Hèctor Parra y la música como plasticidad sonora

El piano es para el compositor Hèctor Parra (Barcelona, 1976) mucho más que un instrumento: representa el núcleo desde el cual articula su pensamiento musical. Las vibraciones de sus cuerdas (golpeadas, frotadas o manipuladas) son la base de una concepción sonora expansiva y plástica. El también compositor Joan Magrané escribe la anterior idea al inicio de las notas del disco, introduciendo Hèctor Parra: Orchestral Works. Este trabajo editado por L'Auditori, contiene dos monumentales obras cada una alrededor de los 30 minutos que demuestran la gran versatilidad sinfónica del compositor.

La primera composición, Ich ersehne die Alpen (2022), es para orquesta y voz femenina con una clara influencia de Mahler, generando una interesante síntesis entre tradición y vanguardia. La pieza explora la unión entre cuerpo, naturaleza y sonido, y se ha de tener en cuenta que incluye electrónica. Esto incide en el aspecto contemporáneo y en una apuesta por actualizar de manera muy original el género del “Lied sinfónico”. La obra sobre un texto de Händl Klaus nos recuerda también todo el mundo sonoro del postromanticismo de Richard Strauss o el primer Arnold Schoenberg. El propio Parra describe esta composición como una inmersión en la psique de una mujer en plena madurez, enfrentada a la futilidad de su existencia. A través de un tiempo cíclico, el oyente es guiado por paisajes mentales donde emociones y recuerdos chocan, creando figuras sonoras que son casi monstruosas. La experiencia de escucha se convierte así en una exploración del universo interior del ser humano.

La segunda obra del disco, Avant la fin… vers où? (2017), despliega una gama de texturas diferente a la anterior, más contrapuntísticas y complejas al no focalizarse en ningún solista. El oyente parece entrar en un universo sin fin, donde lo geológico y cosmológico se fusionan para producir sonoridades que van del más puro lirismo (potenciado por la cuerda y los vientos), frente a otras de gran violencia (gracias a la percusión). Esta obra nos recuerda otra del compositor como Caressant l’horizon (2011), que incide en su gran interés por la física, los agujeros negros y otras temáticas relacionadas.

El enfoque de Hèctor parte de una idea del sonido como materia plástica, inspirada en artistas como Cézanne, Miró o Tàpies. Como podemos comprobar, el pensamiento musical de Parra es de gran originalidad, porque es capaz de utilizar en su música una gran variedad de fuentes e inspiraciones, que sin duda la enriquecen y hacen de este compositor un artista interdisciplinar de gran interés.

Para finalizar, comentar las excelentes tomas de sonido y la nitidez de la grabación, que permite escuchar la gran variedad de timbres y matices. Aunque estas obras sean para orquesta, Hèctor Parra cuida muchísimo todas las líneas instrumentales, generando una textura muy rica y compleja que sin duda podemos apreciar en este excelente trabajo discográfico.

Joan Gómez Alemany