Aún no se había marchado el verano cuando el pasado 9 de octubre comenzaba la nueva temporada de conciertos del ciclo de Cámara Joven (ciclo Liceo de Cámara XXI del CNDM), una apuesta por las generaciones emergentes que se inicia esta 2025/2026. La encargada de la inauguración fue la Joven Orquesta Nacional de España, JONDE, con tres citas que recorrían más de dos siglos de música.
Dada la buena temperatura con la que se presentó la tarde y la formación protagonista del concierto, el grueso del público de esta velada estaba conformado, en su mayoría, por abundantes vestimentas informales y mucha juventud; y todo ello dotaba a la sala de cámara del Auditorio Nacional de una energía poderosa que solo la sabia joven desprende de forma natural. Solo por sentir que las nuevas generaciones están presentes en la música clásica y llegan pisando fuerte sería suficiente justificación para asistir a estos conciertos, pero es que, además, programa e interpretación aportaron razones de peso para apuntar este ciclo de conciertos en el calendario musical.
La primera obra fue la Serenata en si bemol mayor “Gran partita” de Mozart, interpretada por un nutrido ensemble de vientos que incluía contrabajo. Es esta una obra que el genio de Salzburgo comenzó en Munich, donde pasó días felices, y terminó en Viena, y que se distancia del resto de sus obras de similar estructura por su gran formato. Cincuenta minutos aproximadamente en los que se alternan los movimientos más lentos con los más vigorosos. Es una obra arriesgada para comenzar, hay que tener la maquinaria bien engrasada para que, sin haber calentado antes con una obra más corta, se comience con esta de Mozart.
Pero a la JONDE no le asustan los retos y lo demostró con este; jamás perdió el tempo ni lo ralentizó y para cuando habían llegado al cuarto movimiento, la relajación ya se sentía entre los músicos, que se dedicaban a pasarse la melodía y continuar con gusto al siguiente movimiento. Reseñable el trabajo de los oboes y los clarinetes, que asumieron con eficacia la responsabilidad que conlleva ser los guías.
Y del viento a la percusión para continuar el programa. Precisamente la diversidad de agrupaciones, mostradas por familias y obras, y el movimiento que esto conlleva en el escenario, entretuvo al público y lo mantuvo expectante todo el concierto. Comenzó Ceci nést pas un balle, del compositor Alexandre Esperet, cuya propuesta es una experiencia sonora y visual que tiene una única directriz impuesta (“el desplazamiento de la mirada debe dar consistencia a la danza”) y deja al criterio de los tres percusionistas todo lo demás. Divertida y atractiva interpretación de una obra que acerca esta familia musical al público.
Por último, acabó la primera parte con Ionisation de Edgar Varèse, un reto al que se enfrentaron los seis percusionistas de la JONDE. Muy popular en los escenarios de finales del siglo XX, recrea la liberación de electrones tras la colisión de átomos y rayos X con placas y baquetas; les valió un gran aplauso a los intérpretes por la destreza y energía que vertieron en su versión.
La segunda parte comenzó con el estreno en España de Haikus del mar del compositor José Manuel López López. Una obra exquisita, de poética contenida, con una puesta en escena hipnótica que hace soñar al oyente con el mar, el viento o la arena. El grupo de percusionistas de la JONDE supo aprovechar el momento y mantuvo inmóvil al auditorio con su delicadísima versión.
El contrapunto de esta parte, equilibrada con dos piezas de intenciones opuestas, llegó con Metamorphosen, para septeto de cuerdas; una obra que le valió a Richard Strauss como metáfora para despedirse del desaparecido Teatro Nacional de Munich durante la Segunda Guerra Mundial y a la JONDE para presumir de sus músicos de cuerda. Inspirada en un pasaje de la Sinfonía Heroica de Beethoven, su dramático discurso puso el broche final a un concierto de programa muy bien estructurado y cuya interpretación permite vislumbrar un fantástico futuro musical.
Esther Martín
JOVEN ORQUESTA NACIONAL DE ESPAÑA:
Martín Lopesino Bercianos y Lucas Martínez Riaza OBOES
José Manuel López González y Flavio Castellanos Lozano CLARINETES
José Muñoz Román Y Gabriela Hernández Jaime CORNI DI BASSETTO
Alejandro Morillo Cabezas y Kaleb Bou Roig FAGOTES
Anaís Romero, Patricio Medina Carrillo, Pau Miquel González Aguilar
y Daniel Martín Andreu TROMPAS
María Asensi Yagüe y Joan López de Soria Homar VIOLINES
Jorge Gallardo Suárez y Laura Torroba Bachiller VIOLAS
Jairo Rodríguez Visuerte y Mark Fliderman Kuligin VIOLONCHELOS
Guillermo Sánchez Lluch y Víctor Chávez García CONTRABAJOS
Miguel Barberá López, Laia Blay Herranz, Joan Carot Martínez,
Adrià Fort Noguera, Magí Llatser Torres e Iván Mesas Navas PERCUSIÓN
Lorenzo Ferrándiz DIRECTOR
Auditorio Nacional de Música | Sala de Cámara
Cámara Joven (ciclo Liceo de Cámara XXI del CNDM)
Foto © Elvira Megías