékok, al que sin ningún desdoro podemos situar junto al triple álbum con el Catalogue d'oiseaux de Messiaen, por poner un ejemplo. El hecho de que este doble disco contenga miniaturas (piezas casi infantiles, juguetonas, esas pequeñísimas obras para piano a las que se etiqueta rápidamente de bagatelas) podría llevar a engaño si el compositor fuera otro, no Kurtág.
Mikrokosmos de Bartók también es un ciclo amplio con una gran variedad de miniaturas. El origen didáctico de esas 153 piezas bartokianas no esconde que detrás de muchas de ellas encontramos al mismo compositor macrocósmico de la Música para cuerda, percusión y celesta o de la Sonata para dos pianos y percusión. En el caso de Kurtág, la referencia a un universo extraño, a veces melancólico, a veces tremendamente inquietante, es aún más evidente. Tanto el aire candoroso, incluso pueril, de estas obritas como el tono festivo que sugiere el título Játékok (Juegos) se quedan en mera apariencia. Los niños que sonríen en las fotografías de cumpleaños no necesariamente tienen que ser felices, aunque lo aparenten, y tampoco se debe presuponer que debido a su ingenuidad no se enteran de nada. Ya que mencionamos los divertimentos, podríamos recordar que a los pasatiempos siniestros y belicosidades nos tiene más que acostumbrados el tercer elemento del triunvirato húngaro, ese Ligeti que compuso Musica Ricercata (con grandes restricciones a la hora de sumar las notas de la escala cromática) o esa animalada humorística titulada Misterios del Macabro.
El lirismo con el que Aimard expone los diferentes libros que conforman Játékok desarma a cualquiera. Aimard tiene presente que Kurtág, tan humanista como Bartók, no es tan retozón como Ligeti. El sarcasmo y lo abiertamente provocativo no figuran en la agenda de Kurtág. Sí se dejan ver la minuciosidad y la atención al detalle. Es interesante señalar que el doble disco no incluye todas las piezas de Játékok, ya que los libros IV y VIII están compuestos para piano a cuatro manos o para dos pianistas (el interesado en estos dos volúmenes puede escuchar el CD de 1997 en ECM, con Marta Kurtág y György Kurtág como intérpretes).
Játékok nació en 1997 con el Libro I. Aún permanece abierto en el Libro XI (la última miniatura es de 2022). El registro de las 10 últimas naderías o insignificancias (entiéndase la ironía) que conforman el Libro XI conoce aquí su primera grabación mundial. El mismo Kurtág estuvo presente durante unas sesiones que se pueden considerar históricas.
Daniel Pérez Navarro