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Alberto Álvarez, director de orquesta

“Trabajo con las obras como un orfebre”

Noviembre 2021

El mes pasado recuperó una Sinfonía de Gyrowetz con la Orquesta de Cámara de Bormujos…

Sí, es la segunda Sinfonía que tocamos de este interesante y poco conocido compositor checo. Hay algunas grabaciones de otras sinfonías suyas, pero no de las que ya hemos recuperado. Quiero destacar la belleza y la calidad de estas piezas. En su época se llegó a publicar por error una sinfonía suya con el nombre de Haydn, lo que demuestra su maestría.

 

Fragmento de la Sinfonía de Gyrowetz por la Orquesta de Cámara de Bormujos dirigida por Alberto Álvarez:

https://youtu.be/N1LOZe19ZR4  

 

¿Usted es un director centrado en la recuperación de música olvidada?

No exactamente, o no solo. Me defino como un director versátil. Disfruto igualmente trabajando con otros estilos posteriores al Clasicismo. Por ejemplo, este año debuté como director de ópera, en Bulgaria, con I Pagliacci y El Castillo de Barba Azul. Más allá del estilo o género, me interesa hacer programas un poco diferentes, cuando depende de mí, en los que se mezclan obras conocidas con otras menos escuchadas. Y cuando se trata de obras del Clasicismo, intento hacerlo como se interpretaba en la época, aunque con instrumentos modernos. Se nos ha enseñado demasiado a respetar la partitura, pero no la obra en sí, en su contexto, que no es lo mismo. Ahí está la importancia de la figura del intérprete. Las orquestas deberían adaptarse al estilo de cada obra, y no al revés. Cada vez hay más conjuntos musicales receptivos a interpretar esas obras según criterios históricamente bien informados, además de poder manejar otros estilos con naturalidad. Me identifico de esta manera.

¿Qué opina del repertorio general que se suele ver en las orquestas?

Pienso que a veces se reiteran las mismas piezas, los mismos compositores. Entiendo que los programadores temen perder público si apuestan por obras que el público no conoce. Pero hay que educar a la gente y ampliar el vasto repertorio de música orquestal. A quien le gusta el cine no ve solo películas de unos cuantos directores de cine. Pues lo mismo debe pasar con la música clásica. Si no, hacemos que al público le guste solo lo típico, y parece que todo lo demás no es interesante. La cruda realidad es que una gran parte de la sociedad solo ve un concierto de música clásica al año: un rato en la TVE el 1 de enero... Esas personas podrán pensar, por ignorancia, que así son los conciertos de música clásica, con las orquestas ataviados con ropa decimonónica y un público vestido con los mejores atuendos. Ese formato me parece ya anacrónico. ¡No vamos a los museos ni al cine vestidos así! Es normal que los jóvenes, a su vez, sientan que la música clásica no va con ellos. Pero no interesaría captar nuevos públicos solo mediante los más jóvenes.

¿Y alguna fórmula mágica?

No habría que bajar el nivel de exigencia en las programaciones, si no convertimos el concierto en un mero entretenimiento. El problema no está solo en la poca educación musical de la sociedad presente, sino quizás también en lo que proponemos y cómo lo presentamos. Se podría mejorar la comunicación entre una orquesta y el público justo antes de empezar el concierto propiamente dicho. Hay algo que a mí me funciona. En mis conciertos salgo al escenario unos minutos antes y entablo un diálogo con el público, y cuento algunas anécdotas sobre el programa. Son muy interesantes las preguntas que suelen formularme desde sus butacas. En ese instante se percibe que el público está más expectante que nunca por escuchar música atentamente. El secreto es simplemente hacerles sentir a las personas partícipes del proceso de un concierto, cuya culminación está en la propia interpretación. He podido observar en primera persona que a la gente no le importa tanto si en el programa hay un compositor conocido, sino que lo que se le proponga sea coherente.

Háblenos de la Orquesta de Cámara de Bormujos…

La fundé en 2016, gracias al apoyo principalmente del Ayuntamiento de Bormujos, hasta el presente. Pero no es una orquesta municipal, y tiene su programación independiente, no solo el ciclo de conciertos en la misma localidad. Al tener esta orquesta el nombre de un pueblo de poco más de 20.000 habitantes, la gente podría pensar que se trata de una orquesta amateur o peor aún, una orquesta de bolos. Nada más lejos de la realidad, ya de por sí por sus propuestas. Con el tiempo se ha conseguido cambiar ciertos prejuicios. Cuando uno cuenta con músicos de calidad, pronto otros músicos similares se sienten atraídos por el proyecto, así como por la programación. Tenemos una lista de solistas, incluso del extranjero, que ven una oportunidad en nuestra agrupación. Ya algunos de nuestros proyectos están llamando la atención a los medios nacionales. Me encantaría tocar estas piezas que rescatamos fuera de Andalucía.

¿Y cómo director, en qué punto se encuentra?

Aunque la vida artística de un director es larga, la edad va en mi contra, pues con las mismas posibilidades, un director joven llama más la atención. Aunque me duela admitirlo, la dirección es una profesión de contactos. Muchas orquestas suelen llamar a los mismos directores, por lo que el círculo es a veces muy cerrado. Estoy muy orgulloso de haber tenido la oportunidad de fundar mi orquesta, y así poder desarrollar un proyecto muy personal. Me gustaría ampliar mis capacidades como director en orquestas nacionales e internacionales. Este año algunas formaciones mostraron interés por mí de cara al futuro, aún sin concretar nada todavía, debido a la pandemia. Tengo claro que en cada proyecto que hago, siempre busco la excelencia. Trabajo con las obras como un orfebre, muy minucioso, pero a su vez con la mayor efectividad posible. Ambos aspectos lo agradecen los músicos. No soy de los directores que gusten de hacer muchos aspavientos con las manos al dirigir, si no sirven para nada. Parto de la idea que el director no es el centro de atención, al contrario de lo que hasta no hace mucho se ha concebido. La consideración por un director comienza por el verdadero y sincero respeto y aprecio de este hacia la orquesta.

por Lucas Quirós

www.orquestacamarabormujos.es
www.albertoalvarezcalero.es

Foto: “Hay algo que a mí me funciona: en mis conciertos salgo al escenario unos minutos antes y entablo un diálogo con el público, contando algunas anécdotas sobre el programa”, afirma el director Alberto Álvarez.
Crédito: © Abekoco

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