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Críticas seleccionadas de conciertos y otras actividades musicales

 

Crítica / Destacados momentos del XXIV Festival de Vélez Blanco - por José Antonio Cantón

Vélez Blanco - 06/08/2025

Dentro de la proliferación de eventos dedicados a la música antigua en España, el Festival de Música Renacentista y Barroca de Vélez Blanco ha adquirido una importancia capital entre los que se celebran en Andalucía llegando a convertirse en uno de los referentes culturales de la provincia de Almería y de la propia región andaluza. El lema para su vigésimo cuarta edición ha tenido por título Los hilos de la memoria, entendidos como aquellos que han contribuido a transmitir y reelaborar la memoria estética y simbólica de la Edad Moderna en diálogo entre pasado y presente según reza explícitamente en el sumario de intenciones de este evento musical.

Para desarrollar dicha idea ha organizado durante nueve jornadas, ocupadas en casi su totalidad durante la última sema del mes de julio, otros tantos conciertos implementados paralelamente por la Academia de Música que, dirigida por el clavecinista Aarón Zapico, ha preparado con una serie de profesores especializados la representación de la primera ópera escrita por una mujer, la florentina Francesca Caccini en 1625, La liberazione di Ruggiero dall’isola di Alcina, evento que ha constituido la clausura del Festival. Además, durante su celebración, ha servido de marco para el Seminario Doctoral Internacional dedicado a la Historia Moderna con cinco sesiones de trabajo dirigidas por los doctores Francisco Andújar García de la Universidad de Almería, y el catedrático de la École des Hautes Études en Sciences Sociales de París, Jean-Frédéric Schaub, en el que han intervenido, a través de cinco conferencias, especialistas académicos en memoria histórica, lo que ha determinado en esta edición su vinculación con programas posgrado de esta materia de las Universidades de Almería y la Universidad Internacional de Andalucía, instituciones académicas de especial consideración como cooperadoras de sus actividades.

La intencionalidad del Festival por resaltar en esta edición el papel de la mujer en la tradición musical ya vino marcada por sus jornadas de inauguración y clausura. En el primer caso por el concierto protagonizado por la instrumentista de cuerda frotada Anna Urpina, discípula destacada del admirado violinista Enrico Onofri que, bajo el sugerente título Le chant des muses, se adentró en la música de siete compositoras destacando su actuación de manera especial en dos de las Canciones de Tasia de Zulema de la Cruz, en las que la soprano María Hinojosa tuvo la oportunidad de expresar su alta musicalidad y posibilidades vocales con destacado resultado, ante las enormes dificultades que en ellas se proponen.

Juan Carlos de Mulder liderando Camerata Iberia fue la gran figura de la segunda jornada con el excelente ejercicio de memoria musical que supuso su actuación junto a su compañero a la vihuela Carlos Oramas y los contratenores Jorge Enrique García y Bruno Campelo haciendo un programa para resaltar la belleza de los cantos y sones renacentistas como esencias del mejor repertorio musical hispano recogido en los grandes cancioneros de Europa y América. Por su concentración expresiva, este concierto quedará justificado como uno de los más esenciales y necesarios de esta edición del Festival.

La curiosidad que había suscitado la cuarta jornada con De Sópitu, uno de los últimos trabajos de Aarón Zapico con su grupo Forma Antiqva, fue correspondida con una actuación que llegó a levantar entusiasmo en el público en la última pieza, en la que  fue llamado a participar, perteneciente al romance tradicional cántabro Una mañana de abril, que significó una reafirmación de alegría del espíritu folclórico que animaba este programa, donde una instrumentación histórica se manifestó fusionada con las tradiciones orales y académicas tamizadas por la gran experiencia creativa del director de este conjunto favorecida por la brillante actuación del tenor cordobés Pablo García-López, verdadero catalizador e hilo conductor de este concierto.

La soprano Belén Vaquero con el grupo Pérgamo Ensemble se distinguió con obras a recuperar de grandes maestros que desaparecieron en el desgraciado incendio del Alcázar Real de Madrid la noche de Navidad de 1734. Piezas destacadas de Literes, De Torres y De Nebra revelaron el distinguido apoyo que tuvo la cantante del cuarteto compuesto por la violinista Guadalupe del Moral, el oboísta barroco Daniel Ramírez y, en el bajo continuo, Guillermo Turina al violonchelo y Eva del Campo al clave con un destacado sentido orquestal como el mostrado en la obertura de la ópera Iphigenia en Tracia de José de Nebra.

Uno de los conciertos más esperados del Festival fue el anunciado con el título Spain On Fire de la Accademia del Piacere liderada por Fhami Alqhai, que resultó ser todo un elogio de la glosa y el arte de la improvisación musical, realizado por este grupo estimulado con particular dinamismo por los recursos técnicos e inspiración musical de su líder como así se pudo disfrutar de manera cuasi jazzística en el percusionista Agustín Dassera y en la tarantela y los canarios surgidos de una transitiva colaboración creativa del guitarrista Carles Blanch y el propio Fhami Alqhai, que entusiasmaron al público después de admirar el precioso canto de la soprano Quiteria Muñoz en una sustanciosa versión de las Diferencias sobre el canto del caballero de Antonio de Cabezón, que sonó con esa autenticidad ambiental que aportaba el templo del Convento de San Luis, lugar donde han tenido lugar la mayoría de los conciertos del Festival.

Otro de los aniversarios que se ha tenido en cuenta ha sido el referido a Alessandro Scarlatti por los trescientos años de su muerte para el que con buen criterio la directora artística, la catedrática emérita de la Universidad de Granada, Cándida Martínez, ha sabido entender la oportunidad que significaba contar con el montaje del oratorio de La Santtisima Trinitá que hace unas temporadas realizó Manuel Minguillón con el Collegium Musicum Madrid. Diecisiete intérpretes entre cantantes e instrumentistas se reunieron en la Iglesia Parroquial de Santiago para hacer realidad esta gran obra del músico barroco palermitano liderados por la soprano María Espada en el apartado vocal y el director del grupo en el ámbito instrumental, logrando un éxito acorde con el esfuerzo de producción que para el Festival a supuesto su montaje que, en cada edición, apunta a asumir contenidos de mayor enjundia artística y exigencia técnica.

Como resultado del trabajo de la Academia de Música del Festival, la última jornada estuvo dedicada al montaje realizado por casi una cuarentena de intervinientes sin contar el coro, entre profesores, músicos y cantantes en la ópera antes comentada de Francesca Caccini, cita que agotó el billetaje nada más ser anunciada. El éxito resultó parejo a tal expectación, convirtiéndose su parte final en una verdadero goce para los asistentes al espectáculo, fuera y dentro del escenario, reafirmando los buenos resultados de esta edición que predisponía a que surgieran los mejores auspicios para la próxima, en la que se cumplen los veinticinco años de la fundación de este evento dedicado a músicas pretéritas convertido en una referencia necesaria para intérpretes especializados y para los aficionados amantes de estos repertorios.

José Antonio Cantón

 

XXIV FESTIVAL DE MUSICA RENACENTISTA Y BARROCA DE VÉLEZ BLANCO

Del 18 al 26 de julio de 2025

Iglesia del Convento de San Luis e Iglesia Parroquial de Santiago

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