Lang Lang, piano.
Sony, B011MAX698 (2 CD/DVD)
Derroche de imaginación
Chopin y Tchaikovsky son los autores elegidos para el nuevo lanzamiento de Sony Classical con el pianista chino Lang Lang. Presentación de lujo, excelente sonido que capta bien la tímbrica del piano, libreto con reportaje fotográfico y un DVD complementario en el que, además de disfrutar del Salón de los Espejos del Palacio de Versalles, se incorporan como bonus la interpretación de varias piezas incluidas en el disco procedentes del concierto privado del 22 de junio 2015, además de estar disponible también el “Live en Versalles” en DVD completo.
De Tchaikovsky se ha seleccionado las Estaciones Op. 37b, un conjunto de piezas de salón encargadas al compositor ruso por el editor de la revista donde ejercía de crítico musical con destino a pianistas amateur. Son 45 minutos que nos trasladan, a través de los meses del año, reflejando situaciones, momentos y estados de ánimo que el pianista chino aborda abundando en sus aspectos melódicos y armónicos, mirando más al concierto que a la pequeña estancia burguesa a la que estaban destinadas, sin que ello suponga restarles en intimidad. Con tempi similares los empleados por Postnikova (Erato) o Richter (Melodya, parcial), combinando su facilidad melódica con precisión, Lang Lang impregna sus lecturas de una calidad que acaba envolviendo, lo que musicalmente el pianista chino plasma de forma excelente mediante una planificación magnifica y la utilización de los recursos pianísticos para lograr una intensidad emotiva en una lectura que quedará como referencia.
Los Scherzos de Chopin son muy diferentes entre sí desde un punto de vista técnico, con pasajes exigentes que incluso requieren paciencia y detalle en el estudio, presentando igualmente grandes complicaciones interpretativas que en las lecturas a las que estamos familiarizados se nos presentan de una manera equilibrada, cuidada, cálida, acompañada de la necesaria dosis de tempestuosidad. Sin embargo, para Lang Lang esta música parece generar una situación de amenaza y ansiedad a la que responde, como claramente ya pone de manifiesto en los acordes iniciales del Op. 20 y del Op. 31, de manera agresiva, con unas dinámicas extremas, lo que no le impide alcanzar una gran belleza contrastante en los tríos, hermosos rubatos naturales, crescendos y decrescendos progresivos, y una bella forma de ligar los saltos ascendentes en las melodías junto con un extraordinario fraseo en las partes cantábiles. Nos traslada, desde la máxima inquietud hasta la complacencia melódica, en una apuesta de acentos angulares y extremos expresivos para explotar hasta el límite la vertiente dramática de estas obras. Un acercamiento vital y comunicativo con un extraordinario derroche imaginativo de fuerza y pasión ante el que es mejor dejarse arrastrar que analizar, valorar o razonar.
José Luis Arévalo