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Adolfo Gutiérrez Arenas

Canta el violonchelo

Mayo 2020

El cellista Adolfo Gutiérrez Arenas recuerda en esta entrevista su último lanzamiento discográfico, el Concierto para cello de Antonín Dvorák, con la Filarmónica de Magdeburg, y su director Kimbo Ishii, para el sello IBS, y nos hace partícipes de su preocupación como ciudadano ante la crisis social y política generada por la pandemia de coronavirus.

Tenemos la oportunidad de hablar en estas fechas difíciles, a pocos meses de que haya salido en 2019 su CD con el Concierto de Dvorák… ¿Cómo se articuló este proyecto?

Pensé que ya era hora de tener un proyecto de cello y orquesta grabado en condiciones. Cuando barajé varias opciones de orquestas, recordé a la Filarmónica de Magdeburg y su director Kimbo Ishii, con quien había tocado la temporada anterior y con quienes hubo muy buena relación. Les llamé, aceptaron inmediatamente y grabaron durante sus vacaciones con un espíritu maravilloso.

Un valor añadido de este registro es la pieza que toca con Juan Carlos Garvayo, Lasst mich allein, la canción que Dvorák cita en dos movimientos del Concierto

La idea es muy buena, aunque no es mía sino del director. Quisimos pedir un arreglo para cello y orquesta, pero ni hubo tiempo ni estábamos seguros de que fuera a funcionar. Por eso contactamos con mi amigo Juan Carlos Garvayo, y grabamos esta pieza en Granada. Le da un punto muy especial al CD, por destacar el homenaje de Dvorák a su moribundo amor no correspondido, su cuñada Josefina.

Es un lugar común afirmar que el cello es uno de los instrumentos que mejor recrean la voz humana… ¿Está de acuerdo?

Para mí, el atractivo del cello es su capacidad de generar texturas sonoras. Solemos hablar de los colores, pero yo prefiero hablar de texturas físicas, al tacto prácticamente, un sonido satinado, otro más granulado, etc., algo que sienta en mis manos al tocar. El cello, por las tesituras que tiene y las infinitas posibilidades de combinar pesos, velocidades, puntos de contacto en el arco así como superficies del dedo, dicción digital o vibratos en la mano izquierda, reacciona de tal manera, que esas texturas, y las dinámicas que se consiguen, son muy extremas y orgánicas. En cuanto a la voz humana, hay un registro intermedio del cello en el que se pueden apreciar calidades muy vocales. Una de las cosas que siempre intento aportar en mi forma de tocar es un acercamiento más vocal que instrumental. Es la diferencia entre lo que para mí representa que la música fluya a través del instrumento como si este fuera parte de nuestro cuerpo como la voz, o instrumentalizar la música para que se adapte a nuestras necesidades instrumentales, lo que suena forzado e impostado. En esto siempre recuerdo leer una anécdota de Beethoven abroncando a un cellista que se quejaba de un pasaje diciéndole algo como: “yo creo música, no me preocupan lo más mínimo ni sus limitaciones ni las de su instrumento, resuélvalo…”. Y en esa manera de abordar el instrumento de forma más fluida y natural, la clave es cantar siempre lo que se quiere tocar, nada es musicalmente más puro y natural que lo que sale de nuestra voz.

Nos toca hablar de la actualidad que vivimos... ¿Su calendario de conciertos se ha visto muy alterado?

Ha sido barrido de un plumazo, tengo todo cancelado hasta julio y estoy esperando que en cualquier momento me digan que hasta más adelante. No sé cómo haremos, pero si le soy sincero, en esta situación en la que mueren más de 500 personas cada día, realmente mis problemas laborales son lo último que se me viene a la cabeza. Primero necesito ver que quien tiene que hacer las cosas las hace bien y que deje de morir gente.

Algunas organizaciones y programadores han tomado el toro por los cuernos y han cancelado sus respectivas actividades, otros aún hablan de “posponer”, “reprogramar”…

Prácticamente todos los conciertos que me han cancelado hasta ahora se posponen para más adelante. En algunos casos eso significa reprogramarlos para la temporada 21-22, porque la de 20-21 ya está programada, pero afortunadamente todos se están solo posponiendo. Ahora hay que ver qué pasará tras este lapso de tiempo paralizados. Habrá que valorar opciones nuevas, como organizar conciertos de cámara donde se pueda controlar que los pocos intérpretes no estén contagiados y que esos conciertos se retrasmitan en streaming… O que en el caso de los festivales de verano los conciertos se puedan hacer al aire libre en plazas lo suficientemente grandes donde el público vaya con protección y mantenga una distancia y se amplifique el sonido. En cualquier caso, hasta que no haya una vacuna o un tratamiento que garantice que quien enferme puede ser tratado eficazmente, y hasta que la gente no se convenza de que durante un determinado tiempo tenemos que ir totalmente protegidos para minimizar el riesgo de contagios, no podremos volver con garantías de seguridad a una sala de conciertos con 2 o 3.000 personas, sobre todo teniendo en cuenta que gran parte de nuestro público está en edad de riesgo y no podemos exponerlos más, bastante están sufriendo ya.

Como artista internacional con numerosos compromisos fuera de nuestro país, ¿cómo compara la reacción y las medidas que se están tomando en otros países y las que están tomando nuestros gobernantes, en el campo de la cultura? Y no hablo de la música porque ni siquiera parece que hagan una distinción a su especificidad…

Como decía antes, instintivamente no he pensado en el aspecto profesional. La masacre y la tragedia es increíble en todo el mundo y especialmente en España, y soy consciente de que a algunos les molesta oírlo (a mí también), pero los datos no están para agradar o molestar, son los que son y parece que encabezamos de manera destacada las peores estadísticas... Parece evidente que en otros países las cosas se han hecho mejor, los números cuando son tan rotundos no engañan ni tienen ideología... No porque sean más listos en esos países, sino porque han priorizado la seguridad preventiva de la gente antes que otros aspectos y se tomaron medidas en enero y febrero, no han tenido que cerrar el país como nosotros, no tanto al menos. Por eso tienen menos muertos aunque tengan muchos contagiados, y por eso van a poder gestionar mejor la crisis. También en el ámbito de la cultura. Como en Alemania o Francia, que ya están ofreciendo unas ayudas que aquí no aparecen por ningún lado. Pero sobre este punto de la cultura, me gustaría hacer una reflexión. Sinceramente, me decepciona ver cómo el mundo del arte, en general, ha estado callado y agazapado durante todo este tiempo en el que ha habido unas negligencias indiscutibles (se tenga la ideología que se tenga) por parte de los que tenían que preservar el cuidado de la población. Y los artistas, sin embargo, han estado completamente callados, lo cual me parece respetable. Pero no me parece tan respetable que las expresiones de estupor, de cabreo e indignación hayan ocurrido cuando el ministro de Cultura dice lo que dicen siempre y no es nuevo, que para la cultura no hay nada. Entonces, ahí sí, muchos artistas han explotado y se han manifestado. En esta situación me parece vomitivo que estemos cerca de los 20.000 muertos y que nadie tenga nada que decir hasta que le tocan el bolsillo.

Habla de sensibilidad hacia el ser humano…

Creo que un artista antes que artista debe ser persona y debe estar muy involucrado en la sociedad, Como decía Beethoven: “El único símbolo de superioridad que conozco es la bondad”. No podemos aislarnos en nuestro arte, en nuestra música, nuestro cine…, porque somos miembros activos de una sociedad gracias a la cual subsistimos. Normalmente no me suelo pronunciar, pero estos no son tiempos normales, son circunstancias en las que está muriendo muchísima gente. Y que a un artista le subvencionen o no, le ayuden o no, es algo por lo que se puede molestar, pero ¿hacerlo sólo por eso y no por lo que está pasando en SU país? No me parece una actitud que deba tener el mundo artístico, que por definición debería estar a la vanguardia del pensamiento crítico. Es preocupante, por sectario e interesado, que ese pensamiento crítico aparezca solo cuando son unos los que mandan, y no sea permanente... Lo que está mal hecho lo está sin depender de dónde venga.

Y como ciudadano, ¿cómo está viviendo esta situación, qué reacciones le provoca, qué reflexiones…?

La situación la vivo con muchísima preocupación, creo que ahora estamos viviendo las peores consecuencias posibles de tener políticos en general muy poco preparados y mucho más llenos de fundamentalismo ideológico y mensajes vacíos de digestión rápida que de una legítima vocación de servicio a la sociedad, a toda, no sólo a sus votantes. No nos hemos tomado la política en serio en este país desde hace mucho tiempo; nos la tomamos como si fuéramos aficiones rivales de un deporte, y ahora nos está costando muy caro. Claramente es fruto de unos sistemas educativos penosos que hemos estado sufriendo décadas, y que han hecho que los votantes en muy pocos casos tengan realmente un pensamiento crítico e independiente desarrollado, una cultura histórica y cultural rica y completa y por tanto una capacidad de análisis objetivo y razonado lejos de radicalismos, e ideologías impuestas. Me parece que estamos en una época en la que la única ideología que debería existir es la del sentido común, aquella basada en los principios fundamentales de cada cual y en la experiencia acumulada en la vida, en la perspectiva vital; y nos daríamos cuenta de que tenemos mucho más que ver unos con otros de lo que los que viven del enfrentamiento intentan que creamos. Deberíamos tener una educación integral que haga de las personas librepensadores y no seres gregarios que siguen al primero que dice lo que quieren oír. Estas carencias, no solo en España, son las que nos han llevado a elegir los líderes que tenemos. No olvidemos que para gestionar un país se necesita altura de miras, visión de estado a largo plazo en lugar de cortoplacismo electoral y una experiencia, competencia y preparación probada al más alto nivel, que los políticos que llevamos sufriendo desde hace mucho tiempo ya están demostrando repetidamente que no poseen. En Nueva York cuando alguien pide que le guíen en la calle: “¿Cómo se llega al Carnegie Hall?”... “Practicando”, contestan. Pues a practicar, futuros líderes.

por Blanca Gutiérrez Cardona

www.adolfogutierrezarenas.es

Foto: “Para mí, el atractivo del cello es su capacidad de generar texturas sonoras”, afirma el cellista Adolfo Gutiérrez Arenas.

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