Como no podía ser de otra manera en su afán de constante superación, el Concurso Internacional de Piano ‘Premio Jaén’ 2025, para el concierto inaugural de su sexagésimo sexta edición (organizado por la Diputación Provincial de Jaén), ha invitado a una de las figuras más relevantes del piano que existen actualmente en el panorama internacional como es la moscovita Yulianna Avdeeva, todo un referente en el repertorio chopiniano desde que confirmara tal afinidad con la obtención el año 2010 del primer premio del Decimosexto Concurso Internacional de Piano Frédéric Chopin de Varsovia, uno de los más prestigiosos del mundo con ilustres ganadores como Maurizio Pollini, Martha Argerich o Krystian Zimerman.
Si ya de por sí su sola presencia suscitaba el máximo interés, el contenido del programa se añadía a tal expectación con la dedicación de la primera parte al Liszt más visionario, con obras realmente curiosas por su planteamiento como es el caso de la enigmática La lugubre gondola II, S200/2 en la que la pianista extrajo todo esa premonición que el autor hizo de la muerte de Richard Wagner, su yerno, materializándola en una música genial. Con un grado de máxima concentración entró con enorme sobriedad en el rico ámbito expresivo emocional que piden sus pentagramas, dejando una sensación de elocuente y a la vez errático sentido elegíaco que sumía al auditorio en un profundo silencio.
De extraordinario planteamiento hay que calificar su versión de la Bagatela sin tonalidad, S216a que tocó seguidamente, dejando que la diluida armonía lisztiana se hiciera presente con un cromatismo que requiere mucha seguridad de recreación, que tuvo una extraordinaria manifestación percusiva en la Czarda macabra, S224/R46 que le siguió, dada la claridad con la que expuso la experimental contraposición tonal de esta obra. Su capacidad técnica para determinar el efecto descriptivo de ondulación sonora que requiere la leyenda San Francisco de Paula caminando sobre las olas, S175 vino precedida por la sombría pieza Unstern! Sinistre, disastro, S208, toda una declaración de ruptura radical con la armonía diatónica, cuyas misteriosas disonancias Yulianna Avdeeva desentrañó con esa enorme personalidad musical puesta siempre al servicio del sentir del autor que, como la mayoría de las obras interpretadas del genio magiar, se superaba el romanticismo tardío en el que se encontraba inmerso en 1885, año de su composición.
La aproximación de la intérprete a este postrero repertorio pianístico de Liszt ha supuesto una muy grata sorpresa para el oyente y sus numerosos seguidores, por el rigor empleado en su análisis y el compromiso con el mensaje, que demuestran su más que consolidada personalidad artística, que nos lleva expectantes a desear escuchar la sustancialidad pianística de Shostakovich en sus preludios y fugas, cuya integral tiene anunciada esta pianista.
Con un claro mantenimiento del caudal dramático que se crea con la continuidad dada a los veinticuatro preludios que contiene el conocido y famoso Opus 28 de Frederic Chopin, Yulianna Avdeeva se dispuso a ofrecer esta obra en toda su variada dimensión estilística asumiendo esa sospechada intención por parte del autor de ofrecerlos en su totalidad como obra de plena entidad en su diversidad. La identificación de Yulianna Avdeeva con el particular lenguaje musical de este compositor se encuentra a ese nivel propio de los elegidos en este ámbito como el mencionado Zimerman y el mítico Arthur Rubinstein que, con un ejercicio de recreación trascendente, han hecho de ésta un referente supremo para entender el pensamiento musical del gran compositor y pianista polaco, admirado al máximo por coetáneos como Robert Schumann y Franz Liszt, que llegaron a darle la consideración de inaccesible, y cuyos preludios significan una esencial condensación de su estética. Así se planteó su ejecución la pianista rusa que inició su ejecución con ese preludio de los preludios en Do caracterizado por las imágenes sonoras que contiene, anticipando la grandeza de la colección.
Si en entrar a detallar las excelencias mostradas en cada uno de los veintitrés restantes, es necesario hacer mención del grado de excelencia alcanzado en alguno de ellos como se dio en el nocturnal decimotercero escrito en la tonalidad de Fa sostenido mayor, al alcanzar momentos de misterioso recogimiento. Otro destacado aspecto fue la audacia contenida con la que expuso las dos partes del decimosexto, frenando la tendencia a esa exageración con la que suele ser interpretado. El siguiente fue un dechado de apasionado y tierno canto admirado por Mendelsshon como una romanza de casi imposible superación. La pulsación empleada en el decimonoveno le imprimió ese carácter eólico tan descriptivo que lo distanciaba de ese aspecto de experimento con el que es tratado habitualmente, que dejaba una superlativa sensación de ligereza de mecanismo. Después de la dulzura que empleó en el penúltimo, surgió la apasionada expresividad del que cierra la colección en la tonalidad de Re menor, exhibiendo un soberbio equilibrio entre ambas manos en aras a superar ese sentido trágico que destila su armonización.
Terminaba así este recital que satisfizo todas la expectativas que había suscitado, siendo implementado por una mazurca también de Chopin con la que Yulianna Avdeeva quiso corresponder ante el cerrado aplauso de un público entusiasmado por el arte de esta consumada pianista que elevó el concierto inaugural del Concurso a ese extraordinario nivel que se merece.
José Antonio Cantón
LXVI CONCURSO INTERNACIONAL DE PIANO ‘PREMIO JAÉN’
Concierto inaugural. Memorial “Rosa Sabater, Javier Alfonso”
Recital de piano de Yulianna Avdeeva
Obras de Frederic Chopin y Franz Liszt
Teatro ‘Infanta Leonor’ de Jaén, 24 de abril de 2025