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Marina di Giorno

El piano en su esencia

febrero 2013


Esta pianista franco-italiana recibió un premio con solo cuatro añitos de Radio France, demostrando ser una niña prodigio, que se mantuvo con las más altas calificaciones en sus estudios pianísticos, realizados con Susan Campbell y Bruno Rigutto, con quien se formó en el Conservatorio de París, teniendo como profesores a Claire Desert, Ami Flammer, Yovan Markovich y Marc Coppey. Completó su formación en la Escuela Superior (HEM) de Ginebra, donde obtuvo el “Master of Art Spécialisé Soliste” en la clase de Pascal Devoyon. Se ha perfeccionado con Dominique Merlet, Raman El Bacha, Christian Ivaldi, Jean-Claude Pennetier, Jean-François Heisser, Michel Beroff y, en música de cámara, con el Cuarteto Juilliard y el Trío Wanderer. Grandes nombres que han formado a una gran pianista.

Marina ha actuado en importantes festivales y en salas de prestigio internacionales, como Ars Terra, “Rencontres Internationales Chopin à Nohant”, Musicora del Louvre, Festival Chopin de Bagatelle, “Moments Musicaux Jeunes Prodiges et Musiciens Prodigieux”, “En Première Partie d'Alain Planès”, Festival La Roque d'Anthéron, “Classique au Large” de Saint-Malo, “Concerti del Tempietto” de Roma, Société des Arts de Genève, Théatre du Chatelet, Salle Adyar o en la Cité de la Musique de París, entre otras. Recientemente ha actuado en el Chatelet en las funciones de Alicia en el país de las maravillas, además de recibir el Premio MEGEP por la interpretación de las obras del compositor francés Lucien Durosoir (1878-1955).

El arte de Marina es un arte fundamentado en su sólida técnica y en el profundo estudio de la música, al que se une su don natural para la interpretación. Marina ha firmado un acuerdo con el sello Passavant para realizar una serie de grabaciones para piano solo. Los primeros discos de esta colaboración, como comprobamos en el recuadro discográfico, justifican el acierto de apostar por esta pianista.

Por: Gonzalo Pérez Chamorro
 

Discografía

L’INVITATION AU VOYAGE.
BRAHMS: 4 Baladas op. 10.
SCHUMANN: Sonata núm. 2.
GRANADOS: de Goyescas: El fandango de candil,
Quejas o La maja y el ruiseñor, El amor y la muerte.
GINASTERA: 3 Danzas argentinas op. 2.
Passavant, PAS225081

CHOPIN: Sonata n. 3. 2 Nocturnos Op. 48.
SCHUMANN: Escenas de niños. Arabesca.
Passavant, PAS225072

CLAIR OBSCUR. DEBUSSY: Estampes.
RAVEL: Miroirs. SAINT-SAËNS: Danse macabre.
Toccata Op. 111.
Passavant, PAS225031

 

Comentario discográfico

Esta joven pianista francesa (nacida en 1989), de origen italiano por parte materna, admite ser una enamorada de la música española e hispanoamericana, y el próximo disco que prepara se dedicará a este repertorio. En efecto, en el primero de estos tres discos suyos, el titulado “L’invitation au voyage”, incluye tres piezas de Goyescas interpretadas con pleno conocimiento del peculiar estilo de Granados y entre las cuales la balada El amor y la muerte alcanza una de las recreaciones más impresionantes que existen en disco (Larrocha incluida). La gracia y la chispa, el sentido del ritmo y el virtuosismo de buena ley con que expone las 3 Danzas de Ginastera nos permiten adivinar que en la música del subcontinente americano se halla igualmente a sus anchas. Pero en este primer disco suyo para el sello Passavant es probable que lo más admirable y redondo resulten ser unas piezas tan alejadas de lo hispano como las bellísimas 4 Baladas Op. 10 de Brahms. Su sonido, siempre de gran riqueza de armónicos, es aquí brahmsiano por los cuatro costados, y no exagero al afirmar que, sobre todo la Primera, con una magistral graduación de intensidad hacia el clímax, nada tiene que envidiar a las más reputadas grabaciones existentes.

El segundo disco aborda obras no menos comprometidas de los dos más prominentes compositores románticos: en la Tercera Sonata de Chopin compagina con perfecta lógica robustez y lirismo, no dulzón sino sobrio y hasta recio, cerrándola con un Presto non tanto lleno de brío, energía y tensión. De sus dos Nocturnos Op. 48 llama la atención el hosco, potente, tremendo dramatismo que despliega en el primero. Acierta a diferenciar con claridad de su estilo el de Schumann: las Escenas de niños, nada empalagosas, suenan en sus dedos no como música de niños, sino como música de un adulto para adultos sobre el huidizo, ignoto mundo infantil, tan hondamente explorado y sentido por el autor de la Sinfonía “Renana”.

Y en su recorrido sobre el universo de tan diversos compositores no falta el acercamiento a los franceses, en un disco con ilustraciones de la pintora Eska Kayser: a un Debussy en el que pone en juego su aguda percepción tímbrica, como en Pagodes, o su atinado perfume español en la Soirée dans Grenade. Ravel resulta no menos certero: fuerte sentido plástico en Une barque sur l’océan, aire depresivo en La vallée des cloches, así como ironía y extremada claridad en la intrincada Alborada del gracioso. La Danse macabre pone a prueba, en su transcripción de Liszt arreglada por Horowitz, los dedos del pianista más dotado; Di Giorno sale airosa en ésta y la otra pieza de Saint-Saëns, la Toccata op. 111 (arreglo del finale del Quinto Concierto, dedicado por el autor al virtuoso Raoul Pugno). Técnicamente, las grabaciones de los tres discos son modélicas.

Por: Ángel Carrascosa Almazán

Foto: La pianista Marina di Giorno.
Acred. Studio Martín

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