Para Richard Strauss (1864-1949), dominador del mundo instrumental, los instrumentos de viento no podían escapar de su genio sonoro (recordemos que era hijo de un solista de trompa). Los miembros de la Staatskapelle Berlin nos presentan su repertorio completo para formaciones camerísticas de viento. Dicho repertorio abarca desde la juventud de Strauss (la Suite en si bemol mayor para 16 instrumentos de viento Op. 4 y la Serenata para 13 instrumentos de viento Op. 7) hasta sus últimos años (las dos Sonatinas para 16 instrumentos). En todas estas piezas encontramos tanto los homenajes a los modelos clásicos (Mozart a la cabeza) como todo el lenguaje personal del compositor, siempre inquieto, denso, impredecible dentro de los límites del romanticismo que se resquebrajaba. Posiblemente no exista textura más difícil de controlar que la del viento, tanto individual como colectivamente.

En esta ocasión, el oyente tiene la inmensa fortuna de que las versiones son ofrecidas por unos músicos que se hallan por encima de lo excelente, y bajo la coordinación lúcida de Witt. Conseguir esta claridad polifónica y, a la vez, todo el lirismo y la vehemencia que exige Strauss, y sin apenas despeinarse pese a las dificultades técnicas, no está al alcance de cualquiera. Tal vez la versión de Till Eulenspiegel para vientos y percusión no haga olvidar, ni de lejos, a la original para orquesta, pero incluso ahí los intérpretes resultan magistrales. 

Juan Gómez Espinosa