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Críticas seleccionadas de conciertos y otras actividades musicales

 

Crítica / Fuego en el frío - por Justino Losada

Madrid - 25/11/2025

Con alta expectación recibíamos de nuevo en el escenario del Teatro Monumental al actual principal director invitado de la Orquesta Sinfónica RTVE, el danés Thomas Dausgaard quien, en su primera visita durante esta temporada, ofreció un programa muy agradecido y dedicado al sexagésimo aniversario de Radio Clásica, que contó con infrecuentes músicas que conoce en profundidad y forman parte de su más defendido repertorio. Las obras interpretadas fueron la Suite Lemminkäinen de Jean Sibelius y la Sinfonía No.4 del danés Carl Nielsen, estricto contemporáneo del finés, para crear un programa de modernismo antimoderno, suerte de estética paralela de quienes, alejados de posturas de la más militante vanguardia, progresaron en sus hallazgos formales y tímbricos complementando la historia de la música, justo como recordaba Milan Kundera en un conocido texto de 2007 sobre cultura europea para The New Yorker.

Compuesta entre 1894 y 1895 en forma de cuatro poemas sinfónicos sobre las leyendas de Lemminkäinen, procedentes del Kalevala, la Suite, o sinfonía como llegara a denominar años después el compositor, retorna a la inspiración mitológica y rúnica presente en partituras anteriores como Karelia o la monumental Kullervo. Desplegada en forma de un gran arco narrativo, la Suite Lemminkäinen narra con gran poder evocador el viaje del héroe homónimo y sus aventuras en las tierras boreales de Pohjola, por medio de una narrativa más simbolista y evocadora que estrictamente programática en la que la música, que concilia influencias wagnerianas con soluciones del sinfonismo ruso, no coincide con el orden natural de las runas. Las diversas revisiones y ediciones independientes de algunos números como El cisne de Tuonela, evidencia que la necesidad de que la música saliera adelante importaba más al creador finés que la necesidad de restringir sus creaciones a una naturaleza programática. De hecho, para Sibelius la música transporta, ante todo, un calado existencial que habla con la historia y sus mitos, que moldean, a su vez, una trascendentalidad geográfica que, con el tiempo, le convertiría en héroe nacional.  Gran conocedor del idioma sibeliano, Dausgaard presentó la suite en su orden original y afrontó una interpretación de tempi fluido y gustoso fraseo en un muy equilibrado y tristanesco primer número, Lemminkäinen y las doncellas de Saari. Una ambientación fosca, de tenebrosa resonancia mortal, en Lemminkäinen en Tuonela, que narra el viaje del héroe al río negro de Tuonela donde es asesinado y resucitado por su madre, tuvo en manos del director danés un eléctrico manejo de la tensión contrastando con el número anterior. Recibió la complicidad de una Orquesta Sinfónica RTVE en disposición antifonal que se lució con entrega a analizar esa conmovedora oscuridad resaltándose especialmente el papel del violonchelo solista de Javier Albarés. El hipnótico misticismo de El Cisne de Tuonela delineado por el rol solista del corno inglés, fue defendido con maestría y ensueño por Ana Ruiz,  arropada, a su vez, por un manto de mullidos pianissimi que Dausggard extrajo para conjurar el remanso previo al último número, El Retorno de Lemminkäinen, de carácter triunfal y elocuente, que se sirvió con extraordinaria lucidez.  

Tras la primera parte, la Cuarta Sinfonía “Inextinguible” de Carl Nielsen copó el resto del concierto. Obra finalizada en 1916, en pleno marco de la Primera Guerra Mundial, emerge como un fresco de fogoso telurismo que se resuelve en cuatro movimientos iterados, sin solución de continuidad, mediante un sinfonismo a caballo entre la depurada tonalidad mutable y los giros folklorizantes de la inmediatamente previa Sinfonía No. 3 ”Expansiva” de 1911 y la ominosa y ulterior Sinfonía No.5. Así, la cuarta sinfonía, revela un cíclico nuevo conflicto entre tonalidades, revestido de una compleja estructura polifónica y una intensa expresividad en sintonía que, en palabras del propio Nielsen, resuena “como la voluntad de la propia vida” o, tal vez, como referencia al azogue y la violencia del contexto bélico. Sea cual fuese el enfoque al que Dausgaard quiso aproximarse, el director danés optó por una visión violenta, expeditiva, de muy alta tensión, que mantuvo alerta a orquesta y público al iniciar la obra de improviso tras dirigirse con decisión al podio. Ese ímpetu devino fundamental para lograr una interpretación incandescente que se encara a la angustia, a la lucha intrínseca de esta música, sin dejar de prestar atención a su nobleza. La Orquesta Sinfónica de RTVE tradujo las órdenes de Dausgaard con esmero y técnica en las mejores condiciones posibles mencionándose el fantástico desempeño de toda la sección de cuerda y. especialmente, de José Luis González y Rafael Mas a los dos juegos de timbales en la espectacular batalla final. Tanto fue así que el escaso público –quizás la única nota negativa- que el jueves se reunía en el Monumental, recompensó con vítores y aplausos a orquesta y director quien, a su vez, recibió los parabienes de una orquesta muy satisfecha por el resultado obtenido.  No siendo partituras sencillas de interpretar, la convicción de Dausgaard a la hora de defender esta música hizo que la Orquesta Sinfónica RTVE, poco habitual en este repertorio, fuera la mejor embajadora de este fuego en el frío en uno de los mejores y más extraordinarios conciertos de los últimos años.

Justino Losada

 

Orquesta Sinfónica RTVE / Thomas Dausgaard 

Obras de Sibelius y Nielsen

Temporada de la Orquesta Sinfónica y Coro RTVE  2025/2026

Teatro Monumental, Madrid.

 

Foto: Thomas Dausgaard

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