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Crítica / Gran música para espirituales sentimientos amatorios - por José Antonio Cantón

Alicante - 29/12/2021

Tomando por título Afectos amantes, una de las más famosas cantadas de José de Torres, eminente organista y maestro de la Capilla Real de Madrid desde 1724 hasta su muerte catorce años después, el prestigiado grupo instrumental barroco Al Ayre Español ha inaugurado el ciclo de música antigua, “Almantiga”, del Auditorio de la Diputación de Alicante (ADDA) en cuyo programa se han ido alternando cantatas del mencionado maestro madrileño del último barroco musical español con las Sonatas cuarta y quinta del Op.5 de Georg Friedrich Händel, que permitieron al auditorio comparar aires y estilos de estos dos músicos contemporáneos durante el primer tercio del siglo XVIII.

Para las obras de Torres se contaba con la participación de la muy experimentada en este repertorio, la mezzosoprano pamplonica Maite Beaumont, todo un plus de calidad canora para sacar el mejor partido de estas obras emocionalmente de una marcada orientación religiosa.

La actuación se inició con dos pasacalles anónimos de 1700 que determinaron la espléndida y lucida sonoridad de este grupo instrumental convertido en una extensión del teclado del clave que le sirve a Eduardo López Banzo como elemento conductor tanto para marcar evoluciones rítmicas como para matizar dinámicas. Los violinistas Alexis Aguado y Kepa Arteche, que forman un dúo imbatible en este tipo de repertorio, llevaron las voces destacadas contrastadas por el delicado punteo pulsado de Juan Carlos de Mulder.

Maite Beaumont tuvo ocasión de intervenir por vez primera con la cantada dedicada a la Natividad que lleva por título Divino hijo de Adán, obra realizada en 1712 en la que el oboísta Jacobo Díaz Giráldez tuvo un destacado papel de contracanto. El tombeau o grave final llenó de sentimiento elegíaco la excelente acústica de la sala de cámara del ADDA. Aparecía Händel seguidamente con su Sonata Op.5 nº 4 en Sol de la que se pudo disfrutar de la penetrante viveza de su pasacalle y el distinguido balanceo de su minueto final después de su extenso y pomposo allegro inicial que parece citar algunas modulaciones de la obertura del oratorio Athalia.

Seguía el programa con la cantada ¡Oh, quién pudiera alcanzar! para voz atiplada, oboe, dos violines y clave en función de bajo continuo, implementado por otros instrumentos de baja tesitura en la que, de la alta expresividad del conjunto instrumental, destacó el movimiento cuyo aire está indicado Despacio, que propició las excelencias vocales de Maite Beaumont dentro del especial sentido de conjunción instrumental que tiene este grupo. El efecto de solemne obertura que López Banzo dio al Largo que abre la Sonata Op.5 nº 5 en Sol menor de Händel impregnó la tensión expresiva que mantuvo a lo largo de sus otros tiempos, lo que la mantuvo en un máximo interés de escucha.

El programa se cerró con la cantada eucarística que le daba título. La cantante alanzó su plenitud afectiva en sus dos arias, que terminó convirtiéndose en especial donaire en el canto de las coplas que cierran esta preciosa alabanza al Santísimo.

La condensación de sentimientos llevada a una elevada expresividad definió esta actuación de Al Ayre Español, todo un lujo musical para un ciclo de música antigua y barroca que contará con cinco citas más, de las que llama poderosamente la atención la que protagonizará el pluri-instrumentista gallego Abraham Cupeiro en un programa con la orquesta ADDA-Simfònica bajo la batuta del maestro Daniel Abad Casanova, titular de la Orquesta de Cámara de la Comunidad Valenciana, que llevará por sobrenombre “El paisaje sonoro de nuestro planeta” y en el que se podrán escuchar instrumentos primitivos de las más remotas regiones de la tierra, cualidad que le otorga al programa marchamo de máxima antigüedad.

José Antonio Cantón

 

Al Ayre Español.

Solista: Maite Beaumont (mezzo-soprano).

Director y clavecinista: Eduardo López Banzo.

Obras de José de Torres y Georg Friedrich Händel.

Auditorio de la Diputación de Alicante, 19-XII-2021.

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