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Crítica / Yende y Fabiano en Santander: y de repente, nadie tosió - por Darío Fernández Ruiz

Santander - 24/08/2025

En los setenta y cuatro años de vida del Festival Internacional de Santander, han sido muchas las noches dedicadas a la ópera, la zarzuela o el lied, a menudo protagonizadas por nombres legendarios como Elisabeth Schwarzkopf, Giuseppe di Stefano o, más recientemente Juan Diego Flórez y Renée Fleming. Fiel a esa historia, la cita estival cántabra programó anoche una gala confiada a la soprano Pretty Yende y el tenor Michael Fabiano que vino a replicar el considerable éxito que Sondra Radvanovsky y Jonathan Tetelman cosecharon el año pasado y Sonya Yoncheva hace tan solo unos días.

Que la cosa acabaría bien era algo que se veía venir desde el principio, a juzgar por el lleno que lucía la Sala Argenta y por los cálidos aplausos que acogieron la página que Yende eligió para abrir boca: Siam giunti... D´amor sull´ali rosee... Tu vedrai de Il Trovatore, dicha con gusto y suficiencia en las agilidades. Cierto es que cabría plantear algún reparo a la entusiasta dirección de Pablo Mielgo, que, después de una bien expuesta obertura de La forza del destino, pudo regular mejor el volumen de una esforzada Oviedo Filarmonía o, posteriormente, seguir más de cerca a Michael Fabiano, pero, como digo, había ganas de disfrutar y no tanto de ponerse exquisitos.

La presentación de Fabiano con Quando le sere al placido de Luisa Miller confirmó que, con él, nos encontramos ante un tenor lírico spinto de instrumento caudaloso, centro robusto y agudos firmes. Gran comunicador, desenvuelto en escena, el cantante posee unos medios generosos que prodiga con largueza y un fraseo rico en matices en el que desearíamos, ay, un punto más de fantasía al colorear las palabras.

La gala transcurrió por los derroteros acostumbrados: aria de soprano, seguida por otra de tenor y un dueto, todos ellos bien conocidos, distribuidos con sentido e intercalados con oberturas igualmente célebres. Dentro de un nivel general notable, quizás lo mejor llegase para Fabiano con un Vesti la giubba muy bien declamado, y para Yende, con la Canción a la luna de Dvořák y su voz suspendida sobre la orquesta, desplegando un timbre encantador y conteniendo el aliento de todos: de repente, nadie tosía.

No obstante, sería injusto por nuestra parte no mencionar el loable empeño de ambos en los dúos de Otello, Lucia di Lammermoor y La Bohème o la simpática incursión en el repertorio zarzuelero (No puede ser y Me llaman la primorosa) para hacer las delicias del público. En ellos, Yende y Fabiano evidenciaron una química natural y sincera entre ambos cantantes sin la cual no se concibe ni hubieran llevado a buen puerto la larga propina con que, micrófono en ristre, pusieron punto final a la noche: un medley de cinco melodías popularizadas por el séptimo arte (As times goes by, Moonriver, Edelweiss, The way we were y Over the rainbow). Éxito previsto. Éxito alcanzado.

Darío Fernández Ruiz

 

Pretty Yende, soprano; Michael Fabiano, tenor

Oviedo Filarmonía. Pablo Mielgo, director

Fragmentos de ópera y zarzuela

74 Festival Internacional de Santander

Sala Argenta del Palacio de Festivales de Cantabria

 

Foto © Pedro Puente / FIS

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