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Crítica / Carmina Burana, instinto de superación (OCNE) - por Luis Mazorra

Madrid - 16/02/2021

Con los cerca de sesenta cantantes repartidos en espectacular disposición, en cuatro de las gradas de público -posteriores y laterales elevadas-, así como la habitual del coro tras el escenario de la sala sinfónica del Auditorio Nacional, el Coro Nacional de España junto con la Sección de percusión de la Orquesta y el dúo de pianos formado por Jesús Campo y Sergio Espejo, dirigidos todos por David Afkham, afrontaron el popular y contundente: Carmima Burana de Carl Orff.

Una comprometida disposición de las voces que, además, con las debidas mascarillas de protección, salvaron el brete con una brillantez que fue ganando enteros según se andaba esta enérgica partitura de abultado peso rítmico obstinado.

Distancias considerables, tanto desde el punto de vista del podio, que debía dejar, así, gestualmente claras sus intenciones sobre la marcha -tempo, dinámicas relativas, acentos…-, como de los cantantes, entre cuerdas y de una misma cuerda entre sí, casi en condiciones de solistas pero con la misma necesidad de empaste coral de la disposición que les es natural en condiciones normales. Una cuestión que se agudiza aún más, cuando se potencian ambos aspectos mutuamente, esto es, cuanto más alejadas estas voces se encuentren del podio -como fuera el caso aquí de las voces masculinas en las ultimas filas de su grada, por ejemplo-.

Resulta encomiable cómo Afkham junto a todo el elenco, asumieron todas estas dificultades, que se vieron reflejadas, bien es verdad, en el discreto volumen sonoro y otros aspectos puntuales limitantes y ambiguos, en un inicio de cierto tanteo -especialmente en el primer O Fortuna...-. Una versión valiente, pues, que, como dije, a medida que el concierto prosperó, fue apoderándose de este imponente espacio y de los beneficios que de esta nueva coyuntura acústica se obtienen. Beneficios que no son otros que el establecimiento una densidad sonora, acústica, más repartida y homogénea en relación al volumen total de la sala sinfónica en su conjunto, tanto en los fortes como, sobre todo, en los pasajes, o bloques formales en el caso de esta partitura, en piano. Momentos más sutiles en los que el coro resultó especialmente sugerente.

Bella, bien proyectada y tersa voz de la soprano Elena Sancho que junto con el contratenor Xabier Xabata y el barítono Enrique Sánchez-Ramos, fueron el trío de solistas en esta versión.

De resultas, todo un himno a la superación de las dificultades, en fechas, además, donde los excesos mundanos que esta letra glorifica, están ciertamente comprometidos. La repetición del emblemático O Fortuna... en condiciones ya absolutamente convincentes, rotundas y hasta entusiastas al final, se siguió de una explosión de bravos, donde parecía leerse aquella ansia de superación instintiva más allá de lo musical.

Luis Mazorra Incera

Elena Sancho, soprano; Xavier Sabata, contratenor; y Enrique Sánchez-Ramos, barítono. Jesús Campo y Sergio Espejo, pianos. Sección de Percusión de la Orquesta y Coro Nacionales de España / David Afkham, director.

Carmina Burana de Carl Orff.

OCNE. Auditorio Nacional de Música. Madrid.

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