Justo cuando se van a cumplir los doscientos años de su estreno en el Teatro San Carlos de Lisboa, CMajor recupera en formato audiovisual la producción de la rara farsa rossiniana Adina que cosechó no pocos elogios en la edición 2018 del Festival Rossini de Pésaro. Y aunque no era la primera vez que se proponía en la ciudad natal del compositor (antes la habían encarnado Alexandrina Pendatchanska y Joyce DiDonato), sí que era nueva la puesta en escena de Rosetta Cucchi, muy divertida, dinámica y explotando la trama desde lo hilarante. Visualmente llamativa, se articula en una gran tarta nupcial de tres pisos que da todo el juego que precisa su trama, de amores no correspondidos y con una anagnórisis final bien resuelta.

En un momento vocal esplendoroso (ese mismo año ofreció un gran recital belcantista entre las funciones), la soprano Lisette Oropesa brilla desde la primera nota en un personaje que explota a la perfección, con canto ágil, fraseo imaginativo y mucha desenvoltura escénica. A su lado, el también debutante en el festival Levy Sekgapane, tenor ligero de canto elegante, bello timbre y sólido registro agudo. Una pareja perfecta. Más habitual en la casa, Vito Priante delinea un respetable Califa, bien trabajado desde lo actoral. La labor de la orquesta y el coro, a gran altura, gracias a una chispeante y matizada dirección de Diego Matheuz.

Pedro Coco