Música clásica desde 1929

 

Críticas seleccionadas de conciertos y otras actividades musicales

 

Crítica - Me supo a poco - por Francisco Villalba

Madrid - 13/02/2022

Nos visitaba al Ciclo de Lied del CNDM en el Teatro de la Zarzuela de nuevo el gran Matthias Goerne, acompañado,  por segunda vez en este ciclo, por Markus Hinterhäuser, magnifico pianista y actual Director Artístico del Festival de Verano de Salzburgo hasta el 2026. Es sabido que son íntimos amigos y sus colaboraciones suelen resultar brillantes en el campo del lied.

En esta ocasión se presentaban con un programa exactamente igual a uno que ya  habían interpretado en 2018 en el Festival de Salzburgo, dedicado a composiciones de uno de los gigantes del lied, Robert Schumann.

Comenzó con los Seis poemas de Nikolaus Lenau, del que eliminó el primero de ellos, Lied eines Schmiedes (Canción del herrero), y el anónimo Requiem para continuar con los 12 que integran los Liederkreiss op. 39, con textos de Joseph von Eichendorf, seguido de una selección de dos de los 9 Lieder und Gesänge aus “Wilhelm Meister”, con  textos de Johann Wolfgang Göethe, Wer nie sein Brot mit Tränen ab, Quien jamás comió pan con lágrimas y  An die Türen will ich schleichen Callado iré de puerta en puerta,  aunque en el programa figuraba también Wer sich der Einsamkeit ergibt Quien se entrega a la soledad, que no cantó, para concluir con el tremendo Die Löwenbraut, La novia del León con texto de Adelbert von Chamisso y esas cinco maravillas que son Gedichte der Königin Maria Stuart, Poemas de la reina María Estuardo.

El recital fue una exhibición de excelente música impecablemente interpretada. Goerne demostró una vez más que es un intérprete de primera línea en el mundo del lied. Su voz quizá ha perdido frescura, es cada vez más oscura, pero esto le permite dotar a los lieder más dramáticos de una entidad fuera de serie. Canta con el cuerpo que gira de forma incesante, con la garganta, con los brazos, se transforma en un instrumento perfecto para extraer lo más recóndito del sentido de los lieder. Hinterhäuser al piano es su acompañante perfecto, atento, delicado, inspiradísimo en ocasiones.

Pues bien, a pesar de tantas bondades e interpretaciones memorables de algunas de las obras como La vaquera,  El Ermitaño, La tarde opresiva, En un castillo, Im Walde, para mí no se encendió la mecha de la emoción hasta escuchar La novia del León, y los Poemas de la reina María Estuardo.

Hasta ese momento el programa me pareció sin contrastes, la elección de los lieder demasiado homogénea, pero llegada esta última sección, el bajo barítono desplegó todo su armamento interpretativo y nos regaló su arte en la máxima expresión. No se puede describir con más delicadeza y fuerza dramática la relación de la joven con la fiera y el trágico final. Con los Poemas de María Estuardo pudimos sentir la añoranza en su despedida de Francia, el gozo ante el nacimiento de su primer hijo, sus temores en la carta a la reina Elisabeth I, su desoladora despedida del mundo y su resignada oración en la mazmorra. Todas ellas utilizando todos los recursos que le han proporcionado tantos años de ser uno de los lideristas señeros de esta época. Goerne oscurece la voz, no duda en apianar hasta casi utilizar el falsete, colorea su instrumento con mil matices, cada frase, cada nota  adquieren sentido en su garganta. 

Hinterhäuser estuvo al mismo nivel.

Francisco Villalba

 

Matthias Goerne, Markus Hinterhäuser.

Obras de Schumann.

Ciclo de Lied, Teatro de la Zarzuela, Madrid.

 

Foto © Rafa Martín

378
Anterior Crítica / Ciobanu y Petrenko descifraron todos los enigmas - por José M. Morate Moyano
Siguiente Crítica / Alondra de la Parra triunfa en Barcelona - por Juan Carlos Moreno