Un concierto donde las fechas festivas que se avecinaban y Camille Saint-Säens, eran sus virtuales protagonistas, fue el protagonizado para terminar el año por la Orquesta y Coro Nacionales de España, en su temporada en la sala sinfónica del Auditorio Nacional de Música madrileño, bajo la dirección de Jaume Santoja.
Un bello Ave verum para coro y orquesta de María de Pablos, inició programa. Gusto musical post-romántico (moderado) del que sacó buen partido el podio con los atriles y, especialmente, coro y solista. Todos ellos, sus colaboradores necesarios en esta feliz empresa.
El Oratorio de Navidad de Camille Saint-Saëns era la obra que seguía y centraba esta primera parte del programa. Su Preludio (Dans le style de Sébastien Bach) perfiló lo que sería a la postre una interpretación pulcra, ajustada a su calidez melódica, y una permanente versatilidad y cuidado dinámico y tímbrico desde la registración organística en manos de Daniel Oyarzábal.
El recitativo y coro: Et pastores errant culminó con un pujante Gloria donde el coro, preparado por Ángel García Cañamero, lució sus galones cuerda por cuerda y conjuntamente.
El quinteto vocal solista conformado por Paloma Friedhoff, soprano; Agnieszka Grzywacz, mezzosoprano; Beatriz Oleaga, contralto; Eduardo López, tenor; y Álvaro de Pablo, barítono, se mostró siempre equilibrado, especialmente balanceado en un cuidado detalle dinámico relativo (con mención a los acrisolados concertantes), con sus, eso sí, diferenciados protagonismos, compromisos y dificultades vocales que la propia obra propicia.
Se destacó en su aspecto coral, aparte del Gloria citado de los primeros compases de la pieza, el Quare fremuerunt gentes con pujante dinamismo en el corazón de la obra. Una obra siempre ofrecida en ajustada coordinación con el órgano y con una sonoridad del arpa que aportó un halo contrastante de cálida levedad.
El Tollite hostias final se vistió de gran monumentalidad en esta versión, guardando cierto paralelismo con el modo y tradición de la cantata protestante; esa homofonía prominente de su definición inicial que marcara el carácter mayestático de este popular número.
La Tercera sinfonía “con órgano” de Saint-Säens ocupaba la siguiente parte del concierto, tras el descanso. Un espíritu un tanto beethoveniano en su expresividad, sobrevoló la interpretación de este culmen sinfónico de la música romántica francesa en general y, sin lugar a dudas, de la rica trayectoria de su autor parisino. Una definida traducción estética y técnica, articulada así, ya en la carta de presentación que supone su primer movimiento Adagio - Allegro moderato, antes de la íntima irrupción del órgano, sin solución de continuidad, en un calmado Poco adagio.
La mayor energía y compromiso sinfónico del Allegro moderato - Presto, que seguía, se definió en la línea de la articulación, acentuación y estética de la parte anterior, para culminar en el conocido y fílmico final Maestoso - Allegro, ya con el órgano a pleno pulmón.
— ¡Felices Navidades!
Luis Mazorra Incera
Xabier Pascual, tenor. Paloma Friedhoff, soprano; Agnieszka Grzywacz, mezzosoprano; Beatriz Oleaga, contralto; Eduardo López, tenor; y Álvaro de Pablo, barítono; Daniel Oyarzabal, órgano.
Miguel Ángel García Cañamero, director del CNE.
Jaume Santonja, director.
Obras de De Pablos y Saint-Säens.
OCNE. Auditorio Nacional de Música. Madrid.
Foto © Rafa Martín