Música clásica desde 1929

 

Críticas seleccionadas de conciertos y otras actividades musicales

 

Crítica / XVIII Maestros Internacionales - por Margarita Morais

León - 31/03/2024

La versión de estas dos obras que se han interpretado en el Auditorio Ciudad de León el 23 de marzo de 2024 ha estado a cargo del trio formado por Pablo Martos, violín; Alberto Martos, violonchelo; Ambrosio Valero, piano. Grandes intérpretes, solistas magníficos con una trayectoria musical sobresaliente. Fundado en 2005 por Pablo Martos y Alberto Martos, Garnati Ensemble aspira a promover y a desarrollar la música de cámara a través de la colaboración con diferentes artistas de primer nivel internacional.  Ambrosio Valero es el pianista estable de esta formación, poseedor del Premio Nacional “Manuel de Falla” y galardonado en numerosos concursos nacionales e internacionales.

Sobre Félix Mendelssohn y Trío n°1 en Re menor op.49

Sabemos que fue el primero de sus Tríos con piano y resultó ser una de las composiciones más brillantes de la época. Félix, se casó con Cécile Jeanrenaud, con la que tuvo cinco hijos y fue muy feliz. Mendelssohn, enamorado, escribía a sus amigos: he conocido a una hermosa joven con los más hechizantes ojos azules, es una niña de boca rosa, brillante cabello café rizado, no se puede encontrar algo igual ni en el norte ni en el sur, nada se le compara a ella…y me siento terriblemente enamorado. Tenía él 27 años y Cécile 17 cuando se casaron. Muere con 38 años después de varios derrames cerebrales. Fue pianista, violista, violinista, pintor de acuarelas, compositor, director de orquesta, ajedrecista y revivió el interés por la obra de Juan Sebastián Bach casi olvidada entonces.

El Trío compuesto en 1839 es música amable, agradable de escuchar, conocida de forma especial por sus melodías elegantes, atractivas, refinadas a la vez exigentes, porque Mendelssohn fue también riguroso con el virtuosismo y preparación de los intérpretes que tocaban sus composiciones. Una obra cargada de poesía, emotividad y grandes dificultades técnicas a las que se tienen que enfrentar los instrumentistas. Es un ejemplo perfecto de composición con momentos de lucimiento sublime para el violín, el chelo y el piano. Música de altísima belleza que exige habilidad, destreza e inspiración en cada momento.

Esta obra de Mendelssohn ha sido interpretada y grabada por instrumentistas extraordinarios. Estudiada también por críticos con excelente formación y conocimientos de composición. No deseo añadir nada sobre su estructura, temas melódicos, armónicos y rítmicos a lo ya dicho de manera magistral.

Me detengo un momento para comentar la nobleza, vivacidad y preparación con la que interpreta el Trío GARNATI ENSEMBLE. Actualizan el arte escrito con personalidad auténtica a la vez que mantienen los rasgos de angustia romántica que deja sentir la obra siendo a la vez graciosamente melodiosa junto a ese desconsuelo dramático, dulce, expresivo según viene escrito por Mendelssohn en sus primeros movimientos junto a momentos contradictorios, pero siempre hermanados. Llega el Scherzo describiendo la alegría, el virtuosismo delicado y la felicidad sin estridencias. En el Rondó juegan con el ritmo, creatividad espontanea alcanzando una interpretación natural muy sabia. Magníficos intérpretes que conocen cómo acercar el arte a todos los sentidos. No basta con oír la música; además, hay que verla, decía Stravinski. Así pudimos oír, también con los ojos la pasión, la tragedia, la gracia, el sentimiento reflejado en sus caras y gestos bien armonizados, veraces con galanura y fogosidad.

Bonnín de Góngora en el Trío nº 1 en Re menor

La música comenzó a atraerle fuertemente a temprana edad, tras recibir las primeras clases de mano de su padre, discreto pianista. A los ocho años escribe su primera obra, un pequeño Vals en Do menor (publicado en Art of Sound Music (AOSM, New Jersey).

Un año después ya había compuesto diversas obras, en las que se percibe el conocimiento de la estructura y una particular expresividad.

 Su vida musical transcurre entre el piano y la composición sobre la que desprende Transcendencia y Belleza: con mayúsculas.

…Y, después de una exquisita ensalada, viene un jugoso chuletón (Pablo Martos)

Simpática expresión del violinista Pablo Martos para hablar del grandioso Trío de Bonnín de Góngora -segunda parte del concierto- que está compuesto en cinco movimientos impregnados en algo más alto que belleza, si esto fuera posible. Sin duda, Bonnín, es un artista que tiene un toque sobrehumano en la obra. Al escuchar el Trío sentimos como si nuestro corazón se sintiera más acogedor, abierto y vivo. A la vez, resplandece la luz de la vida. Así escuchamos esta música impregnada en sinceridad, elegancia y generosidad desde que comienza el Allegro con brío.

Bonnín de Góngora busca y encuentra la forma de llegar a nuestro interior con la música que amamos por su conocimiento excelente de este arte y su titánica lucha por dejar un mensaje al público, que escucha, disfruta y siente. Piensa no sólo en la gloria de su creación; a la vez, busca que sea relativamente cercana -sin concesiones- y reconocible por si fuera posible que, al salir del concierto, incluso oigamos “tararear” sus melodías. Sabio criterio al repartir entre nosotros, con generosidad, el encanto atractivo de una belleza grandiosa y humilde. Un estilo de composición que se muestra bienaventurada.

Estreno en León, que en los años y siglos venideros puede ser incluida entre las grandes composiciones que seguirán viviendo entre nosotros.

El primero movimiento es una declaración de intenciones de la dimensión expresiva de la obra. Escrito en Re menor fluctúa entre esta tonalidad -que abre la obra- y Fa menor, creando una efectiva tensión armónica que desemboca en Sol menor y perfectamente asimilado por los ejecutantes del Garnati Ensemble. Está escrito sobre dos temas contrastantes, uno en la tonalidad que abre la obra y otro en Re mayor, de inspiración más pausada. Se re-expondrá este tema con profundo lirismo al final de este primer movimiento y en la tonalidad de Si bemol mayor; no exento de grandiosidad virtuosística y expresiva.

El segundo movimiento es de una armonía dura, inconformista, que lanza una punzada; un grito al infinito, reflejado en un abrupto acorde de novena en el comienzo del movimiento y que los instrumentistas supieron como nadie darle el sentido expresivo y que el profundo lirismo del tema principal anunciado por el violonchelo de Alberto Martos tendría que, de alguna manera, atemperar: y así lo hizo con una nobleza y verdad artística al alcance de muy pocos violonchelistas.

La escritura de este gran segundo movimiento no deja lugar a dudas sobre las inclinaciones del maestro Bonnín De Góngora al dejar que el piano cante solo el tema principal, en una especie de oposición a los otros dos instrumentos. La soledad del piano inefablemente articulada en las manos de un Ambrosio Valero insuperable en el fraseo, expresividad, articulación y fuerza que emanan de esta gran obra.

 Al tema principal, de estructura cantábile, le sigue un torrente de “garrapateas” que liberarán la tensión acumulada mediante un progresivo “crescendo” de gran fuerza expresiva y que los intérpretes en un magnífico alarde de conjunción supieron con gran maestría hacerlo desembocar en el “clímax” expresivo de este segundo movimiento nada fácil de interpretar: música de gran calado, altura emocional y concepción estructural.

El tercer movimiento es un “Canto de Gratitud hacia el Divino Creador”, una especie de oración hacia lo Alto.

Música instrumental sagrada. Más allá de la fe, expresa una visión de Dios de acuerdo con su justicia y su amor. Una composición erudita que lleva dentro un mensaje divino en la tonalidad de Si bemol mayor y que en el violín de Pablo Martos alcanzó -sin duda- las más altas cotas de belleza como pudo verse en la recepción por parte del público.

El cuarto movimiento es un “Scherzo” a la manera de Bonnín De Góngora: tema de pocas notas, enérgico -como el mismo compositor- desarrollado con gran fuerza: es un despliegue de energía equilibrado por una parte central en “prestissimo” y donde, de nuevo, la maestría del piano de Ambrosio Valero quedó patente una vez más: frases perfectamente delimitadas y articuladas, bien medidas -poniendo de patente el compás de “tres por cuatro”- excelente contrapunto piano-cuerdas que, sin embargo, nunca dejó en la duda la estructura monolítica de la composición; a pesar del crisol y temperamento propios de cada uno de los movimientos del Trío.

El último movimiento, un “Rondó” que canaliza toda la tensión de los anteriores movimientos hacia un final apoteósico que exige mucho de los intérpretes a nivel virtuosístico y emocional y que con la excelencia que mostraron sus ejecutantes llegó a las más altas cotas de expresión y lirismo.

 También basado en dos temas contrastantes; uno en la tonalidad de Re menor y otro -discretamente melancólico- en Si bemol mayor, modulando abruptamente a Do menor para desembocar en una Coda tan brillante como de difícil ejecución técnica.

Supieron captar a la perfección los intérpretes la cierta ironía del segundo tema de este Rondó, ironía no exenta de un carácter melancólico un poco extraña en la obra de Bonnín de Góngora: misterios de la mente de este gran artista.

Tuvieron los intérpretes la casi inevitable delicadeza de dedicar unas palabras al recién desaparecido maestro Pollini, en un emotivo gesto de Valero, haciendo gala, asimismo; de su maestría humana al igual que hermanos Martos.

Entusiasmo, emoción entre aplausos, bravos y felicitaciones todas merecidas para el soberano Trío y para el compositor, Bonnín de Góngora, presente en el concierto.

Como bis, nos regalaron el segundo movimiento del Trío nº 2 de Dimitri Shostakovich.

Precioso y Extraordinario concierto. Muchas gracias por estas alegrías recibidas. ¡Enhorabuena!

 

por Margarita Morais

(Presidenta de la Fundación Eutherpe. Premio Castilla y León de los Valores Humanos y Sociales 2023)

 

AUDITORIO CIUDAD DE LEÓN 23 DE MARZO DE 2024 A LAS 20:00 HORAS

XVIII MAESTROS INTERNACIONALES

PROGRAMA DEL CONCIERTO:

Félix Mendelssohn, Trío n°1 en Re menor op.49

Josué Bonnín De Góngora, Trío n°1 en Re menor

Garnati Ensemble

 

Foto: Bonnín de Góngora junto al Garnati Ensemble. 

195
Anterior Crítica / Carmen como curiosidad - por Francisco Villalba
Siguiente Crítica / Reivindicación de Alexander Zemlinsky - por Jerónimo Marín