Asmik Grigorian es un prodigio, vaya esto por adelantado; no hay repertorio que se le resista, canta desde la María de Wozzeck de Aban Berg, hasta las tres heroínas del Tríptico de Puccini, y del mismo compositor Turandot, pasando por Salomé y Elektra de Richard Strauss, Norma de Bellini, Lady Macbeth, Elisabetta, Desdemona, en las correspondientes óperas de Verdi, Tatiana de Oñieguin y Lisa de la Dama de Picas de Tchaikovski, además de la Polina del Jugador de Prokófiev, Senta del Holandés de Wagner, y se rumorea que prepara Isolda.
En fin, todo cabe en esa voz extraordinaria, que se enfrenta a cualquier toro con un valor inaudito; además lo hace con éxitos absolutos. Pues, siento decirlo, jamás me emociona a excepción de en Rusalka y Jenufa, y la he visto en directo el ochenta por ciento de su repertorio. Y en su reciente Desdémona de Otello en el Real creo que logró una superlativa interpretación de la Canción del Sauce y el Ave Maria.
Dicho todo esto el programa del concierto que nos ofrecía en el Teatro Real, en el papel me resultaba atractivísimo, Tchaikovski y Rajmaninov. Pero, para el que esto escribe, los resultados fueron de una aplastante monotonía, a excepción de la radiante “Agua de manantial”. Sus interpretaciones fueron impecables, pero las canciones eran todas muy parecidas, o creo que más apropiadas para otros foros. Hay montones de canciones de Tchaikovski que son maravillosas, pero las escogidas, para mí, no lo eran. La acompañó al piano con acierto y una gran técnica Lukas Geniušas.
Esperemos escucharla en otra ocasión con obras que nos sean más afines.
Asmik Grigorian, soprano. Lukas Geniušas, pianista.
PIOTR ILICH CHAIKOVSKI (1840 – 1893)
Romanzas; Romance en Fa menor para piano, Op. 5 (piano solo);
Scherzo humoristique, Op. 19, nº 2 (piano solo); Romanzas
SERGUÉI RAJMÁNINOV (1873 – 1943) Canciones; Preludios 12 y 13 Op 32 (piano solo)
Teatro Real, Madrid
Foto © Javier del Real | Teatro Real