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Críticas seleccionadas de conciertos y otras actividades musicales

 

Crítica / Sólido sonido orquestal - por José Antonio Cantón

Alicante - 11/11/2025

Entre los conciertos anunciados para la presente temporada sinfónica del Auditorio de la Diputación de Alicante (ADDA), el protagonizado por la Orchestra Sinfonica Nazionale della Rai, una de las formaciones punteras del panorama musical de Italia desde que fuera fundada el año 1993, generó una gran expectación en el público alicantino que llenaba el aforo de la sala. Era el segundo concierto de la gira de cuatro días por España completada con una presencia en el Palau de Música de Barcelona y dos en el  Auditorio Nacional de Madrid, presentándose en el escenario del auditorio alicantino con una elocuente versión de la obertura de la ópera Guillermo Tell de Gioachino Rossini.

Para su actuación en el ADDA ha contado con la participación del violinista franco-alemán Michael Barenboim con el Cuarto concierto para violín y orquesta en Re, K.218 de Wolfgang Amadeus Mozart que ha determinado poder escuchar el precioso sonido de este intérprete, una de sus constantes en la búsqueda de hacer valer una de las razones de ser de este arte universal. Su entendimiento con el maestro Andrés Orozco Estrada, titular de la orquesta desde el año 2023, se puso de manifiesto de inmediato en el Allegro que abre la obra adoptando esa sensualidad que le caracteriza desde el ponderado virtuosismo que exige esa especie de superior sentimiento galante lleno de fantasía que quiere expresar el compositor. La límpida sonoridad del instrumento quedaba favorecida por la tonalidad mayor de la obra, que Michael Barenboim supo aprovechar con la habilidad expresiva que le permitían los sucesivos arpegios antes de la recapitulación. Su capacidad de canto quedó de manifiesto en el Andante central, resaltando sobre la orquesta un especial sentido afectuoso que era secundado por la pareja de oboes que llegaron a crear unas mixturas tímbricas de raro y contrastado efecto. Como singular capacidad rítmica, director y solista afrontaron el rondó final dejando que el discurso entrara en un ámbito de percepción más optimista, aspecto que elevó la afinidad del auditorio favorecida por los aires de danza (giga y gavota) que el solista supo exponer con especial gracia hasta su quedo final al que recurre Mozart idealizando el estilo francés. La audacia técnica que Michael Barenboim mostró en las cadencias incorporadas de Fritz Kreisler a cada uno de los movimientos, significó un toque de distinguido contraste complementando la belleza de esta obra concertante. Su muy fraseada recreación de un movimiento lento perteneciente a alguna de la obras para violín solo de Juan Sebastián Bach, que ofreció como bis, significó completar una actuación redonda en la que quedó demostrada su madurez como músico de alta escuela.

La segunda parte del programa estuvo dedicada a una de las sinfonías más elocuentes de la música descriptiva y un absoluto ejemplo del arte de la orquestación como es la Sinfonía Fantástica, Op.14 del compositor francés Hector Berlioz. Asumiendo ese aspecto referencial dentro de este gran repertorio, el maestro Andrés Orozco Estrada se dispuso a una apasionante dirección de este drama sustentado en un amplio contenido instrumental. Conocedor del poder de la distintas secciones de la Orquesta della Rai planteó su conducción con una clara determinación por destacar los factores dramáticos y emocionales de esta sinfonía en la se describe la atormentada existencia de un artista ante un amor no correspondido. Es así como llevó a la fijación del motivo recurrente que a aparece en su desarrollo con una gran respuesta de la orquesta, que dejaba patente sus recursos con marcada suficiencia remarcada por las pulsiones ligeramente sincopadas que se distinguen en el primer movimiento. En el segundo, trató con elegancia el tempo de vals, permitiendo que las dos arpas marcaran los momentos de mayor expresividad, para propiciar con brillantez los pasajes dialogantes del viento madera de la Escena en el campo que ocupa el tercer tiempo, así denominado, antes de la percusiva y resonante Marcha al suplicio, que se constituía en la parte más espectacular de la interpretación que terminaba con una verdadera exhibición orquestal en el Sueño de una noche de Sabbat, aludiendo en un espectacular pasaje fúnebre al sobrecogedor sonido del Dies irae que, como si fueran verdaderos rugidos, emitían los instrumentos graves de viento, antes de entrar en esa secuencia fugada del final de la obra que requiere un audaz y a la vez tenso esfuerzo de conducción.

Ante el enorme aplauso del público por tan convincente actuación, el maestro quiso sosegar tensiones con una muy sentida y conseguida versión del Intermezzo de la ópera Cavalleria rusticana de Pietro Mascagni, que llevó a que pudiera apreciarse la esencia lírica de su música desde una perspectiva puramente italiana, cerrándose así una velada de máximo relieve orquestal en el auditorio alicantino dado el sólido partido artístico y sonoro que supo extraer el maestro colombiano Andrés Orozco Estrada de la Orchestra Sinfonica Nazionale della Rai, una de las tres más relevantes formaciones del país transalpino junto a la Orchestra dell’Accademia Nazionale di Santa Cecilia de Roma y la Orchestra del Teatro alla Scala de Milán.

José Antonio Cantón

 

ORCHESTRA SINFONICA NAZIONALE DELLA RAI

Solista: Michael Barenboim (violín)

Director: Andrés Orozco Estrada

Obras de Gioachino Rossini, Wolfgang Amadeus Mozart y Hector Berlioz

Auditorio de la Diputación de Alicante (ADDA), 04-XI-2025

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