Este nuevo proyecto de Cecilia Bartoli, convertido de nuevo en un admirable libro-disco, repleto de sugerentes fotografías y más que buenos artículos, desde luego ninguno de ellos traducido al castellano (para eso hay que descargar un pdf con los textos traducidos), está dedicado a Agostino Steffani (1654-1728), compositor, sacerdote, misionero, diplomático y político, no sé en qué orden. “Mission” está motivado también por la colaboración de Bartoli con la escritora de novela negra Donna Leon, que ha tratado el asunto Agostini en su libro “Las joyas del paraíso” (Seix Barral). La discografía de Steffani alcanza con este disco su momento más álgido, aunque ya había discos que habían tratado su música vocal con acierto (Bertini-Cavina, con varios duetti, en Glossa). La vida de Agostino Steffani es fascinante y está envuelta en misterio. Tuvo éxito en Europa como compositor y tenía una importante fama como negociador y como diplomático, aunque seguramente su ordenación religiosa le impidiera dedicarse con plenitud y tranquilidad a levantar faldas y a bajarse los pantalones, afición que creemos compartió con admirable dedicación junto al espionaje. Se sabe que mantuvo una estrecha amistad con Sophie Charlotte, reina de Prusia, gran amiga y admiradora de su música, que seguramente Stefanni utilizó como plataforma para espiar asuntos de estado. Se insinúa, aunque no se asegura, que Stefanni también estuvo involucrado en algunos asesinatos. En fin, que el tema de sobradamente para un libro y un disco, rodeados del pertinente misterio, no es ningún secreto, pero ¿cómo es la música de Agostino Steffani?

 

Desde luego a Cecilia Bartoli no le faltan motivos para esta música, pues contiene todo lo que en ella son virtudes: rapidísimas coloraturas, líneas melódicas muy expresivas, sugerente sentido del drama y una explosiva combinación de ritmos y armonías, algunas ligeramente inestables (la comparación con Gesualdo, personaje igualmente oscuro, es inevitable), con continuos affetti y un texto repleto de metáforas y bella poesía. Cuenta con otra estrella del firmamento de la ópera barroco y de sus excesos, como es el contratenor Philippe Jaroussky (4 dúos), instrumentistas de alto nivel como el laudista Rosario Conte y un Diego Fasolis absolutamente desmelenado (ya quisiera él...) y entregado a la causa de Steffani: dirige su música con tal pasión, que compite en protagonismo con Bartoli. Esta sintonía de pareceres (intensidades) motiva que algunas arias le hagan a uno sorprenderse ante tal cantidad de arrolladora fuerza, mientras otras sucumben ante una estática belleza que permite a una, Bartoli, desplegar su elegante fraseo y legato y, a otros, los I Barocchisti, mostrar su riqueza de armónicos y su bellísimo sonido del barroco orquestal. Por tanto, con excesos o sin ellos, este “Mission” es un más que mejor regalo para las intrigas navideñas que se avecinan.