Dentro de una tradición no escrita (Una Novena por Navidad titulé en otra pequeña paráfrasis hace años por estas mismas fechas, tan señaladas del calendario) la Orquesta y el Coro de la Comunidad de Madrid ofreció en su ciclo sinfónico, esta singular, poderosa y trascendente Sinfonía “coral” beethoveniana.
Energía, articulación y contraste definieron desde un primer momento la dirección de su Titular, Alondra de la Parra. Una actitud dinámica que, andando la partitura, fue ofreciendo su fruto: esa extraña sensación de "cosmicidad" universal que, en una lectura moderna desprende esta Sinfonía... Esa apariencia “sideral” de que sus temas y motivos se despiertan desde un ignoto “fondo cósmico”, una “luz residual” o, si quieren con referencia (acústica además) a uno de sus más populares modelos astrofísicos, como ecos virtuales de aquel primordial Big Bang…
El Scherzo (con su trío) sonó cabalmente perfilado, sin exagerar en el tempo, pero definiendo la articulación de un característico non legato, especialmente en el viento madera donde esta peculiaridad da una enorme vitalidad a la textura de sus gestos melódicos y rítmicos repetidos. Gestos donde se destacan esos peculiares saltos de octava, acentuados en esa forma relativamente asimétrica o, más bien, furtiva que genialmente propone Beethoven.
Tras este Scherzo, entró el cuarteto solista al escenario de la sala sinfónica del Auditorio Nacional, y, a la sazón, la orquesta aprovecha para perfilar de nueva la afinación. Un cuarteto vocal formado hoy por: Serena Sáenz, soprano; Judit Jutasi, mezzosoprano; Andrés Moreno, tenor; y, Matthias Goerne, barítono.
El Adagio molto e cantabile, un tercer movimiento lírico, tuvo especial cuidado de principio a fin, en la oportuna y perenne fluidez del “canto”.
Inicio del cuarto y definitivo movimiento… Su imperioso “preludio”, crisol de la propia obra, prepara la entrada del célebre tema hímnico y la exhortación del barítono… Una entrada y su posterior desarrollo sinfónico-coral cuyo animado tempo fue lo más destacado de esta versión. Un tempo que espoleó un tanto al cuarteto solista citado. Un cuarteto que, por otro lado, lleva sobre sus hombros ese estigma beethoveniano que suele adornar esta Sinfonía, donde las tesituras y su insistencia, condicionan de forma prometeica, casi sisífica, la misma interpretación personal y privada (... que Beethoven en esto, “no era manco” precisamente…).
Ya fuera de programa, junto a los conjuntos A tu ritmo y Coro abierto que se unieron a todo el elenco coro y orquesta, se compartieron (con el público, también) una serie de conocidos villancicos de propina ad hoc.
Luis Mazorra Incera
Serena Sáenz, soprano; Judit Jutasi, mezzosoprano; Andrés Moreno, tenor; y, Matthias Goerne, barítono.
Orquesta y Coro de la Comunidad de Madrid / Alondra de la Parra.
Novena sinfonía de Beethoven.
ORCAM. Auditorio Nacional de Música. Madrid.