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Críticas seleccionadas de conciertos y otras actividades musicales

 

Crítica / Músicas para el recuerdo - por Gonzalo Roldán Herencia

Granada - 23/06/2025

El Festival Internacional de Música y Danza de Granada acoge en su programación a la Orquesta Ciudad de Granada bajo la dirección de Juanjo Mena, en un concierto que rindió homenaje a la música española y francesa del siglo XX al contemplar varios aniversarios cumplidos este año.

El primero de estos homenajes fue la conmemoración del centenario de la versión de ballet de El amor brujo de Manuel de Falla. Estrenada en París en 1925, la partitura definitiva de esta obra constituye un ejercicio de depuración estética y síntesis formal, donde el material de raíz flamenca queda integrado en una arquitectura camerística de notable concisión. Juanjo Mena optó por una interpretación de perfil contenido, favoreciendo los contrastes de color y la nitidez de los perfiles rítmicos por encima del dramatismo explícito. El director articuló la obra con sentido estructural, subrayando las simetrías internas y manteniendo un control preciso de las dinámicas. Su aproximación evidenció una cuidada atención al balance tímbrico y a las transiciones modales, especialmente en las zonas de ambigüedad armónica, esenciales en el discurso de Falla.

La Orquesta Ciudad de Granada respondió con una prestación sólida, ajustada al carácter transparente de la partitura. Las cuerdas mostraron una articulación precisa, mientras que las maderas —oboe y flauta, en particular— contribuyeron con un color expresivo y bien proyectado en sus intervenciones solistas. Los metales, por su parte, lograron un sonido incisivo sin comprometer el equilibrio general del conjunto.

La mezzosoprano Cristina Faus abordó la parte vocal con una concepción claramente declamatoria, que priorizó el valor semántico del texto sobre cualquier tentación lírica. Su enfoque, estilísticamente informado, evitó cualquier exceso vibratorio y se ancló en un fraseo contenido y expresivo, que dotó de carácter a su Candela sin necesidad de apoyarse en efectos vocales ajenos al espíritu de la obra. En la Canción del fuego fatuo, la precisión rítmica y el control de la emisión contribuyeron a una interpretación introspectiva y eficaz, donde la voz se fundía con la textura instrumental sin perder protagonismo.

Le siguió en el programa el Concierto para piano en sol mayor de Maurice Ravel, de quien este año se cumplen ciento cincuenta años de su nacimiento. La parte solista estuvo a cargo de Jean-Efflam Bavouzet, quien ofreció una lectura marcada por la agilidad rítmica, la transparencia tímbrica y una refinada pulsación interior. Su fraseo, de gran elasticidad, supo equilibrar el carácter lúdico del primer movimiento con el lirismo introspectivo del Adagio assai, en el que desplegó un legato lleno de intención expresiva, sin excesos afectivos. En el Presto final, la articulación precisa y el control dinámico permitieron realzar el virtuosismo sin convertirlo en exhibición vacía. La Orquesta Ciudad de Granada, bajo la dirección de Juanjo Mena, respondió con brillo y flexibilidad, muy atenta a las sutiles transiciones de color y a los juegos rítmicos que Ravel exige.

La segunda parte del concierto se abrió con la versión orquestal de Epiclesis II – originalmente concebida para órgano – de Juan Alfonso García, de quien se cumple el décimo aniversario de su fallecimiento. Esta obra constituye una traslación eficaz y profundamente respetuosa del lenguaje introspectivo y vertical que caracteriza la escritura organística del compositor granadino. La obra, que parte de un motivo sencillo, pero de clara impronta litúrgica, desarrolla un discurso meditativo en el que el equilibrio modal, la progresión armónica contenida y la espacialización sonora cobran un protagonismo determinante.

Juanjo Mena supo ofrecer una lectura coherente y estructuralmente sólida, marcando con pulso sereno la arquitectura seccional de la obra, sin perder nunca de vista su dimensión espiritual. El tratamiento orquestal del autor, lejos de limitarse a una mera orquestación del material original, explora la expansión vertical del color y aprovecha la resonancia natural de los grupos instrumentales para crear un ambiente de recogimiento sin caer en el estatismo. La Orquesta Ciudad de Granada respondió a las indicaciones de Mena con una sonoridad densa pero nunca opaca, atenta al juego de planos tímbricos, en especial en los diálogos entre maderas y metales graves.

Otra obra programada a modo de homenaje fue las Noches en los jardines de España, concierto dedicado por Manuel de Falla al pianista Ricardo Viñes, del que también se cumplen 150 años de su nacimiento. Jean-Efflam Bavouzet volvió a interpretar la parte solista, y demostró un dominio refinado del color pianístico, abordando la escritura de Falla con elegancia natural y una atención exquisita al detalle. Su toque, fluido y siempre atento al matiz, permitió que el piano se integrara como una voz más dentro del complejo entramado tímbrico, sin caer nunca en el exceso de protagonismo. Juanjo Mena, por su parte, desplegó una batuta atenta a la transparencia y al equilibrio, cuidando especialmente la respiración de las frases y los perfiles melódicos de la orquesta, con especial acierto en la movilidad flexible de En el Generalife y la sensualidad contenida de Los jardines de la Sierra de Córdoba. La Orquesta Ciudad de Granada respondió con una prestación cálida y bien equilibrada, destacando las maderas y las suaves texturas de la cuerda, fundamentales para recrear la atmósfera nocturna y ensoñada que impregna la obra.

El concierto se cerró con La Valse de Ravel. Una vez más la interpretación de Juanjo Mena al frente de la Orquesta Ciudad de Granada resultó especialmente efectiva por la atención prestada a la construcción progresiva del discurso, cuidando cada célula temática desde su aparición velada hasta la desintegración final. Desde el inicial trémolo en las cuerdas, planteado con una tensión latente y sin concesiones retóricas, Mena articuló con claridad los diferentes episodios de la obra, subrayando sus modulaciones armónicas y la variedad de planos orquestales con una dirección detallista y muy consciente del potencial expresivo del conjunto. Destacó la riqueza del color instrumental en los pasajes intermedios, donde la orquesta supo ofrecer una paleta tímbrica rica y contrastada sin perder unidad ni transparencia.

La Valse constituyó el clímax final de una velada consagrada a músicas para el recuerdo, en la que la calidad de los solistas y una dirección precisa y coherente se convirtieron en una lección de elegancia y saber interpretativo en la batuta del maestro Juanjo Mena.

Gonzalo Roldán Herencia

 

Festival de Granada: Orquesta Ciudad de Granada

Programa: Manuel de Falla, El amor brujo (versión de 1925) y Noches en los jardines de España; Juan Alfonso García, Epiclesis II; Maurice Ravel, Concierto para piano en sol mayor y La Valse.

Orquesta Ciudad de Granada

Director: Juanjo Mena

Solistas: Jean-Efflam Bavouzet (piano) y Cristina Faus (mezzosoprano)

Lugar y fecha: Palacio de Carlos V, 20 de junio de 2025

 

Foto © Fermín Rodríguez

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