No es este un título que se prodigue demasiado por los escenarios de ópera en la actualidad, a pesar de que, en su estreno, donde estuvo presente el mismísimo Napoleón, la obra fue acogida con entusiasmo por el público parisino; no tanto por la prensa, que criticó su grandilocuencia. Así, resulta todo un acierto que el sello Dynamic decidiera registrar las funciones que el Maggio Musicale, cuya historia con Spontini se remonta a las históricas funciones de La Vestale, Olimpia o Agnese di Hohenstaufen en los albores del festival, ofreciera a inicios de la temporada 2019-2020. Es la primera vez que se realiza una toma integral, o casi, de la obra.

Destacan por su entrega los protagonistas Dario Schmunk, tenor que en este repertorio muestra lo mejor de sus mimbres y suple con profesionalidad lo arduo de un rol extenuante, y Alexia Voulgaridou, de intenso fraseo y bello timbre de tintes oscuros, que se defiende con honestidad en un repertorio que no afronta con frecuencia. El resto de los componentes del reparto, entre los que es importante resaltar la labor de Luca Lombardo como Télasco, es homogéneo, dirigido con control y buen hacer por Jean-Luc Tingaud desde el foso.

La tradicional puesta en escena, con elementos esenciales y un adecuado movimiento de actores, queda bien reflejada en la grabación.

Pedro Coco Jiménez