Los buenos cuartetos mejoran con el paso del tiempo, como el buen vino, y la máxima se cumple con creces en el caso del Cuarteto Quiroga, más aún desde la incorporación al grupo del extraordinario violista Josep Puchades, con el que se han corregido antiguos desequilibrios y se ganado en empaque y personalidad sonora. Al igual que en su anterior disco, Statements, con obras de Haydn, Webern y Sollima, muestran buen gusto y originalidad en la elección del repertorio, que en este (R)evolutions se centra en exclusiva en la Segunda Escuela de Viena, poniendo el énfasis en páginas de juventud, como el Schoenberg apenas reconocible de su Cuarteto en re mayor o el Webern aún tonal y casi prolijo del Rondó, bien acompañados por el Berg desgarrado y expresionista de su Cuarteto Op. 3 y el Webern ya plenamente personal, maduro y aforístico de las Seis Bagatelas Op. 9. Estancado el Casals en una acusada crisis de identidad, cuesta creer que exista hoy un cuarteto español mejor que el Quiroga, cuya línea ascendente parece no haber tocado, ni mucho menos, techo. Cada obra se toca con el estilo justo, con un cuidado exquisito por la dinámica y con una variedad de recursos a la altura de los mejores cuartetos actuales. La sorpresa del conciso Bach final (Coral), sin vibrato, cierra el círculo con inteligencia y humildad.

L.G.