El regalo a modo de menú degustación que ofrecieron el trío de cuerda formado por Ilya Gringolts (violín), Lawrence Power (viola) y Nicolas Altstaedt (violonchelo) en el ciclo Liceo de Cámara XXI del Centro Nacional de Difusión Musical, recorrió músicas desde William Byrd a György Kurtág, en versiones originales y adaptaciones para trío de cuerda; una degustación de diecisiete músicas de doce compositores (ninguna compositora, eso sí...).
Como una sucesión de breves capítulos unos tras otros, este “concierto Netflix” no dejaba escapar la atención del espectador, que continuamente cambiaba de atmósfera y se sumergía en un mundo nuevo al precedente y al siguiente. Pero estas atmósferas cambiantes no hubieran sido posibles sin tres mosqueteros líderes absolutos de sus instrumentos, como Ilya Gringolts, Lawrence Power y Nicolas Altstaedt, que en algunos casos ya han dejado estas obras grabadas en disco.
Hablar de las interpretaciones es como justificar una visita al Museo del Prado; fue tal la concentración, la calidez, calidad y variedad de registros surgidos de estos tres grandes instrumentistas, que les vale un sobresaliente por la labor realizada, a destacar por algunas músicas de enorme complejidad (el para mi algo desbocado Trío de cuerda de Sándor Veress), así como por la singular belleza de algunos arreglos, especialmente “A bird’s prelude” de The fairy queen, de Purcell, exquisito como un buen chardonnay.
Singular como pocos el Movimiento para trío de cuerda de Webern (es muy difícil escuchar esta música en vivo) o las piezas de Kurtág, músicas que al estar unas con otras unidas por un hilo de conexión invisible y casi sin interrupción, dejaron los aplausos para el final de cada parte, envolviendo el concierto en una concentrada liturgia.
En la primera parte, además, joyas como el Trío de cuerda nº 1 ‘Ricercari’ de Roman Haubenstock-Ramati o un movimiento del Trío de cuerda del cinematográfico William Alwyn. O en la segunda, con el Trio de Sibelius o las Invenciones de Bach, para cerrar con la misma música con la que abrieron el menú: Musik für drei Streicher de Wolfgang Rihm, es decir, “Música para tres cuerdas”, que fue lo que escuchamos durante toda la noche. Y así fue todo, felices cuerdas y feliz año nuevo.
Gonzalo Pérez Chamorro
ILya Gringolts, Lawrence Power, Nicolas Altstaedt
Liceo de Cámara XXI, Centro Nacional de Difusión Musical
Auditorio Nacional de Música, Madrid
Foto © Elvira Megías