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Crítica / Gratitud - por Luis Mazorra Incera

Madrid - 03/11/2025

La riqueza de matices del Primer quinteto para arpa, flauta, violín, viola y violonchelo de Jean Françaix no necesita, no necesitó de grandes dinámicas, de gran aparato y aspaviento... Así lo demostraron los dos Andantes, especialmente el primero de ellos, … tranquilo…, con el que nos ambientamos, nos alejamos de súbito del estresante ajetreo madrileño, en el arranque de un grato programa del ciclo Satélites de la Orquesta Nacional de España protagonizado con detalle, sutileza y solvencia por el Lumen Ensemble cuyos miembros se citan en el faldón.

Y, sí, entre tanto, dos vivos, animados Scherzo y Rondó contrastaron eficazmente con este idílico panorama de fondo.

Con Jean Cras nos situamos de seguido, dos generaciones antes, en su, gratificante también, Quinteto para el mismo elenco, en una forma más ambiciosa y aparente. Enorme belleza donde la sonoridad del arpa se complementaba con eficacia con la asertividad melódica de la flauta y la tersura armónica del trío de cuerda.

Todo un descubrimiento, autor y obra, servido aquí con acierto, en un eficaz emparedado de dos celebridades: el Françaix previo y el Jolivet final.

Animé por indicación de tempo y carácter en tres de sus movimientos sirvió, sin duda, a este propósito: ya sea matizado como Assez, Très (en su ingenioso final) o… Animé a secas, en el Scherzo de la pieza. Scherzo con su “a modo detrío incluido: animado, sí; vital… envolvente.

Su Bastante lento sin arrastrar (Assez lent sans traîner) intercalado, tejió un remanso que fue retomando tensión hasta aprovechar los característicos giros arpegiados del arpa y morir cadenciosamente.

Todo un descubrimiento pleno de ambición idiomática y convincente resultado en una estética de impronta francesa y aspiración formal, donde se lucen todos los instrumentos en aras de una ligereza característica de contrapunto y material temático general (el final de la obra, un tanto intrigante en lo armónico, por cierto).

Y, sí, el Chant de Linos de André Jolivet sirvió para rematar esta velada de sonoridades galas, armonías tenues, color y… animación… Mayores aspiraciones estéticas y técnicas, en un músico destacado de una generación intermedia entre los citados y más cercana al primero hoy. Dificultad rítmica y de afinación, atril por atril y de concertación, con especial mención al espléndido virtuosismo de la parte flauta, realizado con destreza y entrega.

Un destacadísimo complemento, cumbre de la misma tradición gala, corolario de aquella gratitud hecha música que había caracterizado (mutatis mutandis) los dos episodios anteriores.

Luis Mazorra Incera

 

Lumen Ensemble: Pablo Alcántara, flauta; Laura Balboa, violín; Joaquín Arias, viola; Montserrat Egea, violonchelo; y Coline-Marie Orliac, arpa.

Obras de Cras, Françaix y Jolivet.

OCNE-Satélites. Auditorio Nacional de Música. Madrid.

 

foto © Rafa Martín

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