La temporada 25/26 del Liceu se inaugura el 22 de septiembre con la nueva coproducción de La zorrita astuta de Janáček, con propuesta escénica de Barrie Kosky (reposicionada por Andreas Weirich) y las voces principales de Elena Tsallagova, Peter Mattei y Paula Murrihy. Dos días antes, el 20 de septiembre, el título se estrenará con una función exclusiva del programa Ópera entre generaciones, a un precio de 35 € para compartir entre grandes y pequeños la pasión por la ópera. En la temporada en que se celebran los 25 años del Petit Liceu, La zorrita astuta, primer título de la temporada, se ofrece con entradas a mitad de precio respecto a una ópera escenificada convencional, en todas sus funciones.
La inteligente producción del director de escena Barrie Kosky huye de los colores verdes de la naturaleza y de los árboles falsos del bosque donde se ambienta la obra. Los cantantes que interpretan a los diferentes animales visten de colores y no caracterizados de animales, lo que contrasta con la ropa negra de sus homólogos humanos. Un espectáculo imprevisible que nos hace vivir la urgencia de una reflexión sobre cómo la humanidad se relaciona con el planeta. Esta coproducción con la Bayerische Staatsoper de Múnich contará con el Coro infantil del Orfeó Català, dirigido por Glòria Coma, y con el Coro del Gran Teatre del Liceu, dirigido por Pablo Assante. La escenografía corre a cargo de Michael Levine, el vestuario de Victoria Behr y la iluminación de Franck Evin.
El director Josep Pons, gran conocedor del compositor y de su prodigiosa escritura orquestal, realizará una lectura magistral de la obra. El barítono sueco Peter Mattei ofrecerá una interpretación conmovedora y sabia como el Guardabosques. Elena Tsallagova encarna a la zorrita astuta, y Paula Murrihy a la zorrita carismática. La zorrita astuta será la primera ópera que se emitirá en directo a través de Liceu OPERA+ de la temporada. Unos días después, quedará disponible en la plataforma con una versión especial editada, accesible para todos los abonados.
Es la primera vez que se representa en el Teatre La zorrita astuta de Janáček en el idioma original (checo). La primera y última vez que la obra subió al escenario del Gran Teatre del Liceu, en la temporada 2001-2002, se utilizó una traducción al inglés. También es la primera vez que el maestro Josep Pons dirige esta partitura.
Una obra maestra del siglo XX sobre la belleza de la vida y la muerte inevitable
La zorrita astuta es una de las obras compuestas por el compositor checo Leoš Janáček en su vejez, a punto de cumplir 70 años. Inspirada inicialmente en un simpático cuento infantil checo, el músico decidió adaptar la historia original para tratar aspectos de naturaleza filosófica que le preocupaban en ese momento de su vida: la relación entre los seres humanos y los animales, y el ciclo de la naturaleza, que siempre exige el tránsito necesario de la muerte para poder renacer y renovarse. Escrita en un lenguaje armónico heredero del romanticismo y del mejor modernismo, es una de las grandes óperas del siglo XX.
Se trata de un cuento infantil que se convirtió en una reflexión filosófica para adultos. La historia original era una simpática colección de travesuras de la zorrita astuta, pero Janáček percibió en ella un matiz: también se trataba la relación entre los seres humanos y los animales, y el destino inevitable de la protagonista –lógicamente, la muerte– no lo observó como algo patético, sino como un rito de paso necesario en la eterna rueda de destrucción y renacimiento que caracteriza el mundo natural. A partir de esta idea, Janáček se reunió con Tesnohlídek (el poeta que había publicado el cuento original en 1920 en el diario Livodé Noviny) para pedirle permiso para adaptar la historia y decidió escribir él mismo el libreto.
En la ópera no desaparece el tono ligero del cuento –hay momentos tiernos y humorísticos–, pero la carga principal recae en la representación realista de la naturaleza y en sus procesos. Cada uno de los actos ocupa un período en la vida de la protagonista, la zorra Bystrouška: en el primero, la vemos como un cachorro y cómo pasa su juventud cautiva, tras ser capturada por el Guardabosques; una vez se libera del cautiverio, en el segundo acto la seguimos en la madurez, desde que engaña a un tejón para quedarse con su madriguera hasta que se enamora de un zorro de pelaje dorado; finalmente, el tercer acto es el de la muerte –Harašta, el Cazador furtivo, la mata fríamente de un disparo– y el renacimiento, ya que Bystrouška ha tenido cachorros y la historia volverá a empezar. En definitiva, es una ópera para reír y llorar, para emocionarse y compadecerse, articulada a partir de un lenguaje musical de gran belleza que hibrida el romanticismo del siglo XIX con el modernismo del XX.
Una producción simbólica de Barrie Kosky
La producción que dirige Barrie Kosky, estrenada en la Bayerische Staatsoper de Múnich –teatro coproductor de la puesta en escena junto al Liceu–, respeta los temas centrales de la ópera y la trata como una pieza inteligente, grave y madura. No en vano, lo primero que se ve al levantarse el telón es un funeral: unos hombres, vestidos de negro y envueltos en la penumbra del escenario casi sin iluminación, echan tierra sobre un agujero, que se convertirá en un elemento escenográfico recurrente. En clara conexión con el final de la ópera, están enterrando a la zorrita astuta. Pero después de la muerte, llega un nuevo ciclo.
La gran innovación técnica de la idea escénica de Barrie Kosky: en lugar de reproducir el bosque –y el resto de localizaciones– con decorados, se sirve de una espesa cortina de luces que, ocupando todo el espacio del escenario en sentido horizontal y vertical, ayuda a construir los lugares de la historia. Esta flexibilidad, además, permite que la ópera se represente íntegramente sin interrupciones, uniendo los tres actos en un arco temporal de 100 minutos.
Kosky ha querido ser fiel al espíritu de Janáček: el humor aparece solo de manera puntual y se evita la tentación de convertir la ópera en un espectáculo para público infantil. Aun así, el director no renuncia a su sello, como en la escena de la huida de la zorrita, que remite a la estética del teatro de variedades y recuerda la pantomima indicada por el compositor. En conjunto, la producción es sobria y simbólica: los humanos visten de negro, los animales lucen ropas claras que reflejan la luz y crean un aura mágica.
El resultado es una lectura centrada en la idea que atraviesa toda la ópera: la vida es una corriente eterna que exige un ciclo constante de muerte y renacimiento. Kosky sustituye el humor directo por el encanto de una escenografía de luces que se expande en los momentos de plenitud vital y se estrecha en los puntos decisivos: el amor de Bystrouška y Zlatohřbítek, la muerte de la protagonista y las escenas del Guardabosques. La zorrita astuta no es una ópera para niños, pero esta producción nos invita a redescubrirla con la sorpresa y la inocencia de las primeras veces.
Josep Pons sobre La zorrita astuta
El director musical del Liceu, Josep Pons, no había dirigido nunca La zorrita astuta, aunque conoce muy bien la obra de Janáček: La misa glagolítica, La sinfonietta o El diario de un desaparecido. Pons destaca que su escritura es muy peculiar, sobre todo en un momento como el suyo, en que se producía un cambio de paradigma musical.
Con palabras de Josep Pons: “Cuando una música se mueve dentro de un lenguaje conocido, es fácil leerla y entenderla. Pero cuando hay un cambio de estilo, como pasa con Janáček, hay que buscar una nueva manera de escribir. Eso lo hace más complejo. Es necesaria una investigación para traducir esos ritmos al lenguaje escrito”.
El director musical del Liceu subraya la originalidad de la escritura de Leoš Janáček y su manera única de traducir la realidad al lenguaje musical. “Los sonidos de animales en esta ópera no tienen un valor naturalista, sino expresivo, simbólico e incluso humorístico”, afirma Pons, recordando que el interés real de la obra es la relación entre animales y humanos, una convivencia que roza la fábula sin serlo estrictamente.
Finalmente, Pons recuerda el carácter vitalista de la ópera, que el propio Janáček quiso que sonara en su funeral: La zorrita astuta habla de los ciclos de la vida y de la continuidad más que de la tragedia. “Si tuviera que describir esta partitura con una sola palabra, diría ‘genial’. Recoge la tradición del XIX y a la vez aporta elementos absolutamente modernos”.
Momentos musicales clave
En la partitura de La zorrita astuta se combinan elegantemente diferentes estilos de composición: el postromanticismo checo –con abundancia de danzas y melodías populares–, el modernismo alemán y también pasajes en los que se aprecia la influencia del impresionismo francés.
En el primer acto, el interludio Ze nevis, coma mé? / Pantomime describe el paso de una noche oscura a un amanecer radiante con una paleta orquestal que recuerda a Debussy y Ravel. Es uno de los fragmentos más bellos de toda la partitura y simboliza la liberación de Bystrouška.
El segundo acto alcanza su clímax con el dúo entre Bystrouška y el zorro Zlatohřbítek (Proč zrovna mě?), un encuentro amoroso que, a través del entrecruzamiento de las dos voces femeninas, expresa con lirismo desbordante la pasión, el instinto vital y la continuidad de la especie.
Finalmente, en el tercer acto, el Guardabosques protagoniza su gran monólogo (Ale není tu Bystroušky!), un aria con canto declamado y lleno de intensidad lírica. Este pasaje retoma elementos del inicio de la ópera y condensa el mensaje central de la obra: la vida y la naturaleza siguen su curso en un ciclo eterno de renacimiento.
Un reparto exquisito con sello catalán liderado por la soprano rusa Elena Tsallagova
En la última temporada del maestro como director musical del Liceu, abordar La zorrita astuta es un paso más en el largo camino de perfección orquestal que ahora afronta un nuevo tramo de gran exigencia. El tamaño de la orquesta es gigantesco, requiere un gran número de voces blancas y adultas, además de un coro adulto y otro infantil, lo que convierte a esta ópera en una pieza ideal para que el maestro Josep Pons la dirija con su gusto y eficacia habituales.
La orquesta es un elemento esencial en esta ópera, tanto como las voces: Janáček incluyó en su desarrollo diferentes interludios orquestales –principalmente para expresar el paso del tiempo, ya fuera un amanecer, la llegada a la edad adulta de la zorra o el nacimiento de sus cachorros–.
En el reparto destaca la máxima especialista actual en el exigente papel de Bystrouška, Elena Tsallagova. Los otros papeles centrales de la ópera, el Guardabosques y Zlatohřbítek, el carismático zorro de pelaje dorado, también recaen en dos magníficos cantantes: el barítono sueco Peter Mattei y la mezzosoprano Paula Murrihy.
Janáček indicó en la partitura que, dado el gran número de personajes menores que tiene la ópera, era recomendable que algunos cantantes participaran con dos roles, fueran humanos o animales. Así, por ejemplo, el tenor David Alegret es, por una parte, el Maestro de escuela, pero también el Mosquito; la mezzo Mireia Pintó canta los papeles del perro Lápak y el Pájaro carpintero; la también mezzo Anaïs Masllorens se reparte entre la Mujer del guardabosques y la Lechuza; y el bajo mexicano Alejandro López hace lo mismo entre el Rector y el Tejón. Otros cantantes se reparten el resto de papeles menores: el barítono serbio Milan Perišić es Harašta, el Cazador furtivo, y el tenor José Manuel Montero es Pásek, el Tabernero. En definitiva, un equipo con amplia presencia de cantantes del país, extenso y experimentado para hacer aflorar todos los matices de La zorrita astuta.
El Liceu para todos: todas las acciones vinculadas a La zorrita astuta
Con motivo del 25.º aniversario del Petit Liceu, esta primera ópera contará con precios especiales y con un amplio programa de acciones educativas y sociales vinculadas al distrito de Nou Barris y al distrito de Sant Andreu, entre otras iniciativas. Para reforzar este vínculo con el territorio y establecer al mismo tiempo una conexión simbólica entre el título de la ópera y el Parque de la Guineueta, el Gran Teatre del Liceu presenta la ópera a la prensa en este espacio público de Barcelona. El acto quiere poner en valor el barrio de la Guineueta y su tejido social, acercando la ópera a la ciudadanía.
En este marco, el programa LiceuApropa, en contacto con la Asociación de Vecinos de la Guineueta, ha cedido un total de 200 invitaciones para el ensayo general del 18 de septiembre, destinadas a vecinos y vecinas del barrio. El pasado 10 de septiembre, en la sede de la Asociación de Vecinos, los usuarios y usuarias de la entidad pudieron disfrutar de una conferencia sobre la ópera y sobre la historia del Liceu. A los miembros de la asociación se les ha ofrecido una visita a los espacios técnicos del Liceu, tras la asistencia al ensayo general. El Teatre también se ha puesto en contacto con La Masia de la Guineueta para asistir a la función intergeneracional de la ópera, facilitando la gestión.
Siguiendo con la colaboración establecida con el distrito de Sant Andreu, donde ya se han impulsado diversas acciones vinculadas al proceso de creación de la segunda ÒPERA PRIMA, los usuarios y usuarias del Centre Cívic Navas pudieron asistir el 16 de septiembre a una conferencia sobre la ópera. También está prevista una sesión informativa en el Centre Cívic Can Clariana Cultural, el próximo martes 23 de septiembre a las 18 h. Además, el Casal de Barri la Torre de la Sagrera, junto con los dos centros cívicos mencionados, dispondrá de un 10% de descuento en las funciones del título.
En el marco de las actividades de “El Liceu para todos” y en colaboración con el Museu de Ciències Naturals de Barcelona, el Gran Teatre del Liceu, a través del programa LiceuAprèn, organiza una sesión especial del Club dels Llunàtics i Llunàtiques de este museo para profundizar en el universo de La guineueta astuta. Con la voluntad de acercar la ópera y los saberes que de ella se derivan a la ciudadanía, el Liceu y el Museu de Ciències Naturals de Barcelona unen esfuerzos para ofrecer una sesión extraordinaria que unirá ciencia y arte en la Sala Cor del Gran Teatre del Liceu. El 23 de septiembre a las 18:30 h, el compositor Joan Magrané y la bióloga Lídia Freixas conversarán sobre música y naturaleza en una tertulia conducida por Jordi Serrallonga.
Todas las funciones de La zorrita astuta cuentan con un 50% de descuento sobre el precio habitual de las entradas. Adicionalmente, las personas que asistan a la sesión del Club recibirán un código promocional con un 10% de descuento extra.
Finalmente, con la iniciativa OPERA ENTRE GENERACIONES, el 20 de septiembre se ofrecerá una función exclusiva al precio especial de 35 €, pensada para que familias enteras puedan disfrutar juntas de esta producción, que une generaciones a través de una misma historia.
Exposición en el Salón de los Espejos: Eulàlia Valldosera
Coincidiendo con las funciones de La zorrita astuta y en el marco del Liceu de les Arts, del 20 de septiembre al 31 de octubre el Salón de los Espejos acogerá la primera exposición de la temporada, a cargo de la artista visual Eulàlia Valldosera.
Eulàlia Valldosera (Vilafranca del Penedès, 1963) es una de las artistas más destacadas en el ámbito del arte contemporáneo catalán. Su práctica, que oscila entre la instalación, la performance y la imagen en movimiento, ofrece experiencias inmersivas que desafían la percepción y exploran la fragilidad, la memoria y la interconexión entre el cuerpo y los objetos cotidianos. Su trabajo se adentra en la interacción entre materia y luz, en la idea de presencia y ausencia, y convierte la luz en elemento estructural de sus creaciones.
En esta propuesta para el Salón de los Espejos, la artista se inspira en La zorrita astuta de Janáček para reflexionar sobre una naturaleza autónoma que se recicla ad infinitum, donde la circularidad de la energía supera los esfuerzos humanos por controlar los ciclos vitales. Su obra se presenta como una invitación a percibir la realidad como un tejido mutable, en el que cada elemento conserva la memoria de lo vivido.
Según Valldosera, lo imprevisible es “una entrega al momento presente, al no-tiempo”. Y añade: “Veo la oportunidad en lo que se podría considerar fatalidad. El error es una invención de nuestra parte racional que quiere negar la magia que el azar nos propone en forma de sincronicidades”.
Foto © David Ruano