Con estas Sexta y Séptima Sinfonías, se confirma, tras la imaginativa Novena, que Accentus tiene intención de completar (¿?) el ciclo beethoveniano como regalo del 90 cumpleaños que cumple este mismo mes de julio (el día 11 exactamente) Herbert Blomstedt, Director Honorario de la Gewandhausorchester Leipzig.

Respeto y emoción por las dos partes (especialmente en el Allegro inicial de la Pastoral), director y orquesta se entienden a las mil maravillas (con tantos ensayos como hayan sido necesarios). Los delicadísimos trinos en el Andante y la intensidad en la cuerda grave y trompas del Scherzo, frente al dinamismo y elocuencia en la Tormenta o la belleza pura en los fraseos (sin excesivo vibrato) del movimiento final, crean una Sexta de infinita belleza, radiante de positividad. Pero su hermana llega aún más lejos…

La transparencia de la Sexta se desvanece como las nubes de una tormenta, creando una prebruckneriana sinfonía en la Séptima, de denso sonido y poderosa materia, donde todo se escucha, en especial en todo el Vivace inicial, “apoteosis de la danza”, como diría Wagner. La claridad de Blomstedt se eleva aún más en el Allegretto, bellísimo, sin sobrecargas emocionales de más (delicada coda). Este señor desprende humanismo, naturalidad, fluidez y elegancia… Feliz cumpleaños maestro.

Gonzalo Pérez Chamorro