TODO RIMSKY EN EL BOLSHOI

Después de hacer lo mismo con las óperas de Tchaikovsky o las grabaciones que Decca realizó con las huestes del Teatro Nacional de Belgrado, el sello Profil Hänssler se embarca en la tarea de ofrecer al aficionado al repertorio ruso la integral de composiciones líricas de Rimsky-Korsakov. Las ediciones elegidas para dicha integral, que suma veinticinco discos y un pequeño libreto con las pistas muy bien indicadas y breves comentarios a las obras, son aquellas que el Bolshoi de Moscú y la Radio de la URSS realizaran a lo largo de los cuarenta, cincuenta y sesenta con un grupo de solistas de primerísima categoría, muchos de ellos hoy ya poco reconocidos.

Algunas de estas grabaciones realizadas desde el primer teatro de la capital rusa estuvieron disponibles en CD a lo largo de los primeros años de este siglo y los últimos del pasado en pequeños sellos como Lys o Arlecchino, pero la limitada tirada de ejemplares hacía a veces poco accesibles discos que deberían haber gozado de una mayor repercusión. Ahora, a un precio más que razonable y con una muy buena y nítida toma sonora (asombra también la calidad con que se puede escuchar al inconmensurable Chaliapin interpretar hace casi cien años a Salieri, o la canción del invitado Vikingo en los bonus de Sadko y Mozart y Salieri), no hay excusas si se siente curiosidad por saber cómo afrontaba el equipo del Bolshoi el repertorio de uno de sus pilares en la consolidación de la ópera rusa.

Así, además de poder acercarse a versiones de títulos más conocidos, se puede descubrir poco a poco un buen número de obras que quedan en el terreno del más remoto desconocimiento para el aficionado más alejado de Rusia. De entre estas rarezas, destacan especialmente las selecciones de la inacabada Nausicaa (basada en La Odisea) o de Servilia, ambas inspiradas en temas de la antigüedad clásica. También el homenaje que el compositor quiso hacer a su admirado Chopin, con Pan Wojewoda, una ópera de tema polaco que se edita por primera vez en CD y que contiene una bellísima música que aprovechan especialmente el rotundo Alexei Korolev como protagonista o Anatoly Orfionov para lucir su luminosa voz de tenor como noble Boleslaw.

Otros momentos que destacar son los dúos de Tucha y Olga en La doncella de Pskov (o Iván el Terrible), con un Georgi Nelepp arrebatador de insultantes mimbres, la última escena de La Leyenda de la ciudad invisible de Kitezh o el emocionante final de Snegurochka, que la soprano Vera Firsova borda con seguridad y un brillante timbre (y donde, además, se puede disfrutar del Zar del superlativo Ivan Kozlovsky).

En suma, una estupenda oportunidad de ampliar la discoteca con una reedición más que justificada, por calidad y por sacar a la luz en varios casos piezas casi inencontrables hasta ahora en formato digital.

Pedro Coco Jiménez