Música clásica desde 1929


Un punto de encuentro de actividades musicales con artistas, instituciones y gestores


Cristóbal Soler

Un director de orquesta para dirigir la SMR Cuenca

marzo 2017

¿Qué grado de responsabilidad asume el nuevo director artístico y cómo afecta esta situación económica, a la presente edición de la SMR Cuenca?

Vayamos por partes: soy ante todo un músico y me solidarizo con todos los músicos que están sufriendo injustamente una situación lamentable por los impagos. Alguna vez los he sufrido en mi piel, a lo largo de mi carrera. Me he documentado y he comprobado el grave perjuicio que está ocasionándoles. Capacidad de empatía no me falta. Precisamente, aún cuando para nada me compete resolverlo, pues mi responsabilidad comienza a partir de 2017, me preocupa y, por ello, he estado invirtiendo muchas horas con el Patronato para encontrar una solución lo antes posible. El prestigio de un festival con tanta historia a sus espaldas puede quedar indeleblemente dañado.

Inevitablemente, estos problemas económicos que heredo, condicionan y afectan de modo directo a la presente edición. Aunque haya un ajuste presupuestario, que me ha obligado a realizar cambios en la programación, por mi parte, no hay problema: no será la primera vez que se hace de la carencia una virtud. Lo que deseo es que se resuelvan cuanto antes todos los problemas económicos, que son prioritarios, y centrarme de una vez por todas sólo en la música, para poder finalmente llevar a cabo en próximas ediciones un proyecto sostenible y riguroso, que evite cualquier problema similar en un futuro.

Ya que su gran apuesta es la creación de la Academia, ¿cuáles son los objetivos que pretende conseguir?

Cómo exponía antes, primeramente lograr con ella un proyecto sostenible, formado por excelentes jóvenes músicos, tanto instrumentistas como cantantes. Mi gran apuesta (y mi obligación moral a la hora de crear orquestas) siempre ha sido el apoyo constante a las nuevas generaciones de músicos españoles, que se han formado férreamente y han logrado un nivel de excelencia hoy apreciado incluso en orquestas europeas. Igual sucede con los cantantes noveles, avalados ya por premios. Todos ellos son merecedores de darles “la alternativa” para que demuestren su valía, y esta Academia es la plataforma ideal para su reconocimiento y acceso directo al mundo profesional. Sigo el modelo de la Academia Karajan, mi director predilecto, en materia de diseño curricular, lo que permite, tras las pruebas de acceso, una estrecha convivencia entre las nuevas generaciones y los maestros experimentados, de los que reciben su magisterio para interpretar conjuntamente el repertorio programado.

Por las características del festival, nos centraremos en abordar el género del oratorio, tan formativo y enriquecedor para ambos colectivos. Este año, comenzaremos con Lazarus de Schubert, que requiere además de seis cantantes solistas. A su vez, las dos formaciones, con sus respectivos solistas vocales e instrumentales, participarán en otros espacios defendiendo la música de cámara y apadrinando un proyecto solidario como es la SMR-Social. Quiero mantener un diálogo fluido, a ser posible, con todos los estratos de la sociedad y convencer de los beneficios de la música.

Siguiendo las líneas de programación que define el festival, la Academia de la SMR, además dispondrá de un departamento de música antigua, aula de canto gregoriano y un taller de composición contemporánea, que contará entre sus profesores con el compositor residente del festival, en esta ocasión Francisco Coll, todo ello enmarcado académicamente por la Universidad de CLM y de la UIMP de Cuenca.

La Academia es la piedra angular de un proyecto que trasciende en espacio y tiempo al propio festival. Continuará con su perfeccionamiento y presencia en las salas de conciertos a lo largo de todo el año, a través de su ciclo “Grandes Oratorios Sinfónicos Corales”. Finalmente, la Academia siempre será la beneficiaria del magisterio de prestigiosas agrupaciones y artistas invitados anualmente por el festival, a través de sus conciertos y masterclasses. 

¿Qué aporta un perfil de director de orquesta como el suyo a la dirección artística del festival de la SMR de Cuenca?

Desde que asumí la dirección artística, el Patronato tomó la decisión de separar la gestión económica de la artística, debido a los problemas por impagos heredados de la gerencia anterior. Una vez aclarada esta bicefalia de responsabilidades, la mía es estrictamente artística. Entre los diseños curriculares y trayectorias profesionales, me gustaría resaltar que la dirección de orquesta es una de las especialidades más completas dentro de las diferentes profesiones musicales. Dicho esto, mi especialidad como director de orquesta es seleccionar a los intérpretes y programas con rigurosos criterios musicales. Como director musical, durante cinco años en el Teatro de la zarzuela, mis responsabilidades, entre otras, eran asesorar al director artístico en la selección de artistas, la elección de títulos tanto de repertorio como de recuperación, etc. Como director asociado de la Orquesta Sinfónica de Navarra, además de seleccionar mis programas en cada temporada, fui nombrado director artístico de la OSN Social, proyecto muy novedoso, que me aportó una experiencia real de cómo acercar la música a los ciudadanos, creando una programación más útil, abierta, terapéutica y pedagógica de la música.

Por Lucas Quirós
 

http://www.smrcuenca.es/

Foto: Cristóbal Soler, nuevo director de la Semana de Música Religiosa de Cuenca.

 

 

858
Anterior Concurso Rookie Chamber Music - Primer Premio
Siguiente Editorial Boileau