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#Lecturasdeverano #LasMusas #Opinión / Settimia Caccini - por Cecilia Capdepón Pérez

13/09/2025

Como #lecturasdeverano proseguimos publicando en abierto la sección #LasMusas, hasta ahora solo en papel, donde las mujeres escriben sobre mujeres, una tribuna libre mensual donde rescatar la figura de compositoras, cantantes, instrumentistas, profesoras, musicólogas, directoras, etc. En esta ocasión publicamos la realizada para la revista de abril de 2025 por Cecilia Capdepón Pérez.

 

Settimia Caccini (1591-1838)

Una cantante y compositora del Barroco italiano

por Cecilia Capdepón Pérez *

 

Nacida el 6 de octubre de 1591 en Florencia, perteneció a una ilustre familia de músicos italianos, formada por el matrimonio del célebre compositor Giulio Caccini y la cantante Lucia Gagnolanti, quienes tuvieron tres hijos: Pompeo, Francesca y Settimia. Mientras que Pompeo se dedicó a la pintura y al canto, Francesca se convirtió en una destacada compositora, autora de La Liberazione di Ruggiero, considerada la primera ópera compuesta por una mujer; por su parte, Settimia, hija menor del matrimonio, no alcanzó la fama de su hermana mayor en calidad de creadora, pero sí obtuvo prestigio como cantante.

A Settimia Caccini se refirió el compositor y teórico Severo Bonini cuando afirmó que había logrado una “reputación inmortal gracias a su perfección en el arte del canto”. Lo cierto es que Giulio Caccini se preocupó por la formación musical de sus tres hijos y siempre tuvo en mente la celebridad y prestigio alcanzados por el célebre “Concerto delle Donne” de la corte de Ferrara: se trataba de un grupo de cantantes profesionales femeninas que trabajaba al servicio de aquella corte, siendo muy elogiadas por sus interpretaciones virtuosísticas. Es posible que este modelo de interpretación de conjunto haya constituido un estímulo para que Caccini padre y sus mecenas fundaran una agrupación semejante en Florencia y que él se encargara de instruir a sus hijas y otras cantantes con el fin de parangonarse a la agrupación femenina de Ferrara.

En torno a 1600 se tiene constancia de las actuaciones de Settimia en la corte florentina, concretamente en el estreno de la ópera de su padre Il rapimento di Cefalo en octubre de 1600, con motivo de los esponsales de Maria de Medici y Enrique IV de Francia, y posiblemente haya actuado en la representación de la versión de Euridice de su progenitor en 1602, si bien esta hipótesis no está demostrada. Junto a los miembros de la familia Caccini, intervinieron en las celebraciones de los carnavales, en el intermedio de Michelangelo Buanarotti Il giudizio di Paride (1608) y en la Mascherate delle ninfe della Senna durante el carnaval de 1610-11, en la que participó parcialmente también en calidad de compositora: la música de esta obra, lamentablemente, se ha perdido.

Según Susan Parisi, en 1604 y por invitación de Maria de Medici, la familia Caccini pasó seis meses en París, actuando en el trayecto hacia la capital de Francia en las cortes de Módena y Turín. En 1609 contrajo matrimonio con el cantante, compositor y poeta Alessandro Ghivizzani, permaneciendo ambos al servicio de los Medici hasta 1611, cuando abandonaron Florencia sin previo aviso para instalarse en Lucca, lugar de origen de Alessandro. Posteriormente, fueron contratados desde 1613 en la corte de Ferdinando Gonzaga en Mantua, siendo Settimia una de las cantantes mejor pagadas. En 1620, el matrimonio Ghivizzani-Caccini retornó a Lucca y, dos años más tarde, residieron al servicio del cardenal Farnese en Parma, ciudad en la que Settimia cantó como Dido en un intermedio y como Aurora en Mercurio e Marte (1628), obras ambas de Claudio Monteverdi, representadas con ocasión de la boda de Odoardo Farnese y Margarita de Medici.

Tras el fallecimiento de Ghivizzani entre 1632, Settimia regresó a su ciudad natal y ya en 1636 aparecía consignada en la nómina de los Medici, donde aparentemente permaneció hasta su fallecimiento en torno a 1660. En esta última etapa, diversa documentación conservada tanto en Parma como en Florencia demuestran que se hallaba activa como intérprete, como es el caso de la ópera Le nozze degli dei de Giovanni Carlo Coppola. Que se hayan conservado escasas obras de Settimia no entraña que no compusiera, pero es posible que haya dedicado la creación de obras a su propio uso, sin esperar que otros intérpretes las incluyesen en su repertorio o bien que aportase obras para colecciones hoy día perdidas.

Por lo que se refiere a su obra propiamente musical, según Parisi solo se conservan ocho canciones (en el Civico Museo Bibliografico Musicale de Bolonia bajo la signatura Q49 y en el Museo Náordní de Praga bajo la signatura Pnm II-La.3), de las cuales tres aparecen también anónimamente o atribuidas a “Parma” o “Ghivizzani”. Tales obras pueden considerarse como representativas del aria solista monódica del Barroco temprano italiano: se trata de arias estróficas (género cultivado y popularizado por su propio padre en Le Nuove musiche de 1602), en las que la compositora italiana recurre a frecuentes ritmos de danza y de hemiolia en el contexto de un melodismo grácil fluido de gran originalidad.

Afirma Suzanne G. Cusick que su producción vocal “muestra un uso hábil de alteraciones cromáticas para sugerir cambios en la expresión de los afectos del texto, una afición por el juego rítmico entre la línea vocal y el continuo y un movimiento claro en el bajo”. Aunque las versiones manuscritas de sus canciones presentan escasas indicaciones ornamentales, es verosímil pensar que, en las interpretaciones de la propia Settimia, tales obras fueron embellecidas, siguiendo la técnica explicada por su padre en el prólogo de Le Nuove musiche.

Sin embargo, al no haberse publicado dichas composiciones en vida de la autora, el papel de Settimia Caccini ha pasado más desapercibido que el de su hermana Francesca en la investigación musicológica, ya que su reputación se basó, fundamentalmente, en sus habilidades técnicas y expresivas, así como en una depurada técnica vocal, habiendo gozado de gran admiración a lo largo de su carrera. En cualquier caso, el hecho de que su hermana Francesca pretendiese y lograse publicar su música era algo bastante infrecuente para las mujeres músicas en aquella época, ya que, en opinión de la gran especialista norteamericana Rebecca Cypess, la actividad musical femenina en el siglo XVII “se limitaba en gran medida a la interpretación o a la composición de obras para su propio uso”.

 

* Graduada en Musicología por la Universidad Complutense de Madrid. Título Profesional de Piano.

 

Foto: Settimia Caccini nació el 6 de octubre de 1591 en Florencia.

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