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Crítica / Larga vida a la Escuela Bolera - por Blanca Gutiérrez Cardona

Madrid - 19/09/2025

¡Cuánto talento pueden mostrar nuestros jóvenes artistas!

Viene este comentario a raíz de asistir el pasado sábado 6 de septiembre al espectáculo ‘Danzas solemnes’ de la compañía de danza Cristina Cazorla.

Para quien aún no les suene este nombre, anótenlo con atención porque es una joven coreógrafa y bailarina que ya no es una ‘joven promesa’ sino una artista a tener muy en cuenta en el panorama de la danza de este país. Cazorla se ha formado y desarrolla su carrera en el campo de la danza española, y es especialista en la llamada Escuela Bolera. Con su espectáculo Madrileña, estrenado y coproducido en los Teatros del Canal fue candidata a 3 Premios Max y Premio de Danza Premios Madroño 2024.

Cristina Cazorla fundó su compañía en 2022 con una clara intención: defender, conservar y explorar el lenguaje de la danza española siendo fiel a la técnica y el lenguaje ortodoxo de la escuela bolera, pero abordando la creación coreográfica desde los intereses y perspectivas actuales. Con estas bases Cía Cristina Cazorla ha presentado ya tres espectáculos que continúan en gira: Madrileña, ya mencionado, Memoria, y Danza bolera y guitarra española. A ellos se les une este nuevo estreno Danzas solemnes, quizá el de mayor envergadura en cuanto a concepto coreográfico y musical y en cuanto a producción.

Danzas solemnes se articula en tres actos, titulados ‘Danzas solemnes’, centrado en la escuela bolera, ‘Concierto de Aranjuez’, dedicado a la danza española, y ‘Danzas gitanas’, fusionando escuela bolera y danza española. Uno de los indudables aciertos de este espectáculo es la elección de las músicas, que van dando forma y carácter a estos diferentes actos. En el primero, un inteligente remix entre la Iberia de Debussy, la Serenata de Chapí y varias danzas de Sanz, Murcia y Briceño fue el marco ideal para una hermosa exhibición de escuela bolera, donde el espectáculo no se hizo nunca pesado gracias a las estupendas dinámicas establecidas entre coreografía, luces y música. La escuela bolera, con sus zapatillas sin puntas y sin porteos, podría parecer más ‘aburrida’ que la danza clásica, menos efectista. Pero la frescura que le otorga el empleo de las castañuelas para acompañar los movimientos, la elegancia de brazos y piruetas, y en la ocasión que nos ocupa, el saber hacer de coreógrafa y equipo artístico y técnico (especial mención a la evocadora luminotecnia) contribuyen a construir un espectáculo fascinante. Tres bailarinas y dos bailarines, mediante los canónicos solos, dúos, tríos y grupos supieron demostrar toda la magia de la escuela bolera.

En el segundo acto, con la música del archiconocido Concierto de Aranjuez, la danza española se convirtió en la protagonista. Fue el momento de quitarse las zapatillas, y calzarse los zapatos, así como las faldas flamencas y el pantalón de tiro alto. Fue también la ocasión de Cazorla para dejarse llevar hasta el extremo por la imaginación en ciertos momentos, modernizando algunos movimientos, jugando entre ortodoxia e innovación, contando una historia sin palabras. Con la bata de cola como protagonista, un pathos trágico recorrió la pieza. Y Cazorla, apresando esa inquietud mediante una cuidada y medida coreografía, a caballo entre la expresión y la técnica, confirmó que está adquiriendo una madurez como coreógrafa a la altura de su calidad como bailarina.

Y llega el acto tercero, ‘Danzas gitanas’, mezcla de danza española y escuela bolera, con músicas de Luna, Turina y García Abril. De nuevo, las secuencias coreográficas sabiamente orquestadas por Cazorla, lograron que el diálogo entre ambos estilos de danza funcionara a la perfección tanto en los solos como en las parejas, tríos y conjuntos. Quizá la parte del espectáculo más decididamente ‘flamenca’, siempre matizada por la sensualidad elegante de la danza española. No queremos olvidarnos de señalar que los 5 bailarines del espectáculo: Susana Algora, Isabel Serrano, Javier Moreno, Adrián Gómez y la propia Cristina Cazorla, demostraron una calidad técnica incontestable, y lograron transmitir el plus de expresividad y sensibilidad que poseen los grandes profesionales de la danza. Ajustados siempre a cada exigencia de los distintos estilos, estuvieron cómodos y expansivos tanto en zapatillas como con zapatos, con una, maravillosa de ver, técnica de brazos, forjando para cada fragmento determinado el clima solicitado.

El teatro del C.C: Paco Rabal se llenó hasta la bandera y aplaudió durante largos minutos al elenco de bailarines y a todo el equipo técnico.

En resumen: distintas estéticas y sensibilidades para un mismo esfuerzo: mantener viva y creciendo la danza española y la escuela bolera. Como en esta ocasión, cuando en las Danzas solemnes de Cristina Cazorla se manejan con respeto, con conocimiento y sabiduría coreográfica unas coordenadas preestablecidas, y jugando con esa tradición e incorporando unas dosis de contemporaneidad se logra que el espectáculo crezca y aporte nuevas dimensiones a una tradición cultural que es deseable que no desaparezca.

El espectáculo está pendiente de nuevas programaciones, les recomiendo encarecidamente que estén atentos, si les gusta la danza no deberían perdérselo.

Blanca Gutiérrez Cardona

6 de septiembre 2025. C.C. Paco Rabal, Madrid
Cristina Cazorla. Compañía en residencia. Danza española
DANZAS SOLEMNES
Dirección artística: Cristina Cazorla
Producción: Rajatabla Producciones SL
Coreografía: Cristina Cazorla
Bailarines: Cristina Cazorla, Javier Moreno, Susana Algora, Adrián Gómez e Isabel Serrano Músicas: Claude Debussy, Ruperto Chapí, Joaquín Rodrigo, Joaquín Turina, Antón García Abril, Gaspar Sanz, Pablo Luna, Luis de Briceño, Santiago de Murcia
Dramaturgia: Esther Tablas
Diseño de iluminación: Edgar Calot
Diseño de vestuario: Cristina Cazorla
Vestuario: Carmen Sánchez ‘La Genara’, José Arroyo, Tania Bakunova, Carla Prado Design
Producción: Esther Tablas

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