Música clásica desde 1929

Discos recomendados de Ritmo

En esta sección encontrará los 10 discos que la revista RITMO recomienda cada mes, clasificados por meses y por su orden de recomendación del 1 al 10. Se archivan los recomendados desde junio 2011, para ver anteriores ir a "Ritmo Histórico".
Haciendo "clic" en el título de cada disco o sobre la foto, accederá a su ficha y a la crítica publicada en Ritmo y, cuando es posible, a las diferentes tiendas donde podrá adquirir el disco físico, o a las plataformas digitales desde donde podrá escucharlo en "streaming" o descargarlo online.

Ritmo JUNIO 2017 - Núm. 908

THE MURRAY PERAHIA AWARDS COLLECTION.

Varios intérpretes. Murray Perahia, piano.
Sony Classical 88985413952 (15 CDs)



La crítica

Pianista de premios

Cuando en 1990 Murray Perahia (1947, Nueva York, de origen sefardí) sufrió un corte en su dedo pulgar derecho, este se le infectó. Toda la década de los noventa la pasó “lesionado”, sometiéndose a operaciones y diagnósticos varios, con un ir y venir por el piano, que abandonaba o tocaba frenéticamente cuando la lesión le permitía días de calma dolorosa. Durante esos años encontró consuelo en Bach, que llevaría paulatinamente al estudio de grabación, culminando este proceso con una modélicas Variaciones Goldberg, que en Sony deben someterse al juicio y comparación con las míticas de Glenn Gould. Desde entonces, no se puede hablar del piano de Bach discográfico sin hablar de este culto señor, amante de la sencillez y amigo íntimo de Radu Lupu, con el que grabó un precioso disco a cuatro manos con Mozart y Schubert (este disco se lo motivó su estancia como codirector artístico del Festival de Aldeburgh entre 1983 y 1989, siendo en 1973 asistente de Britten y Pears), también presente en esta preciosa caja, que muestra los registros por los que fue premiado en diferentes convocatorias de premios discográficos internacionales de renombre. Es Bach quien, con siete discos (mantienen sus portadillas originales y la galleta tiene los microsurcos del LP, todo un detalle editorial), agradece al dedo lesionado de Perahia su estrecha dedicación, ya que, en el caso de las Goldberg, Suites Inglesas y Partitas (completas), son interpretaciones de una belleza colosal, histórica. Como lo es el otro Bach, el de los Conciertos para teclado, con el pianista dirigiendo, actividad que últimamente desarrolla con más generosidad que acierto, no en el caso de estas grabaciones, realmente bellas. 

Pero antes ya había grabado aquellos hermosos Conciertos de Mozart con la English Chamber Orchestra, la orquesta “oficial” de esta música, aquí presentes los ns. 15 y 16. O aquel perfecto disco con Solti, que incluía la Sonata para dos pianos y percusión de Bartók más las Variaciones Haydn de Brahms para dos pianos, con el húngaro al otro piano. Perahia recuerda lo gran pianista que era: “Una vez me tocó un oratorio de Haydn, yo pensaba que solo tocaría un fragmento, pero me hizo escucharlo completo al piano, tocándolo de memoria durante largos pasajes; fue uno de los momentos más felices de mi vida”. Recordemos también que Solti fue quien le pasó las páginas a Ditta Pásztory, pianista y esposa de Bartók, durante el estreno de esta Sonata

Otra colaboración eminente la tuvo en unos Conciertos de Beethoven con Haitink y la Concertgebouw, de estilo muy clásico desde todos los puntos de vista, siendo de una pulsación cristalina y centelleante estos Tercero y Cuarto aquí presentes. El Haendel y Scarlatti nos recuerdan la excelencia bachiana, mientras el Brahms, con unas Variaciones Haendel argumentadas con naturalidad y sin “cabezonería”, muestra un tipo de pianista diferente al de los Conciertos beethovenianos. Chopin, en dos líneas interpretativas abiertas y de diferente enfoque, la de las Baladas de 1994 (muy cantadas, sin la ruptura expresiva que requieren) y los Estudios de 2001, apabullantes y de sentido musical por encima de la perfecta ejecución de sus complejos pasajes, parecen demostrar al mundo que aquel dedo de Bach ya formaba parte del pasado. Quién diría que este pianista pasó diez años de lesión tras escuchar este Chopin.

Gonzalo Pérez Chamorro

 

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