Primero, celebrar que tres jóvenes y acreditados músicos españoles, puedan ofrecer un programa de cámara de calidad equiparable a la de cualquier otro conjunto mundial de su especialidad, con altas dosis de cercanía y entrega al auditorio. Y en segundo lugar, que nuestras Orquestas tengan también dotación y profesores que puedan colaborar con ellos, manteniendo ese nivel de calidad marcado. Así se produjo el 10º concierto del Ciclo "Recitales y Música de Cámara", que la OSCyL plantea cada Temporada en su pertinente Sala de cámara de Valladolid como clausura del mismo. Colaboró esta vez también, el INAEM y su Centro Nacional de Difusión Musical, CNDM, para el que el Trío "VibrArt": Miguel Colom, violín, concertino de la OCNE; Fernando Arias, cello, Primeros Premios Nacional "Jóvenes Intérpretes" JME y "Primer Palau" en Barcelona; y Juan Floristán, piano, Primer Premio en el Internacional "Arturo Rubinstein", con la participación de los percusionistas de la OSCyL: Ricardo López, Bruno Míguez y Yago Castelló hicieran su debut local.
"VibrArt" ha pensado un Programa especial por su propia novedad, por estar perfectamente trabajado para exponerlo en Gira nacional, por ejecutarlo sin interrupción y por estar basado en la emotivas sensaciones que marcan la vida interior del hombre. Comienza con el Trío con piano en Mib M., "Notturno", D 897, op. 148 de Schubert (1827), tal vez rechazado como "Lento" de su "Trío con piano nº 1", pero que resulta de una sensibilidad tan calmada y sublime como la de su "quinteto de cuerdas D 956", donde el uso del pizzicato es un medio que marcar lo íntimo y trágico de una vida, en vez de hacerlo de modo más ostentoso. El Trío mostró su calidad sonora, apoyado en un toque delicadamente concreto de Floristán en suaves arpegios iniciales (a tapa abierta sin crear problemas de empaste porque el equilibrio sonoro se logra con un manejo primoroso del pedal), sobre los que el dúo de cuerdas planteó la idea temática principal, que parece pivotar sobre la nota Mi, en cuyo entorno tonal se va desarrollando este Adagio ternario extendido ABABA tan inspirador, que ha servido como fondo musical cinematográfico. La sección A, en tonalidad napolitana escrita como Mi M, tres notas con puntillo como idea melódica con aire de marcha a pesar de su lentitud, tuvo a Colom con firme, afinado y dúctil sonido y al cello Arias con color nobilísimo, redondo y homogéneo en toda la tesitura y dinámica, con exacta afinación común. El episodio B maneja ese material pero en Do M. y proseguir la forma ternaria con distintos juegos armónicos en cada sección restante, acordes al Mib que titula al Trío, hasta que en la A del final trinos y agudos del piano ornamentan la melodía inicial, culminando la profunda pieza.
Sin solución de continuidad, "VibrArt" atacó el Allegretto inicial de la Sinfonía nº 15 en La M., op. 141a de Shostakovich (1971), pero en arreglo para trío con piano y percusión, del pianista fundador del Trío "Vidum" (para quien lo hizo en 1972, aprobado por el autor original, tras haberlo hecho también para dos pianos), Víktor Derevianko (Moscú, 1937), profesor en el Instituto Gnessin de Moscú hasta que dos años después, abandonó la URSS y pasó a serlo en la Universidad de Tel Aviv, como Jefe del Departamento de Piano en la cátedra de Estudios Instrumentales; actualmente Emérito en la Escuela de Música Buchmann-Mehta y residente en Parma. Oída la novedad y tal y cómo se tocó, hay que decir que el espíritu de Shostakovich y su intención, de la que su hijo Maksim, que la dirigió en alguna ocasión, dijo: ""refleja los problemas filosóficos del ciclo vital de un hombre"", se mantiene totalmente, en un perfecto trabajo cercano a la literalidad.
Importante trabajo el realizado por los tres percusionistas de la OSCyL, pues no sólo han de utilizar una gama instrumental muy amplia (ya planteada en el original orquestal), sino que han de hacerlo con total concentración en todos los allegrettos en que intervienen, sino con justeza, expresión y dinámica apropiada para protagonizar o acompañar con idéntica sensibilidad y emotividad con que el trío se produjo en la exigente partitura, formando un conjunto compacto que cautivó al auditorio, que los escuchó con total atención y reaccionó ardientemente a la conclusión, con ovaciones y vítores que propiciaron 4 salidas a saludar. Y es que desde los tintineos iniciales del glockenspiel, esta "sinfonía de las citas" tiene en su movimiento I la de la Obertura del "Guillermo Tell" de Rossini, muestra los juegos del hombre-niño y sus inseguridades, las 5 notas de la flauta original (aquí en el piano) con los aludidos pizzicati, escala cromática occidental en la que participa el sexteto, simultaneando el pianista la celesta; paso al II, doble Adagio-Allegretto lento fúnebre con momentos iracundos, donde se remeda el coro de metales sinfónico, está el solo del cello, el redoble de timbales y paso al scherzando del allegretto III, más breve y satírico, con importante xilófono e ir al IV Final, también doble como el II, profundo y complicado pues repasa la mente del hombre desde la niñez a su muerte, con momentos musicales espléndidos, como el apunte de pasacalle en el piano similar al de la marcha de su 7ª Sinfonía, o las citas wagnerianas del "tema del Destino", o de "Sigfrido" o de "Tristán e Isolda", los apuntes de Chaikovski o de Mahler, o de su 4ª Sinfonía en el acorde percutivo, o del trío con timbal tan tétrico y alcanzar la muerte final con el dúo violín-piano tan sentido. En fin, una versión perfecta y emocionante, digno broche a un Ciclo imprescindible.
José M. Morate Moyano
Trío "VibrArt": M. Colom, F. Arias, J. Floristán, más los percusionistas R. López, B. Míguez e Y. Castelló
Obras de F. Schubert y D. Shostakóvich - V. Derevianko
Sala de cámara del CCMD de Valladolid