La verdadera magnitud de Cristóbal de Morales como compositor está aún por descubrir, debido en parte a las lagunas que hay en su biografía causadas por su constante ir y venir de un centro a otro (Ávila, Capilla Papal, Toledo, Marchena y finalmente Málaga) y al complejo proceso de difusión de su obra. Prueba de ello ha sido sus Lamentaciones, cuya atribución y catalogación paralizó la edición de su Opera Omnia llevada a cabo por Higinio Anglés hace cuatro décadas.

De entre todas las copias de las Lamentaciones que circularon manuscritas e impresas a lo largo de Europa y el Nuevo Mundo, el musicólogo Manuel del Sol ha identificado como auténticas sólo las siete recogidas en esta grabación: las cuatro más antiguas, guardadas en la Biblioteca Vaticana y Nacional de Florencia y tres elaboradas ya en España con el tono hispano.

Carles Magraner recupera la interpretación de este corpus de Super Lamentationes recreándolas como se hacían en la capilla de Carlos V, con acompañamiento de violones. Los timbres naturales y sobrios del sexteto vocal se funden con los violones que les aportan calidez y profundidad.

El tactus mesurado, las ornamentaciones en los momentos justos y el añadido del laúd crean una atmósfera sonora poco habitual para este repertorio, profana (rozando lo cortesano), pero a la vez desgarradora, doliente y extremadamente expresiva. Una nueva mirada sobre un compositor imprescindible.

Mercedes García Molina