Johannes Martin Kränzle, barítono. Hilko Dumno, piano.
Hänssler HC25011 (CD)
No recordamos que Johannes Martin Kränzle haya visitado Madrid o Barcelona como liederista, y, sin embargo, es uno de los grandes de la actualidad. El propio barítono cuenta en las notas su relación con este ciclo: desde la obligación de cantar Der Lindenbaum como estudiante, hasta su puesta escenificada en la ópera de Frankfurt, para retomarlo en 2024, tras casi una década sin volverlo a cantar, en la Schubertiada de Vilabertran, de la que este disco es su consecuencia.
Este disco es un testimonio de toda una vida dedicada al canto con enorme éxito y de como este ciclo ha ocupado un lugar central en su vida. Es un prodigio como es capaz de ahondar en cada una de las canciones, y cómo ha sabido colorear cada una de las palabras. Se necesita haber madurado mucho, haber sufrido mucho y tener una enorme empatía para saber mirar de esta manera tan humana la trayectoria de ese caminante perdido en su último invierno. Todo ello es posible porque la técnica vocal de Kränzle es de tal calidad que responde inmediatamente a su intención expresiva, y, por supuesto que también, a un acompañante excepcional, compañero suyo de tantas tardes de Lied, como es Hilko Dumno. No se trata de comparar esta grabación con otras portentosas bien conocidas, encabezadas por algunas de Fischer-Dieskau, sino de afirmar que hay sitio en el panteón de cantantes que se han enfrentado a este ciclo con la entrada de Johannes Martin Kränzle.
Tras la grabación, Kränzle fue diagnosticado con leucemia, pero, afortunadamente, ha podido volver a los escenarios.
Jerónimo Marín