Lo mismo que RITMO sorprende por alcanzar en diciembre el Número 1.000 en su publicación musical pionera en España, Medina del Campo, con sus 21.000 habitantes más o menos, sorprende por haber celebrado ya la XXXIV edición de su Semana Internacional de la Música, con 7 Conciertos de primer nivel que tocan todo tipo de música clásica, con el 82% de la capacidad total del Auditorio Municipal Emiliano Allende, sede de la misma, abonado por un público fiel, que se completa con quienes buscan programas concretos, dando prácticamente el completo, este año entre los días 3 y 9 de Noviembre, inclusive. Este milagro musical y cultural, viene siendo posible por la constancia y resistencia del Director artístico que da nombre al Auditorio y el eco que provoca en las Instituciones local, provincial y autonómica más el apoyo de Empresas de la Comarca, que gustan prestarlo para difundirla.
Presenciamos tres de los Conciertos, iniciados en el Barroco español con el prestigioso Ensemble “La Ritirata” que dirige Josetxu Obregón, cello, en el que sobresalió por su brillantez y afinación el violinista Hiro Kurosaki junto a otros tres virtuosos de cuerda. Su programa, titulado “Fandango”, versó sobre la figura del italo-español Luigi Boccherini (1743-1805), del que ofrecieron sus Quintetos más famosos, interpretados cada uno sin pausa: el nº 73 en Sib M., op. 39/1; el 60 en Do M., op. 30/6, “Música nocturna de las calles de Madrid”, de cuyo VII movimiento toma el Conjunto nombre; y el 77 en Re M., op.40/2, “Fandango”, de cuyo tercer movimiento se nominó al Programa. Todos hechos con gracia y musicalidad, atendiendo debidamente a su variedad de ritmos y a la abundante cita del folklore español con tintes de lo italiano. Éstos se hicieron más presentes en los interludios entre Quintetos, a trío violines-cello: Minuetto del Trío nº 2 en Sol M. y Adagio del Concierto nº 77 para cello y cuerdas en Sol M con el tempo muy marcado el primero, violines muy ornamentados y canto del cello, y casi un “lamento” el segundo, con fraseo muy sentido. El éxito fue total, lo que les llevó a regalar el celebérrimo Minuetto de su Quinteto de cuerdas op. 11/5 , para gran alborozo del público.
El joven Cuarteto Gerhard, con un magnífico Miquel Jordà a la viola, nos dio una estupenda sesión de cámara, con repertorio al que llamó “Polifonías” pero que fue más allá, reuniendo tres modos de acceder al dolor y la meditación en tres épocas y estilos diferentes: Tomás L. de Victoria, Shostakóvich y Beethoven. Al abulense lo introdujeron como primer movimiento del Cuarteto para cuerdas nº 8, en Do m., op. 110, que el ruso dedicó “En memoria de las víctimas del Fascismo y la Guerra”, pero que igualmente pudo ser reflejo de su drama personal, al no gozar de total libertad para expresarse musicalmente ante la opresión política en su país; de ahí que el Responsorio “O vos omnes”, versionado por el Gerhard, encajara naturalmente junto a los cinco originales del nº 8, tan de moda ahora entre los jóvenes, del que nos dieron una lectura hermosa, rotunda, muy bien concertada y entendida en su globalidad, con sus tonos elegíacos, su toque melódico judío por el “holocausto” (que hoy olvidan), sus disparos y aviones y esa firma propia DSCH que puesta en notación musical alemana, se convierte en motivo omnipresente.
El Cuarteto nº 15 para cuerdas, en La m., op. 132 de Beethoven, segundo de “los rusos” por aquel que se los encargó dos años antes de su muerte, tiene la profundidad y novedad a que esa madurez había ido llevando al autor, pues no sólo exige técnica y conjunción completa, (que aquí la tuvo toda por la calidad de los componentes del “Gerhard” y la seriedad en el trabajo que les va abriendo puertas en Europa), pero faltó ese punto de interiorización que sólo se logra con la edad. Aún así, interpretación y actuación fueron muy ovacionadas.
La tercera cita la tuvimos con el S. XX. Programar un Concierto como éste en Medina, ya es por sí solo un mérito. Pero que lo haga un pianista como Alberto Rosado (1970), auténtico virtuoso, figura y especialista del género, habla muy bien del nivel alcanzado por la SIMME y a dónde ha llegado su público. El salmantino planteó Húngaros del S. XX: Bartók, Ligeti yKurtág, disponiendo 3 partes de duración decreciente que presentó oralmente, que agrupaban obras cortas de los 3 compositores por temas que los 3 trabajaron: fanfarrias, homenajes, velocidad, lamentos, nuevas experiencias, …, ilustradas en simultánea pantalla por todas las partituras que iban sonando. Estos aciertos, la técnica prodigiosa del artista y su energía, tensión y musicalidad conjuntas, su resistencia física y el amor que destila hacia estos repertorios, mantuvieron expectante y sorprendido al público, que pudo apreciar perlas exactamente engarzadas de obras del Mikrokosmos, la Piano sonata, Bagatelas, danzas de la Tanz-Suite y Out of dors de Bartók; Estudios y Música Ricercata de Ligeti, y muestras de Jatékok u Ocho piezas para piano de Kurtág, incluidas La escalera del diablo de Ligeti y la Pelea de 5 dedos de Kurtág, tour de force para cualquier intérprete, que Rosado hace con naturalidad conocimiento. Un éxito para todos.
La SIMME se completó con una Gala Lírica donde arias, romanzas y dúos fueron cantados por las jóvenes promesas Alexandra Zamfira, soprano, y Javier Blanco, barítono-bajo que, acompañados al piano por el siempre experto Rubén Fernández Aguirre, dieron toda satisfacción al repleto Auditorio. La OSCyL, al mando del joven Director ganador del Concurso de JME, Leonard Wacker, y su Concertino Luis Mª Suárez como solista, hicieron un monográfico Mozart, muy celebrado.
La Orquesta Barroca de Sevilla, con la flauta solista de Rafael Ruibérriz, interpretó un monográfico Vivaldi que, bajo el apelativo “Il Gardellino”, agrupó los Conciertos para cuerdas RVs 114 y 156 y los Conciertos para flauta RVs 433, 428 (el del apelativo), 434, 439 y 435. Como clausura, se programó a la concertista local de piano Sandra Cebrián (1999) que, tras su Premio Extraordinario y Mejor Expediente Fin de Carrera en el Superior de Salamanca, Máster en Enseñanzas Artísticas, Perfeccionamiento en el Conservatorio de Amsterdam, Primer Premio en el IV “Nouvelles Étoiles” de París’21, Tercero en el Internacional “Moscú en Línea” e inicio de sólida carrera en Países Bajos y España, colaborando también con la JONDE y otros Ensembles, debutaba en la SIMME que sin duda le ayudó a crecer en lo musical, de la mano de Schumann, Brahms y Prokófiev, consiguiendo el reconocimiento absoluto de sus paisanos. Todo esto dio de sí una trigésimo cuarta edición, que volvió a situar a Medina del Campo en el panorama musical de España. ¡Enhorabuena una vez más!
José Mª Morate Moyano
XXXIV edición de la Semana Internacional de la Música
Auditorio Municipal Emiliano Allende, Medina del Campo