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Discos recomendados de Ritmo

En esta sección encontrará los 10 discos que la revista RITMO recomienda cada mes, clasificados por meses y por su orden de recomendación del 1 al 10. Se archivan los recomendados desde junio 2011, para ver anteriores ir a "Ritmo Histórico".
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Ritmo OCTUBRE 2017 - Núm. 911

COPLAND: Sinfonía n. 3. Three Latin American Sketches.

Detroit Symphony Orchestra / Leonard Slatkin.
Naxos 8.559844 (CD)



La crítica

Un mensaje para el futuro

La Sinfonía n. 3 de Copland, considerada como una de las mejores páginas sinfónicas jamás escritas por un compositor americano, nos la propone Slatkin en su versión original, con la Fanfare for the Common Man en su cuarto movimiento. La interpretación nos atrapa y seduce desde la exposición del primer tema: un himno solemne y expansivo presentado por cuerdas y maderas mediante un fraseo amplio, intenso y muy variado en gamas dinámicas al que se unen paulatinamente metales y timbales para arribar al primer punto culminante. Todo el movimiento es desplegado con gran fluidez y arrojo rítmico, alcanzando picos climáticos de poderosa intensidad. Los tutti presentan en todo momento un adecuado equilibrio que permite percibir las diferentes capas de la polifonía de forma diáfana y sin pérdida alguna de energía. 

El Allegro molto se abre con potente fulgor a través de las entradas en forma de fanfarria de la sección de metales y apoyada por la percusión. Los episodios rítmicos discurren con sorprendente ligereza, vitalidad, riqueza tímbrica y contrapuntística. El oboe y el fagot abren la sección intermedia llevando las imitaciones y contramotivos al resto de las maderas en diálogo con las cuerdas. En el Andantino quasi allegretto, Slatkin consigue una  penetrante atmósfera elegíaca con un fraseo dilatado en el registro sobreagudo de los violines. Un bloque intermedio, más rítmico, da luminosidad y crea contraste ante el carácter elegíaco que lo precede. Su disolución y vuelta a lo reflexivo, con la enigmática intervención del flautín en los últimos compases, cierra el círculo, dando paso con total naturalidad a la Fanfare for the Common Man, que abre el Molto deliberato. Presentada primero por las maderas sobre las cuerdas graves, va desplegando su brillante poderío en los diferentes cobres, apuntalados siempre por el timbal. Recogida por maderas y cuerdas tras su imponente clímax, el movimiento continúa con un espléndido despliegue de inmensa riqueza rítmica e ingenio contrapuntístico. Es en este momento donde son mostradas con total evidencia las grandes cualidades de la Detroit Symphony bajo la excepcional batuta de Leonard Sltakin: un empaste inigualable entre sus distintas secciones instrumentales, la indiscutible calidad de los solistas y una absoluta ductilidad al adaptarse, con espontaneidad e infalibilidad, a los constantes cambios de carácter y tempo de esta prodigiosa página orquestal. La sinfonía concluye en una grandiosa coda que combina, en una textura compleja, los tres temas principales de este cuarto movimiento, incluyendo la intervención de yunques en la sección de percusión. Slatkin logra un discurso poderoso y sincero, nada retórico, en esta muy americana visión de la partitura que nos descubre el carácter ciertamente apologético de esta “Sinfonía de fin de guerra”, con la que Copland hace un canto a los valores más positivos de la  humanidad.

En Three Latin American Sketches nos es revelado el apego que Copland tenía a la música popular de origen mejicano o venezolano. Con sonido excepcional y una dirección a la vez firme y flexible, este registro se nos presenta como verdadero testimonio del poder de invocación, a través de la música, de los valores más genuinos que han permitido alcanzar a Estados Unidos sus mejores metas asumiendo su diversidad cultural y cosmopolita. Y es precisamente esta cualidad la que hace tan actual el mensaje visionario que Copland muestra en estas obras.

Juan Manuel Ruiz

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