La quinta cita del ciclo sinfónico del Auditorio de la Diputación de Alicante (ADDA) de la presente temporada ha estado protagonizada por la orquesta ADDA-Simfònica de Alicante bajo la dirección de maestro singapurense Darrell Ang, invitado para esta ocasión, al ser valorado como una de las figuras más relevantes de la actualidad musical de China donde ejerce como titular de la Orquesta Sinfónica de Sichuan, importante provincia del suroeste de dicha nación extremo-oriental. Ante la indisposición de la pianista donostiarra Judith Jáuregui, en un principio anunciada, la organización del ADDA pudo contar con la participación de Albert Guinovart, destacado compositor y reconocido intérprete de su generación, para la interpretación del Primer Concierto para piano y orquesta en Re menor, Op.15 de Johannes Brahms, obra capital del repertorio romántico concertante, en el que el instrumento solista y la formación orquestal desarrollan en paridad de importantica su acción polifónica y distinción armónica.
Albert Guinovart significaba toda una garantía en el planteamiento que requiere esta imponente obra, pese a la emergencia de su sustitución que impidió pudieran realizarse los ensayos deseables. Secundó con determinación la doble exposición del primer movimiento integrándose con el sentido que pide la obra en el discurso de la orquesta, dejando la sensación de una profesionalidad que surgía con seguridad del conocimiento de la estructura compositiva de este concierto. La tremenda dificultad pianística, con figuras rítmicas complejas, cascadas de dobles trinos y amplios pasajes de octavas, fue solventada apoyándose en los vectores armónicos que, desde su experiencia, supo destacar para converger adecuadamente en la coda. Llevó a cabo una recreación de contenida expresividad en el Adagio central con un tempo que venía indicado por Darrell Ang, que quiso dar a su inicio un aire sereno y delicado, dejando que en la sección siguiente el piano volviera a tomar la iniciativa antes de la desaparición gradual que requiere el discurso de la coda de este movimiento. En el último, un rondó no demasiado distendido en su desarrollo destacó un estricto seguimiento armónico por encima de cualquier otro aspecto a seguir en la interpretación, que venía determinando su lectura escasamente matizada y poco incentivada por el cambio a tonalidad a modo mayor después de una interesante cadencia que no predispuso a la energía y optimismo que requiere la conclusión de este concierto, que preanuncia la grandeza posterior de Brahms como sublime creador orquestal. El público reconoció el esfuerzo y disposición de Albert Guinovart ante una obra de máxima exigencia que tuvo en todo momento una clara respuesta de su necesaria línea orquestal por ADDA-Simfònica.
Ésta respondió de manera espléndida a la sólida dirección que recibió del maestro Darrell Ang del Concierto para orquesta del compositor chino-estadounidense Zhou Tian, cuyo arraigo en la estética occidental representa uno de sus principales atractivos como creador. Diseñado para mostrar la capacidad técnica y expresiva de cada una de la secciones instrumentales de una gran orquesta, se constituye esta obra en un verdadero tour de forcé para quien se proponga su montaje y consecuente interpretación, que han de orientarse a un constante planteamiento y ejercicio camerístico de máxima exigencia técnica para exponer su profundo enfoque de la musicalidad de su emocionante inspiración y consecuente técnico discurso, que no deja de requerir máxima tensión en todo momento por parte de los músicos arrastrando al público a una alta atención en su seguimiento.
Sus cuatro movimientos quedaron perfectamente tratados por ADDA-Simfònica, demostrando un estado de forma extraordinario dadas las particularidades de esta obra que pone en funcionamiento una muy amplia plantilla instrumental, de modo especial la sección de percusión con una batería integrada por once elementos activada por cuatro profesores que se entendieron con máxima conjunción, dejando una sensación mecanicista de alto nivel de perfeccionamiento en resortes rítmicos que favorecía la necesaria pulsión que requiere la orquesta en sus pasajes de mayor vibración métrica y dinámica. Así el director fue aglutinando Glow, título del primer tiempo, haciéndolo crecer en tensión expresiva. El cuidado tímbrico y belleza melódica fueron sus efectos más elocuentes conseguidos en el segundo, Indigo, resaltando los aspectos reflexivo y lírico de su contenido. Consiguió ese grado de brillantez que puede llegar a ofrecer la orquesta ADDA-Simfònica en el tercero, Seeker's Scherzo, el movimiento más espectacular de la obra, que puso en evidencia la destreza y habilidad individual de sus músicos, para concluir con una diáfana conducción del Intermezzo-Allegro final en el que logró una demostración de la capacidad de la orquesta para funcionar como una sola entidad poderosa y cohesionada al conseguir todo un ejercicio de liberación de las tensiones armónicas y ajustes métricos propuestos por Zhou Tian, compositor de una gran preparación técnica e importante sentido musical, que merece un seguimiento de su cada vez más interesante proyección creativa dado su variado y atractivo catálogo.
José Antonio Cantón
Orquesta ADDA-Simfònica Alicante
Solista: Albert Guinovart (piano)
Director: Darrell Ang
Obras de Johannes Brahms y Zhou Tian
Auditorio de la Diputación de Alicante (ADDA). 28-XI-2025
Foto © Christian Warren Ganser